Málaga

La equidad de las urgencias extrahospitalarias se enquista en el SAS

Ilustración sobre el conflicto de las urgencias extrahospitalarias.

Ilustración sobre el conflicto de las urgencias extrahospitalarias. / Rosell

Se les conoce popularmente como los azules pero en el ámbito sanitario son los SUAP, los antiguos DCCU, es decir, el Servicio de Urgencias de Atención Primaria. Se dedican a eso, precisamente, a la atención de cualquier urgencia y emergencia extrahospitalaria que necesite un ciudadano, se encuentre en el rincón de la comunidad en el que se encuentre. Un servicio público dependiente desde siempre del Servicio Andaluz de Salud (SAS) que se encuentra en pie de guerra desde que el pasado mes de enero –tras anunciarse el proceso de integración de los trabajadores del 061 en esta área como parte del SAS, fruto de la extinción de las agencias sanitarias– se viera “ninguneado” y “maltratado” por los gestores sanitarios andaluces, con condiciones laborales y profesionales que califican “de segunda” y por las que llevan peleando más de seis meses.

Por fin, hoy el SAS ha convocado una mesa técnica para tratar el asunto. Una cita que se conoce después de que hace unas semanas, los sindicatos protagonizaran una nueva movilización autonómica en Sevilla para expresar el descontento del personal.

Protesta de mayo pasado, ante la Delegación de Salud de Málaga. Protesta de mayo pasado, ante la Delegación de Salud de Málaga.

Protesta de mayo pasado, ante la Delegación de Salud de Málaga. / M. H.

El conflicto viene de lejos. Partiendo de la base de que no quieren perjudicar a los trabajadores del 061, los profesionales del SUAP sí exigen que sus condiciones se puedan equiparar. Los profesionales de los servicios de urgencias y emergencias extrahospitalarias reclaman desde hace meses a la Junta que les dé una solución y les equipare laboralmente a sus compañeros del 061. A pesar de que los profesionales de ambas entidades deberían trabajar con los mismos derechos, denuncian que esto no está ocurriendo y que sufren un agravio comparativo que les lleva, por ejemplo, a cobrar menos o a tener peores recursos técnicos y humanos que sus compañeros del 061. 

Numerosas movilizaciones por todos los rincones de Andalucía desde el pasado mes de marzo, una gran concentración ante la sede de los servicios centrales del SAS en la Avenida de la Constitución –contando con el respaldo de la Mesa Sectorial sanitaria que integran CCOO, UGT, CSIF, Sindicato Médico y Satse– y numerosos escritos sin respuestas, no han servido para avanzar.

Fuentes de la Administración consultadas se limitan a afirmar que las demandas planteadas por los profesionales a través de las organizaciones sindicales “serán analizadas”, las cuales “se ajustarán a las necesidades asistenciales que se prevean”. Literalmente. Pero nada sobre cómo se está gestionando un asunto que es complejo y del que esperan soluciones –según el colectivo– unas 10.000 personas en toda Andalucía. 

El problema “no es nuevo”, asegura en declaraciones a este periódico la enfermera del SUAP y una de las portavoces de la Plataforma de Profesionales de las Urgencias y Emergencias del Servicio Andaluz de Salud, Manuela Mayo. La integración en el SAS del 061 “sólo lo ha agravado”. “Nosotros llevamos muchos años reclamando mejoras en las condiciones laborales, pero nunca nos habíamos unido. Es en enero cuando vemos cómo el SAS da un paso adelante para integrar al 061 y nos damos cuenta de que un servicio igual que el nuestro entra en nuestra casa y con mejores condiciones. Sólo pedimos lo que entendemos que nos pertenece y ni siquiera se sientan a escucharnos”, lamenta.

Protesta autonómica en Sevilla, este pasado jueves. Protesta autonómica en Sevilla, este pasado jueves.

Protesta autonómica en Sevilla, este pasado jueves. / M. H.

Y, ¿cuáles son esas condiciones a mejorar y que los hacen diferentes? Mayo apunta que en su servicio carecen de recursos con los que sí cuentan en el 061 y que no se pueden justificar teniendo en cuenta que desde enero ambas unidades pertenecen al SAS para realizar las mismas funciones. “No se dispone de los mismos equipamientos en las unidades móviles. Dependemos de lo que el distrito de Atención Primaria al que pertenecemos considere. Tampoco de la amplia oferta en formación continuada y obligatoria en jornada laboral que reciben nuestros compañeros, que en nuestro caso debemos costear de nuestros bolsillos y quitándonos tiempo de nuestras vidas personales. Todo eso unido al agravio de los sistemas retributivos que, en nuestro caso, no reconoce cuestiones básicas en sanidad como son la turnicidad, penosidad, nocturnidad y festivos especiales”, explica y añade: “Es un caos que no podemos permitir”.

El colectivo no entiende cómo “atendiendo las mismas emergencias” y “en mayor volumen”, teniendo en cuenta –apunta la enfermera– que el 061 dispone de 30 unidades para toda Andalucía, mientras los SUAP rondan las 200, por lo cual cuentan con mayor margen de maniobra. “El principal perjudicado sigue siendo el ciudadano, que, dependiendo de la zona geográfica donde resida, va a recibir la atención de uno u otro servicio, sobre todo en lo referente a los medios de los que disponen los SUAP y que se hace más patente en las zonas rurales, por estar más alejadas de un centro hospitalario. Depende del azar, los profesionales que te atiendan tendrán más medios y formación que los otros. Es una barbaridad que el ciudadano no sabe”, apostilla. 

