Así se enchufaba en Limasa
Los sindicatos del comité de empresa reconocieron la existencia de un sistema de cupos fijado por la empresa para contratar a eventuales y que era conocido como 80-20
El presidente del comité de la empresa mixta de limpieza Limasa, Manuel Belmonte (UGT), abrió la caja de Pandora el pasado viernes cuando declaró en la comisión de investigación sobre la sociedad que algunos partidos políticos habían mediado para colocar a dedo a determinados trabajadores. Pero lo que no dijo entonces es que los sindicatos supuestamente también se habrían beneficiado de un sistema de contratación no escrito por el que la empresa, del que el Ayuntamiento de Málaga forma parte con el 49% del accionariado, supuestamente repartía entre las distintas secciones sindicales un cupo a la hora de contratar a operarios eventuales.
Era el conocido como sistema de cupos o de 80-20 que, según reconocieron a este periódico fuentes sindicales, se mantuvo presuntamente hasta el verano de 2013 después de que comité y empresa firmaran meses antes un acuerdo para crear definitivamente una bolsa de trabajo que regulara esa situación. Al parecer, consistía en que el 80% de las contrataciones temporales se hacían recurriendo a las personas que más días tenías cotizados en el listado que había entonces, mientras que el 20% de los contratos restantes se repartían para que fueran la propia empresa y los sindicatos los que propusieran los nombres de las personas a las que debían ir dirigidos.
Lo reconocen los propios sindicatos en una reunión celebrada por el comité de empresa de Limasa el 12 de septiembre de 2011, a cuya acta ha tenido acceso este periódico tras la información adelantada por la Cadena Ser, y en la que uno de los puntos del día era precisamente el sistema de contratación. UTL, que en ese momento presidía el comité, proponía cambiarlo por un sistema "más justo y ecuánime". Pero se encontró con el rechazo del resto de los sindicatos que abogaban en aquella reunión por mantener el sistema 80-20 hasta que la empresa definiera la nueva bolsa de trabajo. UGT, el sindicato que ahora tiene mayoría en el comité y al que pertenece su actual presidente, era uno de los partidarios de mantener las contrataciones por cupo, al igual que CGT, CSIF y USO. En cambio, CCOO decía no estar de acuerdo con ninguna de las dos opciones, si bien uno de sus representantes opinó que "mientras tanto se hace la bolsa de trabajo para que la empresa gestione el cien por cien a su antojo prefieren obtener un cupo de contrataciones".
En un encuentro, en el que a través del acta queda de manifiesto la división que había en el comité y la tensión vivida en torno a este asunto, Belmonte -que entonces era un miembro más del comité- se mostró crítico con el resto de los sindicatos al asegurar que "aquí todos pedimos el 80-20 pero después cuando viene la empresa todos nos callamos y sólo lo dice UGT. Y digo yo que hay que decirle a la empresa que o nos deja como estábamos o dame algo aunque sea para mi hijo o para un afiliado, pero no todo para la empresa".
Incluso llega a reprocharle a UTL su postura por querer "las contrataciones puras y duras sin cupos para nadie" y le advierte que "la empresa lo tiene muy claro y lo ha dicho en numerosas ocasiones que 'esto es una empresa mixta y aquí mando yo y contratamos como nosotros queramos'". La otra opción, dijo Belmonte, era denunciar a lo que el representante de UTL dijo que habría que hacerlo.
Un mes más tarde, este sindicato presentó una demanda contra Limasa y los cinco sindicatos restantes por considerar que con este sistema se vulneraba el principio de trato y no discriminación en la política de contratación llevada a cabo por la empresa, alegando que resultaba discriminatoria porque se veían favorecidos los familiares, amigos y afiliados a ellos en detrimento de su organización sindical y de los trabajadores no afiliados.
El acta de esa reunión fue una de las pruebas aportadas en la demanda. Pero el Juzgado de lo Social número 3 de Málaga falló en contra por considerar que no se había acreditado que la empresa contratara a trabajadores eventuales mediante el sistema de cupos sindicales. La sentencia hacía referencia, además, a que la contratación temporal de familiares de afiliados y de candidatos de determinados sindicatos "en modo alguno supone la existencia de cupos, así como la contratación de trabajadores con menos experiencia que otros aspirantes que puede deberse, entre otros aspectos, a disfuncionalidades propias de la inexistencia de una bolsa de trabajo".
UTL presentó un recurso de suplicación contra el fallo judicial ante el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA), pero éste también lo desestimó al considerar que el demandante no había desarrollado "una actividad probatoria suficiente como para acreditar la existencia de indicios o de un panorama evidente sospechoso del trato discriminatorio que alega".
Aunque el sistema de cupos se anuló en el momento en el que ambas partes acordaron en 2013 la creación de una bolsa de trabajo, fuentes sindicales explicaron que ha sido "una práctica habitual" y que "nunca en Limasa ha entrado nadie por currículum ni al azar, siempre ha sido por recomendación". Pero insistieron en que la responsabilidad principal era de la empresa que era la que "ofrecía a cada sindicato un cupo para que dieran los nombres de las personas que querían que llamaran para los contratos temporales mes a mes". Ante la ausencia de una bolsa de trabajo, en la lista que había para los trabajadores eventuales "avanzabas más o menos con días trabajados según los enchufes que tuvieses".
Ni la dirección de la sociedad mixta ni el Ayuntamiento de Málaga se pronunciaron ayer al respecto.
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