Una 'esperanza' para la gente de la calle

El programa 'Hábitat', de Rais Fundación, ofrece viviendas accesibles con carácter permanente a personas sin hogar en extrema exclusión social

Centro de acogida municipal, situado en la calle Donoso Cortés.
Centro de acogida municipal, situado en la calle Donoso Cortés.
Inmaculada Montes

Málaga, 19 de abril 2015 - 01:00

Nadka espera en un rincón de su nueva casa; un pequeño piso en la capital con un amplio e iluminado salón al que aún se está habituando. Con 42 años, esta búlgara carga a sus espaldas cerca de seis viviendo en las calles de Málaga en extrema exclusión. Sin embargo, en agosto de 2014 su vida dio un giro de 180 grados: fue elegida para participar en el programa piloto Hábitat, de origen estadounidense -Housing First- y promovido en España por la Red de Apoyo a la Integración Sociolaboral (Rais Fundación), el cual está basado en facilitar viviendas individuales accesibles y con carácter permanente a personas sin hogar que se encuentran en extrema exclusión social.

"Se trata de una herramienta que busca un perfil muy concreto y que no es apta para todos. No sólo está destinada a personas sin hogar, sino que dentro de éstas se sortea la vivienda entre aquéllas que llevan años en la calle, cuentan con algún tipo de problema, bien sea físico o psíquico y no se han podido adaptar al sistema tradicional de escalera", explica Alejandro Bernal, trabajador de Rais Fundación.

El modelo de Hábitat da la vuelta a la fórmula clásica empleada hasta ahora en el que la vivienda era el colofón a un proceso de adaptación progresivo. "Si la base del problema es la vivienda, vamos a ponerla primero y a darle ese derecho de tener un techo asegurado para cubrir sus necesidades básicas y, a partir de ahí, trabajaremos con la persona", agrega Bernal resaltando que en ningún momento se exigen requisitos previos, condiciones o tiempo mínimo de permanencia. "Se ofrece la casa a cambio de respetar la convivencia vecinal y reunirse con los técnicos una vez a la semana. Además, quienes disfrutan de salario tienen que aportar el 30% del dinero para mantener los gastos y manutención", argumenta Bernal.

Tras varios años vagando por las calles, tener un techo asegurado supera las expectativas de los beneficiados por Hábitat mejorando calidad de vida. Desde que tiene su hogar, Nadka ha resuelto su situación administrativa y ahora cuenta con empadronamiento, tarjeta sanitaria, documentación en regla y un trabajo. Pero, lo más importante para ella es que su salud física y emocional ha mejorado notablemente. "Yo soy la misma pero mi vida ha cambiado. En la calle apenas duermes porque corres peligro y, cada mañana, te sorprendes de estar viva. Tener un techo es importante porque descansas, te duchas, comes, ves la tele, duermes en un sitio limpio y no te levantas dando las gracias por sobrevivir", explica Nadka.

La libre elección del beneficiario y la autonomía para vivir priman por encima de cualquier otro aspecto. Así, los monitores de Rais Fundación ponen a disposición de la persona un tratamiento asertivo comunitario -servicios sociales, centros médicos, recursos de ocio y formación o de participación ciudadana entre otros- en el cual se tiene libre movimiento. "Nosotros sólo acompañamos en el proceso y nunca tomamos decisiones por la persona", incide Bernal.

En Málaga hay alrededor de 150 personas durmiendo en la calle, según los datos de algunas asociaciones, cifra que asciende a 40.000 en todo el país. Sin embargo, como resalta Nadka, muchos de ellos no quieren salir de esa situación por miedo y desconfianza. Con el objetivo de erradicar el sinhogarismo desde un nuevo enfoque, este modelo complementan los servicios que prestan las redes de atención para las personas con mayores dificultades.

En Málaga, este proyecto está financiado por el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad; así como por la Obra Social de La Caixa, la Agencia de Servicios Sociales de Andalucía, el Ayuntamiento -a través de sus centros de acogida y albergues- y colaboradores privados. De hecho, Nadka fue seleccionada tras pasar por el Centro de Día Malasaña y recibir la orientación y ayuda de la entidad sin ánimo de lucro Málaga Acoge, que también colabora con Rais Fundación.

Junto a este proyecto, se desarrolla además una investigación paralela -que cuenta con su grupo de control en la ciudad- para comprobar la relación entre el coste y el beneficio del alojamiento junto al uso de recursos ciudadanos para una persona. "Según los datos de investigaciones desarrolladas en otros países europeos, de EEUU y Canadá, Housing First no supone un gran coste, funciona positivamente y tiene grandes beneficios", retama el trabajador de la fundación.

stats