La felicidad multiplicada por cuatro
El Hospital Quirón asiste a una mujer que da a luz a cuatrillizos Tanto ella como sus hijos se encuentran bien tras ser atendidos por un equipo profesional formado por más de veinte personas
Dicen que tener un hijo es una bendición. Pero, ¿y si vienen cuatrillizos? Pues una felicidad multiplicada por cuatro. Así lo sienten los protagonistas de esta gran historia. Iván Martínez y Sandra Miras son padres primerizos. Hace varios meses recibieron la noticia de que iban a ser progenitores de cuatrillizos. Los dos necesitaron un tiempo de asimilación y reflexión al pensar en todo lo que se les venía encima, sobre todo a la hora de dar a luz.
La pareja depositó su confianza en el Hospital Quirón Málaga para que nacieran sus cuatro hijos. "Al principio tenía susto por mí, pero más por ellos", relata la madre con una sonrisa de oreja a oreja. Sandra explica que fueron al Hospital Quirón porque "quería que hubiese gente competente conmigo". Su marido le costó asimilar lo que se le venía encima. "Tardé una semana", explica con cara de asombrado. Los padres saben que ahora tocará cambiar pañales, escuchar lloros y dar de comer, con el matiz de que será por cuatro. Aunque Iván lanza una frase contundente: "Si ser padre es lo mejor del mundo, ser de cuatro es ya espectacular". Queda claro.
Los doctores Manuel Baca -jefe de Pediatría- y Andrés López -jefe de Ginecología- son los responsables de obrar este alumbramiento cuyo resultado es del todo positivo. "Sandra nos llegó el 23 de septiembre derivada desde Melilla y lo hizo por el riesgo que supone un embarazo de cuatro niños", explica el doctor López.
La madre primeriza se puso en contacto con el citado hospital para ver si tenía capacidad de tratar un caso así. "No teníamos problemas en asistirlo y de forma conjunta con la madre se tomó la decisión de que fuera en Quirón el nacimiento", relata Baca. Sandra llegó con 20 semanas de gestación y los especialistas estaban dispuestos a hacer todo cuanto estaba en su mano para alargar el proceso de gestación que llegó a las 28 semanas. "Desde el punto de vista ginecológico no teníamos muchos problemas porque se trataba de elegir el momento y de hacer el seguimiento. Después había que atender a los recién nacidos. El embarazo de cuatro fetos a la vez es una situación de riesgo para la madre, pero sobre todo para los cuatro hijos", comenta el ginecólogo.
Todo se estudió hasta el más mínimo detalle. El hospital cuenta con una UCI neonatal formada por ocho puestos de intensivo neonatal. Se hicieron cuatro equipos y cada uno se responsabilizó de un niño. Había un neonatólogo y una enfermera expertos en cuidados intensivos neonatales por equipo y cada pareja de niños tenía un coordinador de Enfermería y de Pediatría para aumentar esa ayuda. "Incluso estudiamos un dispositivo especial para el transporte de las incubadoras porque en muy poco tiempo había que hacer el traslado desde el quirófano hasta la UCI neonatal a los niños", añade el pediatra. El 2 de noviembre Sandra ya no pudo aguantar más. El parto había comenzado: "Hizo una rotura espontánea de membranas. El riesgo de infección aumentó y el parto empezó a desencadenarse", explica el ginecólogo. El equipo humano estaba preparado y sabía que en cualquier momento se podía producir el alumbramiento. La dificultad estribó en buscar cuál era el mejor momento. Todo transcurrió perfectamente. Este tipo de cesáreas tiene una serie de complicaciones y se utilizaron medidas para evitarlas", subraya López.
El parto duró entre 30 y 40 minutos. Mar, Lola, Juanjo y Álvaro vinieron al mundo sin ningún tipo de problemas y con un peso que oscilaba entre el kilo y kilo doscientos gramos. "A la mañana siguiente la mamá pudo ver a los niños y le dio una gran alegría. Eran cuatro niños muy pequeñitos pero sanos en cualquier sentido", agrega Baca.
Tanto el hospital, los doctores y sus respectivos equipos han hecho historia. Reconocen la labor profesional de sus compañeros. Pero también resaltan el equipo técnico con el que cuenta el hospital Quirón. Se preparó el mayor de los quirófanos para montar cuatro puestos dotados de la tecnología más puntera. Incluso había un segundo quirófano de apoyo listo. Ante cualquier dificultad había que responder en segundos y con equipos listos. Incluso se hizo un simulacro porque las primeras 24 horas tras el parto son fundamentales y marcan el futuro de sus vidas. "El verdadero reto fue conseguir no un prematuro sino cuatro a la vez de tan escasa maduración y tan bajo peso y en cualquier momento del día y de la noche. Estaba todo dispuesto y funcionó", aclara el pediatra.
La paciente estuvo cuatro días ingresada antes de recibir el alta. Los cuatro hijos siguen en las incubadoras. Se descartó cualquier tipo de secuela y cogen peso sin dificultad. Son cuatro bebés completamente sanos. "Para lograr el éxito no solo basta con la actuación clínica, también la infraestructura que había que mover, humana y material", recalca el doctor López que, tras 40 años de profesión, es la primera vez que ha atendido un caso así.
El doctor Baca resalta la predisposición de la madre, de 27 años, con los médicos. "Al final, más que paciente y médico seremos amigos", dice. Por su parte el doctor López se queda con el primer contacto que tuvo con Sandra y su grado de compromiso. "Hablé con ella y le expliqué lo que se le venía encima, al igual que al marido. Al principio del embarazo no se lo creían". El doctor resalta el papel de la familia porque vio que "éramos muy sinceros con ella aclarándole las dudas y las posibilidades que había y lo aceptaron desde el primer momento". Un final feliz para todos los protagonistas.
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