La fiesta más 'castiza'
Les Castizos ofreció el miércoles una actuación que unificó a bebedores y asistentes en un mismo plan
NIÑAS a hombros de sus novios, descamisados lanzando el contenido de sus vasos de litro a la multitud, manos arriba y gritos en cada subidón. El panorama de la explanada del botellón la noche del miércoles fue el más coherente en lo que va de semana. Previamente, El Kanka, Tabletom o el concurso CreaRock han sido los intentos del Área de Juventud para proponer alternativas al "beber porque sí". La escena se repitió en todos los casos: por un lado los que querían escuchar, por otro los que ni sabían quién estaba tocando -ni les importaba-.
La actuación de Les Castizos fue otro cantar. Tras una insípida final del certamen de bandas amateurs, la pareja de DJ malagueños arrancó a eso de la una de la madrugada. Fali Sotomayor y Víctor Roldán acostumbran a dejar grabada en la memoria de los que asisten a su performance la sensación de que nada importa y de que el momento es para vivirlo. "Vamos a hacer que hablen de esta noche en toda Málaga, en España, el mundo y en todo el universo". Así jaleó Roldán a un masificado público que costaba distinguir dónde acababa, y que respondió a las ambiciones del DJ gritos y palmas.
Les Castizos no ofrece música depurada, ni sesiones que destaquen por el control técnico o la destreza en las manos de la pareja. La gente quería cachondeo y de eso a ellos les sobra. Poco a poco, la noche se fue plagando de momentos épicos en los que el jagermeister corrió a raudales -en los gaznates de los protagonistas y sobre los asistentes- y las camisetas sobraron por la energía malgastada. Subirse a hombros, lejos de ser una práctica peligrosa, se convirtió en una de las peticiones de los pincha discos para que el momento más cañero no desmereciera.
La espontaneidad de Les Castizos, quienes acostumbran a cobrar -y la gente a pagar- por sus actuaciones en diferentes puntos del país, hizo que no hubiera distinciones en la explanada de la discordia. No hubo disparidad: los que iban a ver el show lo hicieron gratis y sin gastarse un euro de más en el alcohol -necesario para un momento como el de aquella noche-, y los que fueron a beber sin perder el tiempo en caras copas de cristal se encontraron con un desmadre y un desfase acorde a sus necesidades. Todo un acierto por parte del Área de Juventud.
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