El aeropuerto internacional Málaga-Costa del Sol retoma, poco a poco, la actividad. Desde que este pasado domingo se abrieran las fronteras internacionales hay un reducido pero constante trasiego de viajeros y se prevé que en julio ya puedan estar operativas en torno al 75% de las rutas existentes el año pasado y un centenar de vuelos diarios.

En julio del año pasado se podía volar de forma directa desde Málaga a unos 140 aeropuertos españoles e internacionales y se registraron un total de 15.887 operaciones, es decir, una media de 512 vuelos diarios. En 2020 la situación, lógicamente, va a cambiar bastante por la crisis del coronavirus, aunque fuentes próximas a la instalación aeroportuaria aseguran que se está satisfecho con el resultado obtenido hasta ahora y con la confianza mostrada por las aerolíneas en este destino tras los numerosos anuncios de rutas realizados por las compañías en las últimas semanas.

El mes de julio, que arranca la próxima semana, será más que nunca el pistoletazo de salida de la temporada alta turística en la Costa del Sol porque la mayoría de las aerolíneas que están rehaciendo sus rutas comenzarán a operar en esa fecha y porque muchos de los hoteles que prevén reabrir sus puertas también han esperado a que hubiera esa mayor movilidad, algo clave pues la mayoría de las pernoctaciones en los hoteles malagueños son realizadas por turistas extranjeros.

Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea (Aena) no tiene aún cerrada la programación de verano en el aeropuerto de Málaga porque, pese a los avances, sigue habiendo mucha incertidumbre. Hay compañías que siguen incorporando y anulando vuelos a diario porque están haciendo cuentas, analizando demandas y viendo los recursos humanos de los que disponen ya que un volumen amplio de las plantillas siguen inmersas en los Expedientes Temporales de Regulación de Empleo (Erte). En cualquier caso, se estima que Málaga podrá ofrecer este mes de julio unas 100 rutas directas. Habrá, por tanto, muchos lugares a los que poder viajar, aunque las líneas sí reducirán la frecuencia de vuelos de forma que, por ejemplo, en destinos a los que hace un año había un vuelo diario puede que este año haya dos a la semana. Los 100 vuelos diarios estimados son una quinta parte de los que había el verano pasado.

Esa incertidumbre se traslada a agosto, un mes para el que tampoco hay una programación definida a la espera de ver qué ocurre. La situación generada por el Covid19 plantea todo tipo de dudas y eso está castigando a un sector como el aéreo que se caracteriza, precisamente, por todo lo contrario, es decir, por tener sus rutas planeadas con más de un año de antelación. Las aerolíneas están trabajando ahora, por una parte, con pies de plomo a la hora de programar sus vuelos pero, por otra, son sabedoras de que tener un avión parado les cuesta miles de euros al día. La clave es encontrar el punto de equilibrio entre oferta y demanda, pero con la amenaza de un posible rebrote en cualquier lugar de España, de Europa o del resto del mundo que suponga tener que dar otro paso atrás.

Hace un año sería impensable que Aena no tuviera cerrada la programación oficial de la temporada de verano a finales de junio. De hecho, la temporada suele arrancar a finales de marzo y acaba en torno a octubre. Pero en este 2020 todo ha saltado por los aires y la programación para la temporada de invierno es también una incógnita. Hay que ir casi día a día. En la página web de Aena se podía observar este lunes que para mañana martes 23 de junio hay 16 vuelos programados con salida desde Málaga a Bournemouth, Melilla, Bristol, Santiago, Ceuta, Barcelona, Bucarest, Milán, Dublín, Rotterdam, Edimburgo, Ibiza, Palma de Mallorca y Londres.

En julio del año pasado utilizaron el aeropuerto malagueño 2,2 millones de pasajeros en 15.887 vuelos. Si finalmente hay 100 vuelos diarios, el aeropuerto podría recibir este julio a unos 435.000 pasajeros, unas cinco veces menos, partiendo de la base de que la ocupación fuera similar.