Los estudios de Historia se quedan con 30 profesores fijos en la UMA

Educación

Problemas estructurales y coyunturales han reducido la plantilla al mínimo posible. Colaboradores, interinos, becarios y eméritos asumen parte de la docencia.

Vista de la Facultad de Filosofía y Letras en la que se imparte el grado en Historia.
Vista de la Facultad de Filosofía y Letras en la que se imparte el grado en Historia.
Encarna Maldonado Málaga

04 de julio 2016 - 01:00

Los estudios de Historia son grandes damnificados de los recortes. Las restricciones legales para cubrir las plazas vacantes en durante los últimos años, sumado al envejecimiento de la plantilla de una universidad que jubila ahora a su primera generación de profesores y catedráticos, el retroceso de las becas para formar a personal docente e investigador, y el castigo general a las humanidades por su aparente menor valía en el mercado ha conducido a que solo queden 40 catedráticos y profesores titulares en los departamentos de Historia de la Universidad de Málaga y haya áreas de conocimiento sostenidas a duras penas.

Medieval es con diferencia la más perjudicada. En este momento únicamente cuenta con un catedrático y un profesor titular. Los otros seis profesores que participan en la docencia lo hacen desde figuras laborales provisionales y muchas veces incluso precarias. En este sentido cuenta con un profesor ayudante, otro interino, dos becarios y un catedrático jubilado que colabora en la docencia como emérito. Además de un investigador con cargo al programa Juan de la Cierva.

Este área ha sumado la debilidad del punto de partida a la jubilación de dos profesores y la muerte de dos docentes entre 2012 y 2014. Las cuatro bajas se han resuelto finalmente "con dos ayudantías", reconoce el director del Departamento de Ciencias Históricas, el catedrático Gonzalo Cruz Andreotti.

El panorama es igualmente grave en el campo de las ciencias y técnicas historiográficas que se mantiene con una única profesora titular y el apoyo de una profesora y un catedrático jubilados, una colaboradora honoraria, un profesor asociado y una profesora sustituta interina.

Dentro también de este Departamento, las áreas de historia antigua y arqueología resisten con algo más de oxígeno. La primera dispone de seis profesores titulares y catedráticos en plantilla, un investigador del programa Juan de la Cierva y el apoyo de dos profesores jubilados, un colaborador honorario y un investigador en formación. Mientras, la arqueología pervive en la Universidad de Málaga con dos catedráticos, tres profesores titulares y una doctora contratada, a los que se suma un catedrático jubilado.

Finalmente, el área de prehistoria se sostiene con tres profesores titulares, el apoyo de un docente jubilado y de una profesora contratada.

Gonzalo Cruz Andreotti reconoce que una proporción muy importante de la docencia se cubre por personal en formación y becarios porque desde 2012 ha sido muy difícil cubrir las vacantes que se han producido. Hasta este año no se han podido reemplazar la totalidad de las jubilaciones.

"Si hemos crecido ha sido fundamentalmente por nuestro potencial investigador", subraya. En este sentido, pone el acento en que un campo tan escaso de personal como el de historia antigua tenga en curso tres proyectos de investigación financiados con cargo al plan nacional de I+D y otros tres solicitados. Es más, uno de los dos docentes fijos del área de medieval, el catedrático Ángel Galán coordina la red Arca Comunis, que integra más de medio centenar de expertos en historia de la hacienda y la fiscalidad hispana del periodo comprendido entre los siglos XIII y XVIII. Reivindica por tanto que se creen "conexiones entre la investigación y la docencia que aseguren la promoción" de los más jóvenes. Recuerda, por ejemplo, los esfuerzos vanos hasta ahora del área de prehistoria para repatriar a un doctor "muy brillante" formado en la Universidad de Málaga que trabaja desde hace años en la universidad de Southampton. "Hasta ahora no ha sido posible".

Para Gonzalo Cruz el problema el "castigo estructural que sufren las humanidades porque no están vinculadas a un bien económico directo". "Solo se consideran bienes útiles los que se convierten en mercancía".

Juan Jesús Bravo, director del Departamento de Historia Moderna y Contemporánea, va aún más allá. "Las humanidades nunca han interesado en este país. Siempre han sido maltratadas y, por desgracia, esto es algo que no se va a arreglar. Es un problema estructural de la sociedad española que, por ejemplo, no ocurre en Francia, Alemania o el Reino Unido". Desde su punto de vista no es una cuestión de color político ni de ideología. Va mucho más allá. Tiene que ver con la mercantilización del conocimiento que se traduce en una medición cuantitativa de la enseñanza.

El área de historia moderna está conformada en la actualidad en la Universidad de Málaga por tres docentes fijos a los que se sumará un cuarto en breve y dos sustitutos interinos, mientras que la de historia contemporánea cuenta con ocho plazas ocupadas por profesores titulares y catedráticos. Durante el curso que ahora acaba se han leído en este Departamento más de 20 tesis doctorales y hay otras ocho o nueve en marcha.

En conjunto, la enseñanza de la historia en la Universidad de Málaga, desde la más remota prehistoria hasta la actualidad pasando por la arqueología y la música, está en manos de 30 docentes fijos que no solo se encargan del grado en esta disciplina, sino también de impartir estas asignaturas en titulaciones tan diversas como Bellas Artes, Trabajo Social o Ciencias de la Comunicación. En cualquier caso la docencia está cubierta en las diferentes áreas, unas veces gracias al personal en formación y otras veces a costa de la sobrecarga de trabajo. "Tengo compañeros con 400 alumnos de diferentes titulaciones. No es fácil llevar bien la docencia en estas condiciones", subraya Juan Jesús Bravo.

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