Los economistas observan ahora un crecimiento económico "ralentizado"

"La recuperación económica está aquí, estamos en ella, eso es indiscutible, pero el ritmo de crecimiento es muy pausado, parece que sea un crecimiento casi a ralentí. Y los problemas que originan esta lentitud siguen siendo los mismos que venimos observando en trimestres anteriores: el entorno y que el acceso al crédito sigue siendo cero". Con estas palabras, el decano del Colegio de Economistas, Juan Carlos Robles, resumió los datos del último barómetro realizado por el organismo con los datos del tercer trimestre.

El optimismo se refleja en que se están observando datos positivos que se vienen repitiendo a lo largo de todo el año, aunque con cierto sabor agridulce dado que el crecimiento es más lento del estimado y, claro, también del deseado. Los mismos economistas que vaticinaron una salida de la crisis allá por el año 2010 para no antes del 2014 se acercaron y mucho y ahora van un paso más allá y observan que la salida será algo más lenta de lo que cabría esperar, pues el crecimiento en lugar de dispararse se ha "ralentizado".

Aún así, la cantidad de datos positivos es bastante superior a la cantidad de negativos. Desciende la tasa de paro (algo que hay que analizar también dentro de la estacionalidad del trimestre), siguen en aumento las pernoctaciones y crecen el número de vehículos matriculados, al igual que lo hace el número de afiliados a la Seguridad Social. La venta de viviendas se mantiene, con un precio al alza, aunque con un cambio de tendencia en la que están siendo los inmuebles usados los que están teniendo más salida en el mercado -las viviendas visadas también han tenido un interesante repunte-. La licitación pública se ha multiplicado por tres en los doce últimos meses y el PIB previsto para la provincia se mantiene por encima del andaluz y el nacional, pero observan que se frenan la estimación de un ritmo de crecimiento mayor. Fernando del Alcaraz, jefe de Estudios del Colegio, que explicó todos estos argumentos ayer, matizó este crecimiento ralentizado en indicadores como la creación de empleo, algo que se está produciendo pero a un ritmo inferior que el tercer trimestre del pasado ejercicio.

La falta de crédito sigue siendo el principal escollo que ha de salvar la economía malagueña, y la española, para encauzar un crecimiento continuado que permita ver la salida en este profundo túnel en que se ha convertido la crisis económica. Y este dato sí que les parece a los economistas especialmente alarmante, teniendo en cuenta el saneamiento de la banca que se ha acometido y los esfuerzos del Gobierno para que así sea. El decano del Colegio lo explicó de forma muy gráfica: "Cuando haya verdaderamente crédito eso hará de gasolina y alcanzaremos la velocidad necesaria para el crecimiento". El ahorro privado es el que realmente está sustentando la salida de la crisis, porque las garantías que están exigiendo los bancos para conceder un crédito son "excesivas".

Otro de los factores que marcan la incertidumbre es la falta de crecimiento europeo. El vicedecano del Colegio, Antonio Pedraza, matizó que aunque "España sigue comportándose paradójicamente mejor que los demás países europeos, no nos podemos sustraer del entorno". Junto con Irlanda y Grecia son los países que presentan los avances más abultados, aunque no consiguen dejar atrás las cifras de paro y una deuda más alta que la media.

Los economistas se muestran esperanzados en que la subida del dólar procure una ventaja competitiva al mercado turístico español y que la bajada que está experimentando el petróleo sirva también de impulso para el crecimiento español, con un el ahorro en gasto energético que ello supone.

Porque en cuanto a la reforma laboral no consideran que haya favorecido demasiado la recuperación económica, en la medida en que se observan resultados en cuanto a actividad y productividad pero esto no ha sido lo suficientemente significativo como para reducir la contratación temporal frente a la indefinida; algo que acaba perjudicando el consumo: "Se ha ganado en competitividad, pero también en inseguridad a la hora de consumir por parte de quien no tiene estabilidad laboral".