Flamenco en un histórico edificio malagueño: El Jardín 1887

Este restaurante recupera los espectáculos de cante y baile teniendo como escenario su salón interior, un espacio que recuerda a la Málaga del siglo XIX

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Espectáculo flamenco de Los Vargas en el patio interior del restaurante El Jardín 1887.
Espectáculo flamenco de Los Vargas en el patio interior del restaurante El Jardín 1887. / J. C. Cilveti

Situado en la callé Cañón junto a la Catedral de Málaga, desde hace un par de semanas, el restaurante El Jardín 1887 ha recuperado una tradición que se remonta a su fundación. Atendiendo a la necesidad de volver a escenificar los espectáculos flamencos que se iniciaron en 1989 y que de una forma ininterrumpida se mantuvieron hasta 2020, Loles Gómez de Cisneros, la propietaria del local y del histórico edificio donde se ubica el restaurante, decidió que el flamenco debía volver a estar nuevamente presente en este establecimiento. Apoyada en su decisión por los miembros de su familia que colaboran en la gestión del local, el patio interior de este restaurante ha vuelto a convertirse en un escenario para la celebración, dos días por semana, de unos espectáculos de flamenco que, según reseña Loles, “han vuelto para quedarse”.

Escenificada la actuación por Los Vargas, un grupo familiar con un amplio y reconocido historial artístico, los viernes y sábados en pases de 19:00 a 20:30 y de 21:00 a 22:30, El Jardín 1887 ofrece un completo espectáculo de cante y baile que se acompaña de una degustación de productos de la tierra; un evento al que también se puede asistir como simple espectador con o sin consumición.

Y si bien el patio interior de este restaurante puede albergar a un máximo de 150 personas, el aforo planificado para los espectáculos flamencos no superará los 30 espectadores; una decisión que permitirá a los asistente disfrutar de una representación artística mucho más íntima en un espacio que los transportará a la Málaga del siglo XIX.

El flamenco vuelve al restaurante El Jardín 1887 de Málaga

Con esta iniciativa de retomar el flamenco, El Jardín 1887 mantiene su apuesta por combinar la gastronomía con una amplia variedad de actos culturales de todo tipo. Manteniendo su habitual apuesta culinaria centrada en platos nacionales de toda la vida donde destacan los malagueños y cordobeses, el entorno y la singularidad de la ubicación de este restaurante situado en un edificio de 1887 firmado por el arquitecto Gerónimo Cuervo que entre otras obras proyectó y dirigió la del Teatro Cervantes, explican a la perfección el interés por la cultura que desde siempre han mostrado los propietarios de este local. Apostando por la dual filosofía de dar bien de comer y ofrecer cultura, Loles Gómez de Cisneros y su esposo Miguel Trugillo ya fallecido, tras adquirir en 1997 este caserón que restauraron manteniendo su fisonomía original y decoraron siguiendo los cánones de un café restaurante de finales del siglo XIX, comenzaron a efectuar actos culturales. Convertido este local en el primero de Málaga que ofreció flamenco a sus clientes mientras comían, la música de piano, la zarzuela, la ópera, el tango e incluso el jazz, han sido los protagonista habituales de este restaurante; una espacio que además ha visto en su patio interior tertulias y conferencias de todo tipo.

Conservando este bagaje cultural en el que la gastronomía está íntimamente relacionada, El Jardín 1887 recupera ahora el flamenco; una actividad artística que, sin pensar en espectadores locales o foráneos, rescata una de las principales señas de identidad de este establecimiento.

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