Elías Bendodo, el espíritu del Caminito del Rey

El Caminito del Rey, orgullo para toda Málaga hoy en día, era hasta hace una década una cuenta pendiente con la provincia. Una utopía que se hizo realidad gracias al esfuerzo y compromiso de una serie de personas, responsables de administraciones de distinto nivel y opuesto color político, que supieron dejar a un lado sus diferencias y se pusieron manos a la obra para darle el impulso definitivo a un sueño colectivo que nunca había pasado del papel. Como presidente de la Diputación Provincial, Elías Bendodo, jugó un papel esencial para desatascar el proyecto. Es por esto por lo que, coincidiendo con el décimo aniversario de la reapertura del Caminito del Rey, se le concedió el Premio Malagueños de hoy 2025.

El expresidente de la Diputación, actualmente vicesecretario de Política Autonómica del PP, subrayó que el Caminito del Rey fue “un éxito colectivo” y, en ese sentido, recordó a todos los que “con su generosidad” contribuyeron a hacerlo una realidad. Así, mencionó a los alcaldes del entorno, como José Sánchez (PSOE) y Juan Calderón (IU) –exaldaldes de Álora y Ardales–; así como al entonces delegado de Medio Ambiente de la Junta, el socialista Javier Carnero; a los populares Ignacio Mena y Juan Ramón Casero –ya fallecidos– y a su predecesor al frente de la institución provincial, Salvador Pendón, a quien atribuyó ser “el primero que planteó este sueño”.

Aseguró que cuando su equipo llegó a la Diputación todo el mundo les decía que el proyecto era “muy ambicioso”, tanto que era “imposible”. “Creo que ese fue el detonante, porque nos pusimos manos a la obra, a hablar, a negociar, a ceder, a buscar acuerdos entre administraciones, y todos fuimos capaces de llegar a una solución que convirtió el sueño de muchos en una realidad”, afirmó.

"Han pasado 10 años y parecemos otro país, otra gente, me gustaría decir que somos mejores, pero no lo tengo claro"

Fue ese afán por “anteponer el bien de Málaga por encima de todo” –algo tan difícil de ver en política– lo que encandiló a la mayoría, enamorados ya de por sí de la idea de volver a recorrer la pasarela sobre el desfiladero de los Gaitanes casi un siglo después. Es lo que algunos en la provincia hoy llaman el espíritu del Caminito del Rey, que el propio Bendodo reivindicó en su discurso tras recoger el premio, deseando ser capaces de “conversar para afrontar retos que van más allá de nuestras siglas”. Aseguró que el Caminito del Rey “es un sentimiento” y “la demostración de que si nos planteamos cualquier cosa podemos conseguirlo, dialogando, negociando y anteponiendo el interés de Málaga por encima de todo”.

Bendodo, que consideró que “va a ser muy difícil” superar el éxito de este proyecto, aseguró echar de menos ese espíritu hoy en día. “Han pasado diez años y parece una vida, parece que somos otro país, otra gente, me gustaría decir que somos mejores, pero yo no lo tengo claro”, sostuvo, para a continuación reivindicar “la nobleza de la política”.

“El Caminito se oxidó y derrumbó durante demasiados años porque fue abandonado al vandalismo, con la democracia pasa algo parecido, no debemos dar por hecho que es indestructible”, señaló, diciendo que “urge dejar atrás este periodo de crispación”. “Yo podría reivindicar el espíritu de la Transición, pero creo que el espíritu del Caminito del Rey sería también un buen punto de partida”, concluyó.