Málaga

La familia es lo más importante

  • El Real se presenta como un oasis para el disfrute de padres e hijos

PASEANDO por las calles del Cortijo de Torres es habitual encontrarse con carteles en los que reza "Hay aire acondicionado", "Caseta climatizada" o cualquier indicativo con el que se intenta asegurar al feriante que allí lo único que se va a asar de calor es la morcilla. Sin embargo, después de un recorrido por las más de 120 casetas del recinto, hay algo que llama especialmente la atención. La palabra Wifi serigrafiada en la pared. Cuatro letras que abren la veda para darle al Smartphone libertad ilimitada, sin consumir datos de la tarifa; y sin prestar atención, por ende, a las personas de alrededor. Aunque ese reclamo ya se esté utilizando en los locales de medio mundo, sorprende verlo rodeado de caballos, carricoches y gente vestida de flamenca; un ambiente de tradición y familia.

El Ayuntamiento, acertadamente, afincó el área más familiar del Cortijo de Torres lo más separado posible de la zona de la juventud. O, hablando en plata, del botellón y las casetas discoteca. No hay que mezclar churras con merinas, ya saben. La calle Antonio Rodríguez Sánchez -la más alejada de la portada del hotel Miramar- se convierte, de esta manera, en una sucesión de casetas ideales para las familias. Barracas donde sentarse y comer algo tranquilamente. Mientras la velada es amenizada por actuaciones en directo: las escuelas de baile de toda Málaga preparan concienzudamente a sus alumnos para estos días. Desde niñas y niños de 3 años que sacan la sonrisa boba de los padres, hasta las bailarinas y bailarines ya formados que arrancan el aplauso del público si no les ha pillado con un pinchito moruno entre las manos. Es lo que toca: flamenqueo, fandangos, sevillanas, coros rocieros… ¡Incluso clases de zumba! Pero no solo de danza vive el feriante. En las casetas familiares también hay actuaciones de cante, magia o payasos. Todo para tener entretenidos a los peques de la casa.

Aunque, sin duda, el elemento más aclamado tanto por pequeños como mayores son los djs animadores. Acompañados de un par de bailarines, consiguen que la pista de baile se llene a ritmo de No rompas más de Coyote Dax o El baile del Serrucho.

Sin embargo, el Cortijo de Torres ofrece muchas más opciones interesantes además de las típicas casetas de comidas. La Caseta Municipal Infantil acoge todas las noches a las 22:00 La Feria Mágica y el centro de exhibición ecuestre es cita obligada para los amantes del mundo equino. Aunque cualquiera puede disfrutar viendo a los caballos bailar acompañados de bailaoras flamencas.

El estilo es el mismo en la gran mayoría de casetas. Mares de mesas y sillas frente a un escenario. ¿Y la comida? Desde los recurrentes pinchitos, tortillas de patatas y platos de pimientos, huevos y papas hasta carnes a la brasa, ensaladas e, incluso espetos. Por el mediodía, no son pocas las casetas que ofrecen degustaciones de paella para atraer al público. No obstante, en el Real se pueden descubrir sabores diferentes a la comida tradicional malagueña. La Tranquera ofrece platos puramente paraguayos: Chipa Guasú, mandioca o chorizo criollo, por ejemplo. Un poco más allá, Alexis Zerpa ofrece manjares de su tierra: Venezuela. Destaca el Pabellón. Un plátano macho con carne mechada, arroz blanco y alubias. Pero el Real también es proclive para probar productos de otras regiones de España. La caseta Amigos de Asturias escancia sidra y sirve sin remilgos un buen plato de fabada.

Las opciones, en el Real, son casi infinitas. Lo único que resta es armarse de ganas, tomar el autobús y disfrutar de un día en familia. Eso sí, con el móvil, bien lejos.

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