"No se dan las circunstancias de seguridad apropiada en el río Chíllar"
RICARDO SALAS. Director Conservador Parque Natural Sierra Tejeda, Almijara y Alhama
Anima tanto a los empresarios como a los ayuntamientos a que presenten propuestas turísticas que sean "sostenibles" y defiende que el parque "no es ningún freno"
CÓMO vive el verano el director conservador de un Parque Natural como lo es el de la Sierra Tejeda, Almijara y Alhama?
-Trabajar en un medio natural en verano supone tener sobre la cabeza la espada de Damocles por el riesgo de incendios. Pero tampoco se vive especialmente preocupado porque es un elemento consustancial con el monte mediterráneo. Los incendios no son algo deseables pero se han venido produciendo a lo largo de los siglos, para combatirlo nosotros ponemos todos los medios que tenemos a disposición empezando por las labores de prevención. Estos sobre todo consisten en la ejecución de cortafuegos para aminorar la carga combustible y que no arda con la virulencia y la rapidez que podría hacerlo. También se hacen zanjas auxiliares que se apoyan en los caminos y se aplica una normativa en periodos de alto riesgo como puede ser la prohibición de barbacoas en equipamientos de uso público o circular por las pistas forestales. Cuando se produce el incendio ya se activa el dispositivo de extinción que define el Plan Infoca.
-Y éste, con un invierno tan seco, ¿especialmente preocupado?
-No es tanto fruto del invierno sino de la primavera. Ésta ha dado lugar a un crecimiento abundante de la vegetación, especialmente, la herbácea y subarbustiva. Esto hace que ahora mismo tenga una carga de combustible importante a nivel del suelo que es lo que puede ser alarmante. Lo preocupante son los incendios de suelo que llegan a la copa. Hay combustible suficiente de pasto seco que hizo que el paisaje fuese muy atractivo en primavera porque dio lugar a varias floraciones pero ahora al secarse, tenemos un riesgo añadido este año. Pero hay que estar tranquilo porque se han hecho las labores de prevención. Lo importante es que no haya fuego pero en caso de que se produzca que tenga la mínima extensión, y que el dispositivo de extinción pueda estar trabajando en menos de quince minutos. Es fundamental trabajar rápido para evitar la noche que es cuando se limitan los recursos materiales y humanos.
-Dada la orografía de Málaga, ¿es complicado establecer el dispositivo de seguridad contra incendios?
-Lo es, no podemos olvidar que Málaga es una de las provincias más montañosas de España. Existen grandes desniveles con pendientes, por ejemplo, en quince kilómetros en línea recta se pasa de cero metros a 2.000. Esas pendientes provocan el efecto chimenea con las múltiples cañadas y barrancos que hacen que el fuego se comporte de forma más rápida que lo hiciese en una dehesa. Y además, conlleva que los efectivos se muevan con mayor dificultad.
-Hace dos años, hubo un incendio que se inició cerca del término municipal de Cómpeta y se perdieron casi 200 hectáreas. Para conocer las consecuencias que tiene un incendio, ¿cuántos años pueden pasar para su rehabilitación ecológica?
-Para que esa masa de pinar vuelva a tener un aspecto similar no baja de sesenta años. En muy pocas horas se pierde el trabajo que la naturaleza ha generado con la ayuda del hombre. Esa es la magnitud del problema. Los esfuerzos que se hacen para su creación, y lo fácil que resulta su destrucción. Y hay cosas que son irreversibles porque fruto de un incendio se produce una pérdida de suelo - de la cubierta arbórea - y se aceleran los fenómenos erosivos. Se pierde el suelo fértil y se queda sólo el mineral. Para su recuperación ya no hablaríamos entonces de decenas de años sino de centenares de miles de años.
-Durante estos meses también aumentan el número de visitantes, ¿suponen también un riesgo para su conservación?
-No tenemos cifras concretas, pero sí hemos observado que ahora se distribuye el ocio de otra forma. No es un movimiento estacional, ahora es a lo largo de todo el año. Ya no hace falta aprovechar las vacaciones para visitar la naturaleza, entre otras razones, porque ahora las comunicaciones son mucho mejores que las que había hace años. Ahora la gente tiene cada vez mayor sensibilidad a la hora de elegir su tiempo de ocio, y ahí entra un paseo por la naturaleza. Sólo hay que preguntarse por qué una multinacional invierte en productos que tienen que ver con el medio ambiente o quién no ha ido de casa rural. Será porque hay más demanda. Se está produciendo un movimiento interesante: antes los montes estaban poblados por las personas que eran naturales de esos pueblos y que vivían de los recursos que le proporcionaba, y ahora hay una vuelta del urbanita. También es importante la población extranjera que se está asentando a vivir en estos parajes
-En los últimos años, ¿ha encontrado mayor concienciación y respeto entre los excursionistas por el medio ambiente?
