Errores, horrores y peleas en la 'Batalla de restaurantes' de Sevilla
"Las denuncias falsas forman el 0,01%. No nos podemos arriesgar"
El caso real de una menor de 16 años con trastornos tras una relación con un hombre de 40, entre los destacados por la Unidad de Familia y Mujer.
Una de las novedades del nuevo Código Penal ha sido la elevación de la edad de consentimiento sexual. Los 16 años (antes la normativa fijaba los 13) son ahora el límite a partir del que un menor tiene potestad para consentir una relación sexual con un adulto. Por debajo de esa edad, éste podrá ser castigado por abusos sexuales aunque la relación hubiera sido consentida por el adolescente. Lo más complicado de probar, independientemente de la edad que tenga la víctima, en palabras del portavoz de la UFAM, es la violencia psicológica. "Tenemos que recurrir a informes. Saber si se le ha prestado asistencia previa, entrevistarnos con los hijos, en caso de que estén en edad de narrar los hechos", afirma. Los agentes son capaces de reconocer en cuestión de minutos si está en lo cierto. "A veces, se pretenden acelerar los trámites del divorcio, acceder a la prestación de alimento o disfrute de la vivienda por la vía rápida, pero como policías no nos podemos arriesgar. Hay que buscar pruebas externas", asevera. Abusos sexuales, un agresor fugado y una relación entre un hombre de 40 años y una menor de 16, entre los casos atendidos por la UFAM en 2015.
Sólo 30 años y un historial a sus espaldas de malos tratos continuados. Su entorno detectó lo que ocurría, pero la dependencia emocional que sentía no le permitía reconocerse como víctima de violencia de género. Su situación dio un nuevo giro cuando supo dar el paso de romper la relación. "Él siguió rondándola. Mostraba celos. No quería que hablara con nadie del sexo masculino", explica el inspector de policía. Hasta que un día la convenció para volver. Salieron juntos una noche y, cuando llegó el momento de despedirse, el individuo la obligó a pasar la noche con él. Estuvo retenida ilegalmente en su casa, donde llegó a abusar de ella. Por la mañana, mientras que su pareja dormía, la mujer pidió auxilio por la ventana. El hombre, que había intentado contactar con la víctima en varias ocasiones, continúa actualmente en prisión. "Ella mostraba signos de debilidad. Nos costó mucho que fuera a declarar al juzgado. Sus amigas le dieron el apoyo que necesitaba", recuerda el agente.
Denunció una agresión física en la vía pública. Aseguró que había quedado tirada en el suelo y que llegó a perder la conciencia. La investigación fue, en palabras del responsable policial, "bastante laboriosa". Los efectivos, tras las distintas pesquisas, terminaron descubriendo que se trataba de una denuncia falsa, que conforman solo el 0,01% de las que llegan a Comisaría. "La mujer se había desmayado y quiso acusarlo de algo que no había ocurrido. Fue muy chocante. Nos engañó a todos. Son las dos caras de la moneda: el caso real que nos cuesta incluso sacar a la luz y el irreal, en el que se aprovecha una circunstancia para denunciar", precisa. El caso pasó al juzgado. En agosto del año pasado, una mujer fue detenida por denunciar en falso ser víctima de un robo violento de 1.400 euros y de un abuso sexual. La simulación movilizó de inmediato a agentes de la Comisaría Provincial de Málaga de Seguridad Ciudadana, de Policía Científica, de la Unidad de Familia y Mujer, del grupo de robos, de un ginecólogo del Hospital Materno Infantil y de un médico forense.
El agresor se arrancó la pulsera telemática que llevaba para estar controlado por la Policía. Durante cinco días permaneció en paradero desconocido. Mientras los efectivos lo buscaban, su ex pareja disponía de un vehículo en la puerta de su domicilio desde el primer momento. "Le explicamos que no teníamos forma de saber dónde estaba el agresor y que debía tener siempre protección", afirma el inspector. El grupo que se ocupó del caso estuvo alerta "24 horas". El individuo había quebrantado la orden de alejamiento que le había sido impuesta en varias ocasiones.
Él tenía 40 años. Ella solo 16. Al hombre, de origen sudamericano, se le acusaba como presunto autor de un delito de malos tratos y acoso a su pareja. Mantenían una relación casi exclusivamente a través de Whatsapp, pero llegó a haber tres o cuatro encuentros en persona de tipo sexual. Los episodios que se venían produciendo derivaron en que la adolescente sufriera un trastorno adaptativo en el medio escolar. Padeció graves problemas para integrarse y dificultades de cara al afrontamiento de situaciones cotidianas. "Fue bastante chocante. Había una diferencia de 24 años. A él se le detuvo en Alicante. Nos costó que ella narrara los hechos. No era capaz. Llevaba sufriendo desde hacía varios meses. Se vieron tres veces y hubo encuentros íntegramente sexuales", explica el agente. La Policía procura que sea una mujer la que trate directamente estos casos con la víctima a fin de que se sienta menos intimidada. "En un principio pensamos que las relaciones eran consentidas. No la llegaba a obligar, pero así se sentía ella", precisa el policía. La víctima continúa estando protegida.
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