Por el precio que costaba un desayuno completo con pitufo y café incluido hace diez años, ahora apenas alcanza para un café. En torno a 2 euros de media, e incluso más, es lo que puede valer ya en el centro de Málaga. Los estragos causados por la inflación se han hecho visibles en nuestro día a día, ya sea en los tickets de la compra semanal, o en la inyección de cafeína a la que muchos malagueños recurren diariamente. Aunque en palabras de Antonio, trabajador y de clase media, "la subida de precios hace que te pienses dos veces si vale la pena la pausa para el cafelito durante la jornada laboral".

El coste medio del café en España, según Eurostat, experimentó un crecimiento del 13,7% en 2022 con respecto al año anterior. Para quién lo tome con leche y azúcar, el coste puede ser aún mayor, ya que la inflación interanual de la leche entera fresca es del 26%, mientras que el azúcar ha subido un 10,7%. Este aumento general de los precios se ha hecho notar en la hostelería malagueña, y aunque algunos establecimientos han intentado resistirse por sus clientes, es prácticamente inevitable. 

Hay algunas excepciones como Casa Aranda, El jardín o La Cueva de 1900; locales donde un mitad sale por 1,50 euros e incluso por 1,30. Aunque, de nuevo, esto son solo excepciones. Los precios más habituales son 1,80, 2 ó 2,50 euros, llegando incluso a haber sitios dónde asciende a 3,50 euros como es el caso del bar John Scott's en la plaza de la Constitución. Según asegura Juan Rueda, que trabaja en la célebre churrería Casa Aranda: los precios han subido porque los productos que utilizan como la leche, el aceite o el azúcar "tienen ahora un mayor coste. No hemos tenido otra alternativa".

El café no es lo único que se ha puesto más caro, prácticamente todos los artículos ofertados en la cartas han subido de precio por la inflación en dos ocasiones; después de la pandemia, y en estos últimos meses. Hosteleros malagueños, como Imad Gálvez, achacan también este fenómeno al turismo. Gálvez defiende que Málaga es "mucho más cara ahora que hace diez años", y que "los precios que hay son precios para guiris". "En los países de origen de la mayoría de los extranjeros que visitan la ciudad los sueldos son más altos, por eso si tienen que pagar tres o incluso cuatro euros por un café con leche lo van a hacer sin problema", afirma.

Otra de las razones que ha influido en esta subida de precios es la disminución de las exportaciones y los cambios en la dinámica del mercado. Según la Organización Internacional del Café (OIC), las exportaciones globales de café en grano han sufrido una disminución del 9,6% en marzo de 2023. También la producción ha sido menor a nivel mundial, con una bajada del 1,4%.

En definitiva, estos cambios en los precios han hecho que algo tan accesible como un café se esté convirtiendo en un lujo o un capricho, haciendo además saltar las alarmas y despertar un estado de preocupación ante la situación de la economía actual. Incluso con la posibilidad futura de una recuperación económica, el precio mínimo ya está adjudicado.