-Fruto de ese movimiento, la gente cada vez tiene más conciencia del medio en el que se mueve porque saben que tiene un valor. Cuando alguien camina por un sendero prefiere que haya flores antes que latas de cerveza o de refresco. Nosotros dentro de la cartelería que existe en los equipamientos públicos se indican normas básicas y recomendaciones. Pero también está siendo fundamental el papel que están haciendo en los colegios y en las familias. Ellos están poniendo la semilla para que los pequeños sepan que la naturaleza no es más que la prolongación del salón de tu casa.
-Una colilla o un envase que se tira al campo, ¿cuánto puede tardar en eliminarse y qué consecuencias tiene?
-Una lata puede quedarse toda una vida. Cien años perfectamente. Los plásticos por la acción solar se van degradando pero le cuesta mucho que se elimine en su totalidad.
-¿Qué consecuencias puede tener para la flora o la fauna?
-Como triste anécdota puedo comentar que hemos llegado a ver una cabra muerta, y al hacerle la necropsia hemos descubierto que había ingerido un plástico. Se le había hecho un bolo en el rumen y había acabado muriendo. También ocurre en las zonas húmedas donde los patos acaban comiendo los perdigones de los cazadores. Todo lo que es artificial les afecta negativamente.
-¿Usted es de los que aboga por controlar los accesos al río Chíllar?
-Con la situación actual, no somos partidarios no sólo de regular los accesos sino de que no vayan. Actualmente no se dan las circunstancias de seguridad apropiada en el río Chillar para que en caso de incendio se pueda garantizar la seguridad de las personas que están allí. De hecho, hemos elaborado un plan de autoprotección que indica una serie de condicionantes para realizar el río Chíllar reduciendo los riesgos. Ahora mismo, no recomendamos a nadie que vaya. Es un lugar muy encajonado con grandes pendientes con mucha gente inexperta, y en muchas ocasiones, con un comportamiento que deja mucho que desear. Hemos llegado a encontrar hogueras humeantes, y aunque no tiene que pasar nada, como administración debemos ser cautelosos. Tampoco podemos poner puertas al campo.
-Uno de los objetivos que este año se planteó la Junta Rectora es dar una mayor promoción turística al Parque Natural, ¿lo comparte también la Consejería de Medio Ambiente que es quien lo gestiona?
-Hay que partir de las normas que hay cumplir, y luego canalizar cada uno de los proyectos que se quisiesen poner en marcha. El Parque Natural te obliga a que haya un Plan de Ordenación de Recursos Naturales en el que se estudian los recursos que hay tanto de biodiversidad, paisajísticos, culturales, o sociales, por citar algunos. Dentro de ese plan se elabora un plan rector de uso y gestión de ese parque que es el que regula las actividades que tú vas a permitir dentro de ese territorio
-¿Cómo se conjuga esto con su protección?
-Como comentaba, nosotros en este plan rector establecemos dónde están los equipamientos públicos para uso recreativo, zonas de acampada, centros de visitantes, de información, la red de miradores o la de senderos. Por ejemplo, establecemos donde se puede hacer barranquismo y dónde no porque hay un nido de águila perdicera que te indica que en una determinada época está prohibido. Lo que se hace es una zonificación de ese territorio, y se establecen prohibiciones, permisos autorizados o sin ellos. Eso mismo pasa con las pruebas deportivas que cada vez son más las que se organizan en este entorno.
-Ayuntamientos y empresarios abogan por un desarrollo sostenible para dinamizar la economía local, ¿es posible?
-Nosotros animamos tanto a empresarios y a ayuntamientos a que nos presenten propuestas que sean sostenibles. El Parque no es ningún freno. Hay que conciliar los intereses generales con los particulares. Sin ir más lejos, la pasada semana entregaba a un empresario de Canillas de Albaida un certificado que le acreditaba consignatario de la marca Parque Natural. Son empresas que se someten a unos códigos de comportamiento relacionadas con el punto de vista medio ambiental como el reciclaje o la energía. Y éstas pueden ser desde hoteles o restaurantes a empresas de turismo activo. Y no es que la Junta autorice estas actividades, es que apostamos por ese desarrollo y reconocemos esta trayectoria dándoles la marca. Se concilia con esa zonificación de la que hablaba, cualquier actividad se autorizará siempre que no interfiera en un elemento que hay que proteger. La conservación de los espacios es labor de todo el mundo, no sólo de los que trabajamos aquí.
