La huelga de examinadores retrasa ya 9.000 exámenes y destruye 50 empleos
El 80% de las autoescuelas se plantean reducciones de personal o incluso el cierre
La facturación de los centros ha caído a menos de la mitad de lo que ingresaban hace un año
Los cuatro meses de huelga del colectivo de los examinadores del carné conducir están pasando factura a sus compañeros de profesión: los profesores de las autoescuelas. El sector ya avisó que de mantenerse el paro se producirían cierres de autoescuelas, una situación que se lleva produciendo desde que se iniciara la huelga a finales de junio. En octubre el goteo de cierres no ha cesado, y ya son 10 los centros de formación para la conducción que han cerrado sus puertas, llevándose consigo cerca de medio centenar de puestos de trabajo y atrasando en torno a 9.000 exámenes de conducir desde que empezara el conflicto.
Son las cifras que manejan tanto las autoescuelas como los propios examinadores, cuyo paro está afectando a mucha más escala de lo que el colectivo hubiera deseado. "Si la huelga dura hasta el año que viene más de la mitad de las autoescuelas vamos a estar cerradas, y con respecto a los alumnos va a agrandarse aún más el problema. Esto ya se ha convertido en un problema social", asegura Antonio Martín, presidente de la Asociación Provincial de Autoescuelas (APAE).
La huelga abarca los lunes, martes y miércoles de cada semana, por lo que las autoescuelas ven frenada su actividad de manera considerable, ya que muchos alumnos prefieren no dar clases de conducir hasta que conozcan la fecha de su examen. Algo que por el paro, se alarga hasta tres y cuatro meses. Esta situación genera a veces tensiones entre los alumnos y los profesores de las autoescuelas, ya que los primeros exigen en ocasiones que se les tenga en cuenta para pasar la prueba cuanto antes.
Esta menor actividad provoca que las escuelas de conducir que no han cerrado del todo se vean obligadas a realizar Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTE), y suspender temporalmente el contrato de sus trabajadores hasta que acabe la huelga. "El 100% de las escuelas lo están pasando mal, y estudiando reducciones de jornada, ERTE o incluso el cierre en el 80% de ellas", afirma el presidente de APAE. "Hay en torno a tres o cuatro personas por autoescuela, más personal administrativo. Como han cerrado 10 eso deja cerca del medio centenar de personas las que ya no tienen ese empleo", añade Martín.
El responsable de la Asociación Provincial de Autoescuelas cree, por este motivo, que los alumnos deberían empezar a defender sus derechos: "Invito a los alumnos a que pongan hojas de reclamaciones porque no les va a pasar nada", afirma Martín, que reconoce que muchos de ellos no se mueven porque "tienen miedo de represalias que no van a existir, el examinador solo mira la preparación que lleve el alumno". Es por ello que, según él, se deben presentar quejas en la DGT y la Subdelegación del Gobierno como protesta por el enquistamiento en el que está instalado el paro del servicio de los examinadores.
Las autoescuelas, por su parte, están moviéndose para intentar recabar apoyos públicos. Recientemente han estado reunidos con el presidente de la Confederación de Empresarios de Andalucía, Javier González de Lara, y en estos días están reuniéndose con diferentes partidos políticos para presionar al Gobierno y que tome cartas en el asunto. "No podemos esperar a finales de 2018, cuando pueden entrar 150 examinadores más, ni podemos esperar a que se cansen estos señores. La DGT no es un interlocutor válido, lo ha dicho la Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSIF), es el Gobierno quien tiene que solucionar esto", opina el presidente de APAE.
Las autoescuelas tienen en verano el gran bastión que les permite subsistir con holgura el resto del ejercicio. El paro de este año, sin embargo, ha desplomado las cuentas de beneficios del periodo estival a menos de la mitad de veranos anteriores, lo que ha terminado de dar la puntilla a muchas de ellas: "En verano suelo facturar una media de unos 11.000 euros al mes y este año he facturado unos 4.500", asegura Francisco Javier Otero, directivo de la Asociación Profesional de Autoescuelas de Málaga (APAM), surgida este año tras romper con APAE.
