Mamparas, mesas separadas o cartas desechables, así abren los restaurantes de Málaga en la fase 2

Empresas

Los locales se preparan para poder dar servicio en el interior de sus locales a partir del lunes, aunque con un aforo máximo del 40%

Málaga pasa este lunes a la fase 2 de la desescalada

Dos trabajadores del restaurante mueven una de las mamparas.
Dos trabajadores del restaurante mueven una de las mamparas. / Javier Albiñana
Ángel Recio

Málaga, 29 de mayo 2020 - 07:04

Málaga entrará en la fase 2 de la desescalada el lunes y numerosos establecimientos hosteleros ya se están preparando para poder acoger a los clientes en sus comedores interiores aunque, eso sí, con una limitación del aforo del 40%. Uno de ellos es el restaurante Candamil, uno de los tradicionales en la capital malagueña, que tras dos meses y medio cerrado por la crisis del coronavirus ultima sus instalaciones para empezar a estar operativos el lunes.

Gustavo Candamil, uno de sus propietarios, explica que han tenido que reducir el aforo desde las 130 personas hasta las 50, lo que implicará lógicamente un menor ingreso, pero están con ganas de volver a iniciar la actividad. “Nosotros la verdad es que no nos podemos quejar porque nos han pagado la ayuda de autónomo, obtuvimos rápido un crédito del ICO para tener liquidez y a mis empleados les han abonado la prestación del Expediente de RegulaciónTemporal de Empleo”, explica.

El Candamil abre sus puertas de nuevo, pero los clientes habituales van a notar bastantes cambios. El más evidente es que hay muchas menos mesas y éstas estarán separadas por mamparas de madera, lo que permite garantizar la distancia de seguridad y que no haya contacto entre los comensales de las distintas mesas. “En julio seguirá habiendo separación entre los clientes y por eso hemos hecho la inversión de las mamparas, aunque las hemos encargado en madera por estética y porque las de metalcrilato se han puesto a precios desorbitados y además no hay”, indica Candamil.También han cubierto su estantería de las copas con una inversión total de 2.000 euros. “Si mañana me dicen que puedo poner todas las mesas de antes quitaría las mamparas encantado porque, además, no han supuesto un coste excesivo”, detalla este hostelero.

Un trabajador limpia una de las mesas.
Un trabajador limpia una de las mesas. / Javier Albiñana

“Cambia todo y la mentalidad es diferente. Las mesas ya no van a estar montadas sino que el cliente se encuentra la mesa sin nada y ponemos el mantel y los cubiertos”, señala Candamil, quien especifica que darán menús en folios de un solo uso y la carta de vinos se podrá descargar con un código QR.

El restaurante tenía 15 empleados y, por ahora, van a rescatar a siete del Erte, de los cuales cinco entrarán a jornada completa y dos con reducción de jornada. “El resto intentaramos recuperarlos poco a poco”, afirma el empresario. Ya tienen reservas para el lunes y los días siguientes. Su intención es, hasta que no haya movilidad interprovincial, abrir de lunes a sábado al mediodía y solo viernes y sábado también por la noche. Mantendrán su servicio de comida para llevar, pero solo con recogida en el establecimiento. “Esperamos funcionar bien porque tenemos una clientela consolidada aunque es una situación nueva y solo pensamos que lo que venga vendrá”, comenta.

Jesús Sánchez, propietario del restaurante japonés Asako, retrasará la apertura hasta el fin de semana y, por ahora, ha apostado por separar más las mesas. “En mi caso lo de las mamparas no lo veo porque la gente lleva dos meses y medio confinados y daría más sensación de cierre y de agobio”, señala. Su establecimiento tiene dos plantas y una capacidad total para 64 comensales, aunque al eliminar mesas para guardar la distancia mínima de dos metros se va a quedar con una capacidad de entre 10 y 12 clientes por planta, por lo que no va a llegar ni al 40% del aforo permitido por ley pero el local no da para más. “Mi idea es abrir con lo mínimo, primero la planta de abajo y si se llena la de arriba. Estamos a verlas venir, esperando a ver si el centro se anima un poco y mantendremos el servicio de recogida de la comida para llevar al domicilio”, detalla este hostelero.

Jesús Sánchez, propietario del restaurante Asako

"Mi idea es abrir con lo mínimo. Estamos a verlas venir y con mucho menos aforo”

Javier Frutos preside la patronal Mahos y es propietario de varios establecimientos en el Centro. “Calculamos que en la fase 2 abrirán un 50% de los negocios. Yo, por mi parte, no voy a abrir el lunes”, explica Frutos, quien lamenta la incertidumbre que hay en el sector por los protocolos a seguir o la prolongación de los Ertes.

stats