Una fiesta de carnaval sin complejos

Los mayores de Ciudad Jardín espantan tristeza y aburrimiento participando en un concurso de disfraces · Las mejores indumentarias de cada distrito participarán en una gala en el Teatro Cervantes el 14 de febrero

Victoria Molina y Antonia Ramos conversan antes del desfile.
Victoria Molina y Antonia Ramos conversan antes del desfile.
Cristina Fernández / Málaga

29 de enero 2009 - 01:00

No hace falta tener dinero ni propiedades para ser la duquesa de Alba, por lo menos durante unas horas. Así lo cree Victoria Molina, que ayer participó en el concurso de disfraces de carnaval para mayores del Distrito de Ciudad Jardín. Caracterizada con vestido largo, peineta y mantilla, tampoco le faltó la peluca y el abanico en la mano. Ella misma confeccionó su disfraz en tan sólo cinco días. "Me equivoqué de fecha y cuando me dijeron que era hoy me tuve que quedar horas y horas sin dormir", asegura. Victoria es muy participativa y éste es el sexto año que se viste. De niña de comunión, de parvularia o de lotero, todo vale para pasar un buen rato en compañía.

Una hawaiana, un marroquí, Pipi calzas largas, una india, una pirata y una cabaretera participaron también en el apartado de disfraces individuales. En el grupal, hasta 13 mujeres y tres hombres se trasladaron al mágico Oriente de la mano de los personajes Aladín y Jazmine. Antonia Quintana y María Ballesteros presumen de melena larga y traje de velos. Ellos han comprado los trajes ya hechos. "Nos reunimos y decidimos el tema entre todos", comentan. El año pasado ganaron un premio y eso los anima a seguir participando. Además "nos gusta mucho el cachondeo", aseguran las integrantes de este grupo que reúne a mayores desde los 62 hasta los 71 años. "Aquí no hay complejos", dicen y puede ser un lema extensible a todos los participantes que fueron recibidos por la concejal del área de Bienestar Social, María Victoria Romero.

"Quiero animarles a que sigan haciendo este concurso y a que todas las personas mayores vivan su carnaval", apuntó la concejal. Al son del Corazón latino de David Bisbal los participantes iniciaron el desfile ante el calor de los espectadores, que alcanzaban casi el medio centenar. La mayoría, mujeres.

Ascensión Alcaide y Francisca Martínez estaban absolutamente metidas en su papel. Una de negro riguroso, con medias, zapatillas, bastón, arrugas marcadas a base de maquillaje y un bolso en el que guardaba a un gallo hacía de madre. En la espalda un letrero de lo más procaz: "Vendo mi conejo". La otra, disfrazada de niño, estaba caracterizada con una gorra de plato, un polo blanco, pantalones cortos de chandal, pecas y gafas. Arrastraba un camión de juguete y un carrito de la compra lleno de trastos con los que animaba al público.

Unas 25 personas se sacudieron ayer el aburrimiento jugando por unas horas a ser otros. Un jurado formado por la comisión del mayor de la Fundación Ciudadana del Carnaval de Málaga tuvo la labor de valorar los mejores disfraces. Maica López, vestida de Pipi calzas largas y Victoria Molina, la duquesa de Alba fueron los dos primeros premios en individual. La madre y niño resultaron primeras en el de grupo. El 14 de febrero participarán en la gala que acoge el Teatro Cervantes junto a los mejores de cada uno de los diez distritos.

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