Unas manos aplaudiendo, labradas en mármol blanco. Así es el homenaje a los sanitarios y a todos los trabajadores esenciales que han luchado y lo siguen haciendo todavía contra la pandemia. La escultura de Juan Antonio Navarro Arteaga está ubicada en la Plaza de la Solidaridad y fue inaugurada este viernes. “Es una obra eterna”, destacó el presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno. Él y el alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, fueron los encargados de descubrirla.
“Dialoga” con la escultura que está en frente –la del tributo a los donantes de órganos, obra de Elena Laverón– resaltó el regidor malagueño. De la Torre dijo que el Ayuntamiento no encontró otra ubicación mejor que esa plaza porque “encaja” con los múltiples ejemplos de solidaridad que ha dejado la pandemia.
Ante un público en el que había consejeros, representantes municipales, de organizaciones sindicales y profesionales, tanto Moreno como De la Torre ensalzaron el trabajo de los sanitarios en esta crisis de salud pública, pero también de otros trabajadores esenciales como policías, efectivos de Protección Civil, de los Servicios Sociales y de numerosas empresas. Para todos estos luchadores contra el Covid 19 van esos aplausos tallados en mármol de Macael, eternos e infinitos que refulgían bajo el intenso sol malagueño de este viernes.
La obra se titula precisamente El aplauso infinito y perpetúa el homenaje diario en los balcones durante el pico de la primera ola. Ha sido diseñada de manera altruista por el escultor y se ha materializado gracias a la Asociación de Empresarios del Mármol de Andalucía. Es la quinta de idénticas características que se coloca en la comunidad autónoma. Habrá otras tres más, ya que cada capital provincial lucirá la suya.
La inauguración se convirtió en sí misma en un tributo a todos los trabajadores esenciales que siguen peleando contra el virus. El presidente de la Junta resaltó “su generosidad, compromiso, vocación y fe de servicio público”.
Moreno recordó: “Han estado 12, 13, 14 y hasta 15 horas de servicio público independientemente de cuándo termine su jornada; he visto cómo han salido llorando, se han llevado sus problemas a casa; cómo han dando mucho más de lo que a cualquiera se le puede pedir y lo han hecho con un objetivo fundamental: salvar las vidas de los andaluces y españoles”.
Pero el acto fue también una llamada de atención a la ciudadanía para que esté a la altura de la entrega de los sanitarios y otros trabajadores esenciales. “Hay que acompañar ese esfuerzo con un comportamiento ejemplar”, exhortó el alcalde porque reconoció que “no sabemos cuánto tiempo durará” la pesadilla del Covid 19. Aunque destacó que Málaga está a la cabeza de Andalucía en pacientes que han superado la enfermedad, advirtió: “Queda una gran tarea por realizar y hay que hacerla impecablemente”. A la vez admitió que toca “una etapa difícil”.
La inauguración tuvo además sus momentos de crítica política. “España no está siendo todo lo eficaz que debiera”, dijo el primer edil. Más duro fue el presidente de la Junta, que urgió al Gobierno central a “asumir el liderazgo que le corresponde”. Aunque aclaró que no para descargar la responsabilidad que tienen las comunidades autónomas, sino para que éstas tengan una cobertura normativa a fin de que ningún tribunal eche para atrás las medidas que tomen para contener la pandemia.
Sobre las 12:30, acabado el acto, los políticos poco a poco se fueron yendo. Y allí quedaron, a un lado de la rotonda, unas manos de casi dos metros aplaudiendo siempre el esfuerzo de todos los que luchan contra el coronavirus.
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