Además, mientras que el personal que ya estaba en el SUAP es estatutario y se rige por lo dispuesto en el convenio que la Administración fijada para ellos, en el caso del 061 se trata de trabajadores laborales que cuentan con el convenio que su propio servicio ha elaborado, aunque las fuentes del sector consultadas indican que esto está a la espera de la aprobación inminente del nuevo decreto que regulará a los profesionales del 061.

Por otra parte, los profesionales también se sienten perjudicados porque socialmente la figura del 061 ha calado tanto que oficialmente también se suele visibilizar más a este servicio hasta el punto de que la población suele desconocer que existe el SUAP. “Nosotros ya lo vemos como una invisibilidad premeditada. Estamos cansados de escribir al 112 para que informe correctamente de los servicios que se prestan. La información que reciben los medios de comunicación está sesgada desde la base y así se difunde. Nuestra teoría es que a la Junta le interesa promocionar una empresa magnífica, que lo es, porque tiene una logística buenísima y muy buenos profesionales, dando a entender que es la empresa que da cobertura a toda Andalucía, sin embargo, sólo es la punta de un iceberg. Es muy triste que la Junta no venda un servicio como los SUAP, que ha sido propio de toda la vida. No quieren se se sepa que existimos. Que existen dos servicios paralelos, uno cutre, entre comillas, al que no cuidan [SUAP], y otro en la élite [061]. No les interesa”, sentencia.

Geográficamente también se encuentran algunas claves. En zonas donde conviven ambos servicios, SUAP-061 –los grandes núcleos urbanos y capitales de provincia–, los segundos se limitan a la atención de los emergencias de prioridad 1 como son dolores torácicos con riesgo de infarto, accidentes de tráfico o código ictus, por ejemplo, el resto las atiende el SUAP. ¿Pero qué ocurre en el resto del territorito andaluz? “Pues que el SUAP es la prioridad uno, la dos y la tres, básicamente, porque no hay otro”, afirma la enfermera. “Todo, con los medios y recursos que llevemos en la ambulancia y con traslados más largos. Es que es incongruente”, apostilla. 

“Hacemos todos el mismo trabajo, pero ellos siguen teniendo su convenio con unas condiciones laborables fantásticas. No pedimos que a ellos se les quite nada, ni mucho menos, porque hacen una labor excelente, pero queremos las mismas. Queremos que se unifique el sistema de emergencias en toda Andalucía. Los trabajadores tendremos la misma formación y medios y la ciudadanía recibirá la misma atención”, insiste.

El representante de Atención Primaria del Sindicato Médico en Málaga, José Antonio Becerra, aclara: “Llevamos años demandando mejoras retributivas, de recursos y de formación. Ha pasado mucho tiempo y siguen sin concederlas”. Insiste en que estas protestas no tienen nada que ver con la integración del 061 en el SAS, que se hará efectiva a partir del 1 de enero del próximo año. Las mejoras para el SUAP “son reivindicaciones que se vienen reclamando desde hace mucho tiempo”, remarca Becerra. Demasiado tiempo, en opinión de trabajadores que ya se manifestaron en Málaga en abril pasado ante la Delegación del Gobierno de la Junta y, en mayo, ante la de Salud. Hace unas semanas se volvió a realizar una movilización autonómica en Sevilla, ante la sede del SAS. Becerra acota que también se reclama la derogación de un acuerdo de 2007 sobre la creación de estos dispositivos de apoyo y la negociación en mesas técnicas de las demandas de los trabajadores.

Esta también es una petición de CCOO. El sindicato pide su derogación por sus “nefastas consecuencias” y volverá a exigir en la reunión de hoy “un servicio único de urgencias y emergencias extrahospitalarias con la misma jornada laboral, retribuciones, funciones y planes de formación”. Todas las fuentes consultadas insisten en que no se trata de menospreciar el 061 ni de que sus trabajadores pierdan sus derechos, sino de equiparar a los del SUAP. “Ellos han luchado y ganado las condiciones que tienen, me consta. Esa no es nuestra guerra. Nuestra lucha no es contra ellos. Nos apoyan, saben que nos complementamos. Lo que nosotros buscamos es mejorar nuestras condiciones”, sostiene Ana Pagador, representante del Sindicato Médico en Sevilla.

Estos representantes recuerdan que la organización de las urgencias por parte del Sistema Sanitario Público Andaluz (SSPA), que se llevó a efecto con la creación de la Empresa Pública de Emergencias-061 (EPES) en el año 1994, creó una desigualdad entre aquella población que era atendida por 061 en las capitales de provincias y grandes ciudades, y el resto de la población andaluza, para lo que se puso en marcha el Servicio de Urgencias de Atención Primaria (SUAP). Por ello, insisten en que “el principal perjudicado sigue siendo el ciudadano, que, dependiendo de la zona geográfica donde resida va a recibir la atención de uno u otro servicio, sobre todo en lo referente a los medios de que disponen los SUAP y que se hace más patente en las zonas rurales, por estar más alejadas de un centro hospitalario”.

De ahí que los profesionales de las urgencias y emergencias extrahospitalarias de Andalucía consideren que “es el momento de que los responsables políticos decidan unificar los dos servicios en uno único especializado con formación continuada para todos” que pueda ofrecer “la mejor atención posible y de calidad a la ciudadanía, de una manera uniforme en toda la geografía de la comunidad andaluza, y que no dependa del equipo que acuda a tu urgencia”, concluye la enfermera Mayo.

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