Málaga

"Él entró al país legalmente, mis hijos tienen el apellido Fernández"

Carla Coppari (tercera por la izquierda) junto a su marido Carlos Fernández, en una cena benéfica.

Carla Coppari (tercera por la izquierda) junto a su marido Carlos Fernández, en una cena benéfica. / 'Tiempo de San Juan'

"Lo que a mí me importa es con quién me casé: es una excelente persona, un padre intachable, una persona maravillosa como marido y como amigo". Con esa definición sobre su marido, la periodista y ex modelo Carla Coppari rompió ayer su silencio en el periódico argentino Tiempo de San Juan, tres días después de la detención de su pareja, el ex concejal Carlos Fernández fugado del caso Malaya.

La periodista atendió por teléfono al periodista Gustavo Martínez Puga, porque, como él mismo recoge en la información publicada por su diario, le interesaba "dejar en claro que no se cometió ningún delito: él entró al país legalmente; mis hijos tienen el apellido Fernández; yo me casé con Carlos Fernández; si preguntan en la escuela o a los vecinos les van a decir que lo conocen con el apellido Fernández".

Consultada sobre si sabía que su marido era un prófugo, Coppari se limitó a responderle al periodista que "no voy a hacer declaraciones que puedan tener problemas legales". Aunque dejó en evidencia que sí conocía esa realidad que ha pasado desapercibida para el resto de sus vecinos, según recoge Tiempo de San Juan.

Con la intención de demostrar que su marido no ha llegado a falsificar ninguna documentación, tal como se pensó que podría haber ocurrido para poder contraer matrimonio legalmente o para registrar a sus dos hijos, Carla Coppari explicó: "mi suegra trajo de España la partida de nacimiento de Carlos y nos casamos legalmente. Mis suegros y mi cuñado viajaron y lo hacían frecuentemente".

Uno de los datos que más llamó la atención tras la detención fue que en San Juan Carlos se presentaba públicamente con el apellido de Hernández y no con el verdadero, Fernández. Coppari se limitó a decir que "fue un malentendido que nunca se corrigió. Prefiero no entrar en detalles".

El otro dato que llamó la atención tras el arresto del ex edil andalucista fue que la empresa Europa Coaching estaba a nombre de su pareja. Con esa empresa Fernández realizaba servicios de asesoramiento a políticos, empresarios, deportistas y medios de comunicación. Coppari dio la siguiente explicación al diario argentino: "Es más fácil que esté a mi nombre que al de un español. Además, él siempre me decía que si se moría o le pasaba algo era un lío pasar todo a mi nombre, por eso estaba todo a mi nombre".

Coppari destacó "los miles de mensajes dando su apoyo a Fernández. "Pregunten a las empresas que asesoraba y les van a decir cómo él los atendía a cualquier hora; siente pasión por lo que hace".

La periodista también aseguró que la detención no se produjo de madrugada sino más temprano, cuando sus hijos dormían y ellos estaban viendo la televisión. Coppari reconoció que en el momento de la detención estaba con ellos el abogado y amigo personal de Carlos Fernández, Leonardo Lara Lanteri. Algo que calificó de "casualidad". El dato de que estuviera el abogado Lara Lanteri no pasó desapercibido en Argentina.

Tampoco que el hermano de prófugo, el abogado Antonio Fernández, "ocho horas antes de la detención se había presentado en el juzgado de Marbella para pedir la prescripción de los delitos", asegura el diario argentino. Sobre esa gestión de su cuñado en España, Carla Coppari dijo que "no sé nada de eso. No podría decir nada porque puede informar mal".

Coppari quiso dejar en claro su opinión sobre procedimiento: "La actuación de la Policía Federal fue extraordinariamente buena. Como lo viene siendo la actuación de la justicia federal hasta el momento". La periodista también calificó de "mentira" la información dada por las autoridades de que Carlos Fernández se había realizado operaciones de cirugía estética para cambiar su aspecto.

Lo que la esposa no respondió al periódico local fue por qué no se entregó a la justicia de España si sabía que estaba en busca y captura: "Tengo que cortar", dijo. Luego no respondió más el teléfono.

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