-¿Cómo va el Plan de Conservación y Fomento Cinegético puesto en marcha?
-Los Parques Naturales no son santuarios así que igual que animamos a la gente a que los visiten de forma razonada y hagan actividades en su interior, hay otro tipo de aprovechamientos. Entre otros el cinegético, la cabra montés genera riqueza porque el medio tiene una capacidad limitada de soportar animales. Así contamos con el aprovechamiento de la caza y del ganado regulado. Tenemos una población que determinamos técnicamente cuántos puede haber en la sierra, y se permite la caza de los más mayores. Eso genera riqueza porque los ayuntamientos también son propietarios de parte de estos montes. Con la caza menor también se invita a las sociedades de cazadores de los pueblos para que se involucren con su medio.
-¿Cuál sería la función de la red de voluntariado propuesta por la Junta Rectora?
-No está puesta en marcha pero sí que colaboramos desde hace muchos años y se ponen en marcha actividades con diferentes grupos y asociaciones relacionadas con el medio ambiente que existen en los pueblos de la zona. Hay otras que colaboran con temas relacionados con el turismo o con la geodiversidad.
-¿Qué peculiaridades tiene el Parque Natural de la Sierra Tejeda, Almijara y Alhama y que lo distingue de otros de la provincia o del resto de Andalucía?
-Cada uno de los que tenemos en la provincia tiene su singularidad. Éste se caracteriza por los macizos calizos de alta montaña y hábitat mediterráneo. Al igual que Sierra Nevada o la Sierra de las Nieves es plegamiento alpino. Son formaciones relativamente recientes, de hecho, todavía siguen los movimientos en la corteza terrestre. No tiene endemismos como en la Sierra de las Nieves es el pinsapo porque aquí lo bueno que tiene es que es el parque el que se define en sí mismo. Sin duda es el gran desconocido. Y resulta muy destacable que la gente pueda estar en la playa pasando unas vacaciones gracias a la Sierra de Tejeda, Almijara y Alhama porque la climatología se apoya fundamentalmente en el resguardo que ella le da. Hace de barrera y en invierno los vientos fríos del norte no llegan, el terral tampoco es tan acusado, y el agua proviene de esos fenómenos calizos.
-Y lo curioso, es que fue uno de los últimos de Andalucía que se convirtió en Parque Natural.
-La mayoría de Andalucía fueron declarado en 1989, éste es de lo más reciente. En esa fecha se declararon 17, ahora hay 24. Es muy reseñable que nació fruto del consenso. Se puso en marcha una corriente por parte de los ayuntamientos y grupos de desarrollo. El territorio creó esa corriente de opinión y la Junta sabía los valores que tenía. Se generó desde el propio territorio, igual que ahora ocurre con Sierra de las Nieves para su declaración como Parque Nacional. Se buscó la complicidad de sus habitantes. Con respecto a la vegetación los tejos que dan nombre a la Sierra y están en peligro de extinción, el roble andaluz, el arce granatense y una variedad de pinos que sólo se da aquí. También hay otras especies más pequeñas que son importantísimas. En cuanto a la fauna son significativas las rapaces como el águila imperial, entre otras. No hay asentamientos de buitres pero según los últimos estudios es una buen sitio para la vuelta del quebrantahuesos.
-¿Qué supone ser un Espacio Protegido de Especial Conservación de la Red Natural 2000?
-Desde el punto de vista de la conservación no ha supuesto nada nuevo que no viniésemos haciendo ya. Andalucía fue pionera en la declaración de espacios protegidos con cerca del 18 por ciento del territorio. Cuando Europa decidió poner en marcha la Red Natura, nosotros ya teníamos ese camino andado. De hecho, para incluirnos en las listas de especial conservación pedían un plan de gestión que ya teníamos en los parques andaluces. Sí puede aportarnos en cuestión de conocimiento y divulgación.
-¿Qué proyectos a corto y medio plazo tiene la Junta de Andalucía pensados para este entorno?
-Lo importante es que se mantenga como está, que no es poco. Una vez que haya pasado esta etapa de penuria presupuestaria volver a seguir con las inversiones para dinamizar y favorecer la penetración de los visitantes y poner en valor nuevos senderos del Parque Natural. También queremos recuperar una serie de elementos para que el sendero no sólo sea un camino, sino un fin en sí mismo. La idea es que tenga elementos culturales asociados a él para ponerse en valor. Véase una era, una antigua calera, un horno de miera o un mirador explicando todos los recursos que forman parte del espacio.
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