Málaga

Optimismo de los empresarios de playas de Málaga en la cuenta atrás para Semana Santa

Numerosos turistas disfrutan de una comida en la playa en La Carihuela (Torremolinos).

Numerosos turistas disfrutan de una comida en la playa en La Carihuela (Torremolinos). / Daniel Pérez / Efe

En el litoral andaluz se ha iniciado la cuenta atrás para la Semana Santa, la antesala de la temporada alta para el turismo, con buenas perspectivas en el sector: la mayoría de las playas están en "óptimas condiciones" y las perspectivas de negocio de los empresarios del sector son "muy buenas".

El presidente de la Federación Andaluza de Empresarios de Playas (Faeplayas), Manuel Villafaina, ha afirmado a EFE que se espera que casi todos los establecimientos de las cinco provincias costeras de la comunidad estén abiertos dentro de un mes.

En la actualidad, las playas están "en óptimas condiciones para su uso, quitando algunos puntos que se pueden contar con los dedos de la mano", ha asegurado Villafaina, que espera que se mantengan así en las próximas semanas.

Con el clima de que disfruta Andalucía, "aquí ya no hay invierno, la temporada es casi todo el año", lo que está ayudando a combatir la estacionalidad turística y con ello, los ayuntamientos también mantienen limpias las playas fuera de la temporada alta.

El negocio de los chiringuitos está muy ligado a la actividad de otros sectores como el de los alojamientos. Aunque las reservas cada vez se producen con menor antelación, las perspectivas hoteleras para la Semana Santa son buenas, y a ello hay que sumar la llegada de los propietarios de una segunda residencia, ha explicado.

Los empresarios esperan que se mantenga la tendencia del pasado año, en el que pese a haber menos visitantes que en el "excelente" 2019, se observó un mayor nivel de gasto de los turistas en sus establecimientos y "ganas de disfrutar" tras la crisis sanitaria derivada de la pandemia.

Durante esos años, que supusieron un golpe sin precedentes para el turismo, muchos de los propietarios de los chiringuitos aprovecharon para iniciar reformas en sus establecimientos, con el fin de modernizarlos.

Una puesta a punto de los chiringuitos que culminará en 2025

Desde 2020, Villafaina calcula que la inversión llevada a cabo en las instalaciones de playa andaluzas ronda los 500 millones de euros. Está previsto que las actuaciones alcancen un desembolso de 1.200 millones de euros, un reto que cree que se completará en menos de dos años.

La mayoría de las reformas pendientes se llevarán a cabo en 2024 porque "casi todos están ya con su permiso de obra". Muchos no han podido acometerlas antes porque no disponían de las autorizaciones municipales para unos trabajos que, como es lógico, no van a acometer en pleno verano, ha apuntado.

La puesta a punto de los chiringuitos abarca desde la instalación de rampas para minusválidos a la incorporación de cristal para aprovechar la luz y el espacio en los meses menos cálidos, así como una apuesta por las nuevas tecnologías.

A los turistas, por ejemplo, les gusta poder consultar la carta en su idioma en su propio teléfono a través de un código QR, ha señalado.

En Andalucía se calcula que hay unas 3.000 concesiones de playas -de ellas un millar son chiringuitos- que emplean en los momentos de mayor afluencia turística a entre 50.000 y 60.000 personas, según los datos de la Federación.

Del "patito feo" a un pilar esencial

El segmento de sol y playa, muchas veces denostado, ha pasado de ser "el patito feo del turismo" a una "pata importantísima" porque es una de las principales motivaciones de los turistas para visitar el destino, ha aseverado Manuel Villafaina, quien ha destacado el papel su sector en "fidelizar" a estos visitantes.

Los turistas pasan muchas horas en sus instalaciones: "hamacas, desayunos aperitivos, almuerzos y, algunos, incluso se quedan a cenar", ha recalcado, y atraídos por esta oferta hay quienes visitan Andalucía "desde hace cuatro décadas, ya con nietos o bisnietos".

Mediante la gastronomía, también han contribuido a la diferenciación del destino. Al principio, el turista que recalaba en los chiringuitos "comía tortilla española, paella y alguna carne, pero tiraba poco del pescaíto frito o el marisco", ha rememorado.

Los empresarios decidieron recorrer Europa para promocionar estos productos en los países de origen de los turistas y "hoy te llega un holandés y te pide boquerones al limón, rosada con alioli o espetos de sardinas", ha aseverado.

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