Málaga

Las familias de niños con necesidades educativas especiales de Málaga protestan ante la carencia de recursos

Protesta de familias ante la Delegación de Educación de la Junta de Andalucía.

Protesta de familias ante la Delegación de Educación de la Junta de Andalucía. / M.H. (Málaga)

Martina deberá cambiarse de colegio el año que viene a pesar de que está feliz este curso en el Rafael Alberti. El caso es que su hermano Thiago tiene que matricularse por primera vez el año que viene y necesita personal de integración, ya que tiene TEA (Trastorno Espectro Autista). El colegio no ofrece este recurso, por lo que la opción que se le da es que se matricule en el Blas Infante. La familia se ve obligada a desplazar a la hermana mayor, “porque no puedo llevar y recoger a un niño en cada colegio, es imposible”, explica Noelia Moreno, la madre.

La hija de Marta Cabeza, una niña de 5º de primaria con lesión cerebral, ha llegado a estar un mes sin PT (Especialista de Pedagogía Terapéutica), que es el profesor encargado de realizar la adaptación curricular. Esta alumna se encuentra matriculada en el CEIP Ciudad Palma de Mallorca, en Torremolinos, un centro con más de 900 alumnos. Marta explica que la PT estuvo realizando sustituciones de compañeros, por lo que repercutió en que no se podía ocupar de su tarea. “La PT le mandaba deberes a las 22:00 a mi hija, cuando tenía tiempo. Si no fuera por su gran implicación, sería imposible”. En este colegio, la ratio es de 35 alumnos por cada PT, aunque la normativa lo fija en 25. “Necesitamos que la delegación cumpla con lo establecido y ya que los dignifiquen sería maravilloso”

Estos son algunos de los motivos que habían movilizado a las familias durante esta mañana a las puertas de la Delegación de Educación de la Junta de Andalucía. Algunas AMPAS y colectivos de madres de niños con necesidades educativas especiales han unido fuerzas para exigir más recursos en la enseñanza de sus hijos. El colectivo exigía una bajada de las ratios de PT, PTIS (Profesional Técnico de Integración Social) y AL (Especialista de Audición y Lenguaje) entre otras cosas. “Los tutores están desbordados y nos piden que contratemos a profesores sombra, los cuales tenemos que pagar de nuestro bolsillo”, indicaba Rocío Castillo, otra madre afectada. “Nuestros hijos acaban en aulas específicas porque en las aulas ordinarios no pueden atenderlos como deberían y acaban segregados del resto de los alumnos”, explicaba Noelia.

Por otro lado, denunciaban que hubiera colegios en los que no se cuente con estas figuras, obligando a que los niños se matriculen en centros más alejados de sus viviendas, como es el caso de Noelia. Ante esta situación, la Delegación de Educación explica que son las familias las que tienen que formalizar las matriculas en los colegios donde existan profesionales de integración y que cuando acabe el proceso de matriculación, si hay recursos sobrantes, se dotarán a los centros en función de las necesidades.

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