La farola

Una ruta por el centro de Málaga para conocer los porqués de nuestra particular forma de pedir café

El azulejo del Café Central donde estaban todos los míticos cafés que son ya tradicionales en Málaga.

El azulejo del Café Central donde estaban todos los míticos cafés que son ya tradicionales en Málaga. / Marilú Báez

Málaga y su peculiar forma de pedir café tienen una historia detrás que genera mucha curiosidad a los foráneos. Como malagueños tenemos intrínsecos las diferencias entre el mitad, la nube o el sombra, pero los que vienen de fuera se pierden entre tantos tipos diferentes. Para esos curiosos existe una ruta por las calles más importantes de Málaga que tuvieron un motivo y razón de la particular forma de pedir café que tenemos.

Desde Cultopía organizan este próximo domingo 19 de noviembre, desde las 17:00 horas, una ruta denominada Cafés, cafeteras y cafeterías de Málaga, un viaje por nuestra historia y los porqués de nuestra forma de llamar así al café, las personalidades clave en ese proceso que forjó nuestra identidad.

Entre los puntos y cafeterías que destacan recuerdan los ya extintos Café de Chinitas, Café de la Castaña o Café Central, así como mencionan a Anita Delgado, la Maharaní de Kapurthala. "En nuestra ruta por las cafeterías descubriremos cuales fueron los primeros lugares donde se disfrutaba de este amargo acompañante -en muchos casos producido en la industria local- y cuáles han sobrevivido al paso del tiempo como el Café Madrid", destacan.

Durante alrededor de dos horas, partiendo desde la Plaza de la Constitución junto a la fuente de Génova, se viaja por la historia de Málaga y su café de la mano del guía Jorge Jiménez Reyes, licenciado en Historia por la UMA y Guía Oficial de Turismo. Para la misma se requiere de reserva, ya sea mediante email, a info@cultopia.es, o por teléfono, al 692 717 612. La ruta cafetera tiene un precio de 10 euros por persona, 5 si son menores de 12 años.

El origen del Café en Málaga

El origen de la peculiar forma de pedir café de Málaga se ha contado en muchas ocasiones y está relacionado con la escasez del mismo en diversas fases del siglo XX. En el ya extinto Café Central, inicialmente, se les pedía a los clientes que indicaran la cantidad adecuada para su gusto, permitiendo así servir sin desperdiciar café. Sin embargo, esta medida no resultaba muy eficiente en términos de rapidez. Por ello, los dueños del establecimiento crearon una tabla con la división mencionada, a la cual los clientes se acostumbraron rápidamente.

Posteriormente, esta forma de servir café fue promocionada por una famosa empresa cafetera malagueña, extendiéndose así por la ciudad y sus alrededores. En pleno siglo XXI, sigue siendo una de esas pequeñas peculiaridades que distinguen a la ciudad y que sorprenden a muchos visitantes que la descubren por primera vez.

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