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Las demoras en los centros de salud para la atención del médico de cabecera o el pediatra –que en algunos casos van de diez días a dos semanas– lleva a muchos pacientes a buscar soluciones mediante un atajo: algunos acuden a su ambulatorio para una cita no demorable, pero otros van a las urgencias, tanto de los hospitales como las de los dispotivos de la propia Atención Primaria, que funcionan de 20:00 a 8:00, festivos y fines de semana. Así, terminan saturando con procesos banales –que deberían resolverse en su ambulatorio–, los puntos de asistencia concebidos para casos más urgentes o graves.
Profesionales de hospitales y del Servicio de Urgencias de Atención Primaria (SUAP) consultados coincidían en que la tardanza para ser vistos por el médico de cabecera “colapsa las urgencias porque las llenan de cuadros banales que podían y debían resolverse en el centro de salud”. Que muchos casos atendidos en las Urgencias hospitalarias sean banales –y por lo tanto deberían haberse resuelto en el ambulatorio– no es nuevo. Pero según profesionales, el problema va en aumento debido a las demoras para conseguir cita en Primaria. No aportan datos, pero diferentes sanitarios coinciden.
Un profesional del Clínico aseguraba que “el colapso de los centros de salud está haciendo estragos en las Urgencias del hospital” ya que incrementa la presión asistencial. Incluso apuntaba que hay pacientes que al no conseguir cita con su médico, acuden al hospital para que le renueven la medicación. Una facultativa del Clínico comentaba que llevaba “cinco o seis días” intentando conseguir cita con el médico de cabecera para renovar la medicación de un familiar con cáncer. “No lo he conseguido, así que me he buscado la vida aquí, con los compañeros del hospital. ¿Pero qué hace la gente que no tiene esa posibilidad?”, reflexionaba.
Un sanitario del SUAP –el servicio de Atención Primaria que atiende las urgencias de 20:00 a 8:00, festivos y fines de semana– afirmaba que las demoras en el horario diurno y de días laborales en los centros de salud también repercute en estos dispositivos. Porque el SUAP, concebido para casos urgentes, termina asistiendo patologías que en realidad no son tales. “Este verano, la presión –sobre todo de 20:00 a 24:00 o 1:00– es brutal”, sostenía. Este desplazamiento de la asistencia de cuadros banales de Primaria hacia dispositivos de atención urgente ocurre entre los adultos y también entre los más pequeños. “Si su pediatra no lo ve en pocos días, los padres se plantan con el niño en el Materno; está ocurriendo”, decía una facultativa de este hospital.
La Delegación de Salud defendía este jueves que “no hay ningún bloqueo en Atención Primaria” y que la asistencia “está asegurada”. De hecho precisaba que frente a las 973.580 personas atendidas en los centros de salud en julio y agosto de 2023, en esos meses de este año la cifra ha sido de “más de un millón”. Un número al que hay que añadir el trabajo de los Servicios de Urgencias de Atención Primaria (SUAP) que asistieron en ese periodo a unas 180.000 personas; “un número menor que las atendidas el año pasado, que fueron 240.031”, según apuntó Salud.
La Administración recordó que aún hay profesionales de vacaciones y que se producen bajas inesperadas, “lo cual aumenta la demora en las citas”. Pero insistió en que éstas “se están dando, que se está cubriendo la demanda y que los pacientes están siendo atendidos”. Reiteró que los usuarios que requieran atención en muy corto plazo, pueden acudir a su centro de salud para la consulta de no demorable, para que lo vea “a la mayor brevedad posible” su médico u otro facultativo que tenga hueco disponible.
El representante del Sindicato Médico de Málaga (SMM) en Atención Primaria, José Antonio Becerra, defendió la labor de los facultativos: “Están haciendo su trabajo y en exceso”. Para explicar las colas ante los centros de salud y las demoras para una cita con el médico de cabecera barajó varias causas. Entre ellas, que todavía hay profesionales de vacaciones, que falta personal de admisión, que desde comienzos de septiembre la presión asistencial se ha incrementado, que el triaje de la consulta de acogida “no funciona”, que una proporción de las citas se pierde porque los pacientes no acuden pero tampoco las anulan y que faltan unos 80 médicos en Primaria en la provincia (los desdoblamientos de cupo para los ambulatorios más saturados), cuyas plazas están autorizadas, pero que aún no se han incorporado. Becerra confió en que la situación mejore en las próximas semanas con la apertura de los centros de salud por las tardes a partir del lunes, la incorporación ese día de medio centenar de facultativos de familia y el siguiente de una decena de pediatras procedentes de los traslados. Frente a las quejas de los usuarios, aseguró que“los médicos están machacados; están a tope”. Como ejemplo puso que en el centro de salud de Huelin, donde estos días han sido habituales las colas, se han hecho unas 80 consultas no demorables diarias. De modo que, recalcó, “cumplen con su trabajo y con creces”.
Por su parte, un gestor apuntaba más causas del problema:“Por un lado, las citas que piden, no usan y no anulan. Por otro, que la gente, aunque su proceso sea banal, quiere la atención ya y que le hagan muchas pruebas. Y eso no hay sistema que lo pueda soportar”.
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