Málaga

Diseñan en Málaga un cinturón verde para 12 millones de personas

Arboleda del Paseo de los Curas, en la capital malagueña.

Arboleda del Paseo de los Curas, en la capital malagueña. / Pepe Gómez (Málaga)

Málaga necesita más árboles. Las ciudades necesitan más árboles. Más cobertura arbórea y, en consecuencia, más salud ambiental. Estas premisas han empujado a expertos de Málaga a elaborar un proyecto de para arbolar no solo la capital malagueña, sino más ciudades más allá incluso de las fronteras de España. Se trata de Alboranian Green Belt.

El territorio que abarcaría este proyecto sería toda la costa mediterránea andaluza conectando con el norte de Marruecos hasta Argelia. Esto se debe a las particularidades que presenta el arco del Mar de Alborán, que son comunes en los citados lugares. Esto beneficiaría a un total de 12 millones de personas. Otro dato poblacional a destacar es que este espacio abarcaría a 30 ciudades de más de 50.000 habitantes, que es el límite para que un asentamiento urbano pase a ser ecosistema urbano.

Este grupo de expertos está en encabezado por el director de la cátedra de conservación de la Naturaleza de la UNÍA y profesor de Botánica, Enrique Salvo Tierra. A su juicio, el programa se trata, como su propio nombre indica en inglés, de un cinturón verde que englobaría los espacios forestales protegidos como Parques Naturales o Parques Nacionales; espacios forestales que aunque no tenga una figura de protección están considerados como zonas de interés por la Unión Europa y masas forestales.

Estas últimas, denominadas por estos expertos como islas de biodiversidad Alboranica, consistirían en plantaciones similares a un bosque formadas por especies habituales y propias del bosque mediterráneo y que bordee a todas las ciudades. Su función serían cubrir los espacios baldíos no cubiertos por las dos categorías anteriores.

La recomendación, según las autoridades, es que estas masas alcancen un diámetro de 30 kilómetros, pero esto es una cifra que depende mucho de la zona en la que se vaya a llevar a cabo la verdificación. En Málaga, se apostaría por espacio que rondaran los 5 kilómetros.

Esa reforestación traería tres beneficios fundamentales. El primero, la amortiguación de las temperaturas con una reducción del calor y de la humedad, lo que llevaría consigo un clima más atemperado. El segundo sería reducir las escorrentías excesivas de arroyos. “Uno de los problemas es que llueve lo mismo pero cada vez en menos tiempo por lo que se van a producir muchas escorrentías. La manera de frenar esos episodios es con vegetación”, explica Salvo Tierra.El tercer beneficio sería lo que se llama crear un servicio ecosistémico, que conlleva, por ejemplo, la reducción del polvo en suspensión. Según datos extraídos de un estudio realizado por el Instituto de Salud Global, en Málaga se podrían evitar 304 muertes anuales derivadas de la calidad del aire.

El Alboranian Green Belt está a la espera de ser incluido en el Plan de Infraestructura Verde, creado por el Ministerio de Transición Ecológica, y su responsables esperan que “ante la emergencia climática que parece que ahora va más en serio que nunca, 2030 debería ser el plazo para alcanzar un grado de desarrollo aceptable de un cinturón verde de estas características”.

Salvo también explica que existe un estudio por parte del OMAU que propone el siguiente cinturón: desembocadura del Guadalhorce, Campanillas, PTA, Cementerio, Puerto de la Torre, Montes de Málaga para buscar el mar a través del Peñón del Cuervo. “Lo lógico sería que el cinturón estuviera conectado con Torremolinos y Mijas.

De manera que se haga un corredor desde Algeciras hasta pasado Nerja para meterse en el poniente granadino, concretamente en los Guajares (Granada)”, apunta el profesor.

Desde este equipo defienden la función integradora y rechazan la endogamia. “No tiene sentido que estos proyectos tengan un desarrollo localista. ¿De qué me sirve ese cinturón con límites? Lo importante es que se cree una continuidad ecosistémica”, apelan convencidos.

Para Salvo Tierra, la necesidad del incremento del arbolado no es sólo una cuestión periurbana, también tiene que incrementarse en los núcleos urbanos, “en el corazón de las ciudades”, pero considera que “tiene que hacerse basándose en acuerdos bien construidos”. Añade que hay que partir desde dos puntos fundamental, uno “el principal es dónde asientas esos árboles porque “el asentamiento no puede hacerse en alcorques que no permite crecer a los árboles”. Y el segundo punto: “Hay que llevar la cultura del árbol a la ciudadanía”. “El de Málaga –continúa– quizás sea de los mejores equipos de Parques y Jardines de España pero basta con acercarse a los planes de desarrollo urbanísticos para ver que se está desestimando la opción de árboles con los que se pueda formar túneles”.

También proveniente del Instituto de Salud Global, de 1.000 ciudades europeas de más de 100.000 habitantes, Málaga ocupa el puesto 506 en cuanto a presencia de zonas verdes se refiere. Y de las 100 ciudades españolas analizadas en este estudio, Málaga ocupa el puesto 35 por la cola, siendo Elche, la mejor valorada. Por último, siguiendo las recomendaciones vertidas desde la OMS, debe haber un mínimo de ocho árboles por persona. En Málaga, el 62,3% de la población está por debajo de ese ratio. 

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