Málaga

La familia de Sibora pretende repatriar el cuerpo de la joven a Italia y darle el último adiós en su país

Traslado de los restos hallados en el piso que el asesino machista compartió con Sibora en Torremolinos.

Traslado de los restos hallados en el piso que el asesino machista compartió con Sibora en Torremolinos. / Daniel Pérez / Efe

La familia de Sibora aún no ha tomado la decisión sobre si se desplazará a España para someterse a las pruebas de ADN que confirmarán al 100% y previsiblemente que el cadáver hallado entre dos paredes en un domicilio de Torremolinos corresponde con el de la joven desaparecida en 2014. Si bien, aseguran que "antes o después viajarán para intentar deportar el cuerpo a Italia y darle el último adiós".

Kseva, hermana de Sibora solo por parte de padre, explica estar a la espera de la determinación de Elisabetta -progenitora de la víctima mortal-. "Si yo voy a Málaga será junto a ella", ha asegurado a este periódico al tiempo que ha añadido que "ella se encuentra dispuesta".

Sin embargo, la madre de Sibora "ahora mismo no está bien" y, a pesar de que "está haciendo lo máximo para poder realizarse las pruebas de ADN, está atravesando un momento muy difícil", ha apuntado Kseva. Desde la Subdelegación del Gobierno en Málaga han apuntado este jueves que si este extremo no fuese posible, tratarían que la Policía italiana fuese la encargada de extraer las muestras genéticas.

No obstante, ha aclaro que "antes o después vamos a ir porque también queremos repatriar el cuerpo a Italia si las pruebas genéticas confirman definitivamente que se trata de Sibora". Y es que, pese a que la joven desaparecida era originaria de Albania, residía en Nettuno, municipio italiano de la ciudad metropolitana de Roma Capital.

Sibora, como Paula, recibió varias puñaladas. El cuerpo, hallado la noche de este martes, presentó signos de haber sido agredida con un arma blanca. Las pesquisas apuntan a que, en este caso, el presunto autor usó ácido para evitar el fuerte olor que suele desprender un cadáver en estado de descomposición. No obstante, las mismas fuentes consultadas señalan que, pese al tiempo transcurrido desde que se cometiera el crimen, los restos se han conservado en un estado que ha permitido concluir inicialmente que se trata de Sibora.

El cuerpo estaba bajo cal, junto a un cuchillo ensangrentado y flores sobre el torso. Fue localizado dentro de una caja de madera escondida en una doble pared del piso de Torremolinos en el que la joven convivió con Marco R., la última residencia conocida de la víctima antes de su desaparición hace nueve años, denunciada por el propio sospechoso. 

Una novedosa técnica con empleo de instrumental de rayos X ha posibilitado el hallazgo del cadáver, que estaba en el interior de un cajón mortuorio repleto de cal situado tras una doble pared que levantó el propio detenido en un rincón del dormitorio del piso, donde desde hace siete años vive otra familia.

En la investigación se utilizaron también densímetros y microcámaras entre las paredes del inmueble. Los agentes centraron sus esfuerzos en un dormitorio de la vivienda en el que se había detectado una alteración en la construcción de una de las paredes. Así, los investigadores compararon este espacio con el inmueble colindante, de igual distribución, y observaron que en el lugar correspondiente se había construido un armario, hueco que no existía en la casa objeto de registro.

Con la total colaboración del propietario y los inquilinos actuales de la vivienda, según la Policía Nacional, se procedió a demoler el muro y se localizó tras el mismo un gran cajón de madera de aglomerado.

Los restos fueron encontrados este miércoles. Tras varios intentos infructuosos, la búsqueda había tocado a su fin. Todo parecía indicar que pertenecían a la mujer, cuya ex pareja Marco R., había admitido haberla matado y que, tras ello, había emparedado su cuerpo. 

Los policías localizaron una bolsa de plástico envuelta en cal que contenía un cuchillo con restos de sangre seca. Al extraer la cal, aparecieron enterrados bajo la misma diferentes objetos que podrían haber pertenecido a la desaparecida y un ramo de flores sobre el torso de un cadáver, que se hallaba en el interior de un saco de acampada.

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