Aumentan las familias, las mujeres y los jóvenes extutelados sin hogar en Málaga
Campaña Personas Sin Hogar
En la oficina de Puerta Única han sido atendidas 133 familias hasta octubre de 2018, un 60% más que el año pasado
Las mujeres en situación de calle aumentan y ya son una de cada cuatro personas sin acceso a una vivienda
De reojo se ven los cartones y las mantas abultadas. Si hay una mirada directa, rápidamente se desvía hacia otro lado. Es más cómodo para la conciencia fingir que esa realidad no existe, pero hay unas 70 personas, según la Agrupación de Desarrollo Local, viviendo diariamente en la calles de la capital malagueña. "Ya una sola sería demasiado", considera el coordinador, Alejandro Cortina. La Campaña de Personas sin Hogar de 2018 pone este año el acento en el aumento de familias en emergencia social que acuden a Puerta Única por no tener acceso a una vivienda. Igualmente el incremento de mujeres y de jóvenes extutelados que se ven obligados a demandar los recursos.
En la oficina de Puerta Única se han atendido desde enero a octubre 133 unidades familiares, lo que supone 50 más que el año pasado y un incremento del 60%. Muchas de estas familias llegan tras ser desahuciadas de sus viviendas, en más de la mitad de los casos por no poder pagar el alquiler. Además, existen 870 solicitudes de personas que reúnen las condiciones para ser beneficiarias de la ayuda del alquiler pero no que encuentran quien quiera alquilarles una casa.
"España es el país europeo con menos viviendas públicas y si el acceso es dificultoso para casi todos, mucho más para los que se encuentran en una pobreza cronificada", explica Francisco José Sánchez, director de Cáritas Diocesana de Málaga. Destaca que fueron 163 las personas atendidas en la Oficina de Derecho a la Vivienda en situación de emergencia social y que las viviendas turísticas y las subidas del precio de los alquileres dificulta aún más la situación de estas personas.
Una de cada cuatro personas sin hogar son mujeres
Si en 2012, el 19% de las personas que vivían en la calle eran mujeres, en 2018 esta cifra ha crecido hasta el 24%, por lo que ya son una de cada cuatro. "Queremos hacer visible la situación de extrema vulnerabilidad de las mujeres sin hogar, expuestas a mayores agresiones, incluidas las sexuales, y que empeora aún más si tienen hijos a su cargo, los efectos son dramáticos", comenta el director de Cáritas.
Jóvenes extutelados sin salida
En la Agrupación de Desarrollo Local preocupan especialmente los jóvenes que tras cumplir los 18 años dejan de estar tutelados por la Junta de Andalucía y, en buena parte de los casos, pasan a no tener un techo. El número aumenta pero no los recursos, como señalan. La Junta dispone de 16 plazas para estos jóvenes y la Agrupación suma otras 28. "Se han incrementado los más jóvenes en la calle, hemos recibido en Puerta Única 18 solicitudes directas tras salir del recurso de la Junta y 58 que han acudido libremente", explica Raúl Jiménez, concejal de Derechos Sociales.
"Son personas sin inserción laboral, sin tratamiento social y sin documentación en ciertos casos, lo que dificulta aún más su situación", agrega Jiménez. "Son nuestros niños y niñas que cuando cumplen 18 años se quedan en la calle", resalta Cortina y señala que el sistema de protección en otras comunidades autónomas llega a los 25 años.
"Estoy tan cerca que no me ves"
Este año la campaña pretende reivindicar una política pública de vivienda, medidas para la prevención del sinhogarismo, que se establezca una garantía de ingresos y que se haga un efectivo acompañamiento social como herramienta para generar procesos de exclusión.
En cuanto a los actos de sensibilización, mañana viernes el comedor de Santo Domingo invitará a diez personas a participar de un almuerzo y el 28 de noviembre Cruz Roja realizará un particular Juego de la Oca en la plaza de Félix Sáenz para concienciar a los ciudadanos. Durante todo el curso se realizarán charlas en los institutos por parte de San Juan de Dios.
"No sé cómo volver a una vida normal"
María Teresa Campos huyó de su casa hace 12 años para escapar de la violencia de género. Era muy joven y ya tenía cuatro hijos. Intentó salir adelante por sí misma pero sin trabajo fijo ni otros recursos la situación se fue complicando. "Tenía un bebé y muy poca edad", recuerda. Cuando pudo dejar a sus tres mayores internos en un colegio se quedó "más tranquila". Al menos a ellos no les faltaba ni comida ni una cama en la que dormir. "Tenían sus necesidades cubiertas", agrega. Tuvo trabajos temporales y pudo mantenerse hasta que cayó enferma con un problema circulatorio. "Ahí es cuando me quedé sin recursos, en la calle. Lo primero que se me ocurrió fue meterme en un portal a vivir, hacía frío, se me hinchaban las piernas, tuve que tomar un año entero un tratamiento de corticoides", explica con valentía.
En trasteros, en colchones, en portales pasó el último año de su vida. Ahora lleva dos meses en la casa de acogida de Asima. "Me han estado custodiando compañeros para que no me pasara nada", dice, pero reconoce que las situaciones de acoso han sido múltiples y el miedo, intenso. "Esta situación te hace mucho daño, te vuelves muy vulnerable, entras en un bucle de violencia y pierdes todo nuevamente", apunta y teme que uno de sus hijos pierda su beca y que su hija salga del colegio y no tenga nada que ofrecerle.
"Soy una mujer sin hogar, sin salud, una persona sin recursos propios, sin trabajo y tengo que competir por una vivienda, la verdad es que no sé cómo volver a una vida normal, no sé cómo avanzar", reconoce María Teresa. Ahora ha recibido un tratamiento dental y está siendo atendida por los profesionales de Asima. "He dejado de pasar frío, he mejorado mi salud y me está ayudando mucho para poder pensar en objetivos", afirma con cierta esperanza aunque es consciente del largo camino que le queda por recorrer.
También te puede interesar
Contenido ofrecido por Ignacio Castillo Castrillón
Contenido ofrecido por Osborne