Además de las diez autoescuelas que han cerrado de manera definitiva, Otero confirma que hay "bastantes" que han cerrado de manera temporal hasta que la huelga acabe y se retome el servicio de manera completamente normal, ya que el 90% de facturación de una escuela llega cuando los alumnos realizan prácticas, y la incertidumbre paraliza a muchos de seguir practicando.
El responsable de APAM cree que "a día de hoy la perspectiva es mala" debido a que los examinadores convocaron a finales de octubre la prolongación del paro durante noviembre, y porque aunque en diciembre vuelvan a trabajar las cosas podrían no mejorar en absoluto: "[A los examinadores] les quedan muchas vacaciones que no se pudieron tomar en verano por la huelga, por lo que diciembre va a ser un mes muy malo aunque no estén parados".
La autocrítica también tiene cabida dentro del gremio de las autoescuelas, como opina Otero: "Nosotros tenemos convocados paros en la puerta de la Jefatura Provincial de Tráfico todos los lunes. La primera vez fuimos 60 autoescuelas de 240 que hay en Málaga, el segundo lunes fuimos unas 20 y hoy éramos seis autoescuelas". El responsable de APAM cree que la movilización es la única herramienta que les queda para hacer visibles sus demandas.
La DGT asegura que hasta estas fechas se han hecho unas 300.000 pruebas de conducir en España durante 2017, sin embargo, Otero no compra los números ni la "actitud complaciente" del organismo: "El año pasado a estas alturas se habían hecho más de 700.000. En lo que va de 2017 ya van más de 250.000 alumnos que no se han examinado en todo el país". Las cuentas de Otero indican que se han dejado de hacer potencialmente 500.000 exámenes en España. "Si hacemos la cuenta de 200 euros por examen de media y medio millón de pruebas...", apostilla. Diez millones de euros perdidos por el momento y que para muchas autoescuelas no llegarán nunca.
Un paro del servicio que afecta a autoescuelas y alumnos
Aunque de manera desigual, los cuatro meses de paro del servicio afectan a todos los colectivos implicados directa o indirectamente en ella: autoescuelas, alumnos y los propios examinadores. En el caso de las escuelas, hay dramas familiares que afloran con más frecuencia conforme van pasando los meses: "Tengo compañeros que viven de que la mujer es funcionaria o de que tienen otro negocio paralelo que les aporta dinero, porque sino habrían cerrado hace mucho tiempo", cuenta, Francisco Javier Otero, directivo de la Asociación Provincial de Autoescuelas de Málaga (APAM). "Tener un negocio en el que has puesto empeño toda tu vida y vivir ahora de la carnicería de tu mujer tiene que ser frustrante", añade Otero, reconociendo al mismo tiempo que él vive "de los ahorros que he estado cosechando estos años, sino también estaría cerrado". Hay otras autoescuelas, sin embargo, que "intentan aguantar por todos los medios" con la esperanza de que la huelga se desconvocará más pronto que tarde. En el caso de los alumnos, las situaciones se equiparan a la nefasta situación que atraviesan las autoescuelas. "El verdadero problema que tienen muchos está en que este verano no han podido trabajar en lo que hubieran querido por culpa del permiso de conducir", cuenta el presidente de APAE, Antonio Martín. El responsable de la asociación que engloba a la mayoría de autoescuelas explica que hay muchas empresas de transporte que contactan con ellos solicitando conductores profesionales, algo que de momento no pueden ofrecer debido a la tremenda espera que muchos alumnos tienen que aguantar antes de su examen. "Es un drama social, hay gente que se está quedando sin trabajo, los gobernantes tienen que intervenir cuanto antes para que recuperemos la normalidad", pide el presidente de APAE. El colectivo que convocó la huelga, los examinadores, se ven lógicamente afectados a consecuencia de no ir a trabajar. Y sus nóminas lo notan cada mes: "A nosotros esto nos afecta muy directamente al sueldo, hay meses en los que hemos llegado a cobrar 700 euros", cuenta el responsable de Asextra en Málaga, José Luis Conde. Si bien el examinador reconoce que quien se lleva la parte más dura son las autoescuelas: "Ellas no es que no cobren sino que tienen que pagar sus impuestos. Es cuestión de supervivencia para muchas".
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