Los secretos desvelados en la obra del tejado de la Catedral de Málaga

Una escalera de caracol cegada, bajantes de mármol en perfecto estado o una cúpula renacentista y otra cubierta con tejas policromadas, los hallazgos

Las obras de la Catedral de Málaga llegan a un tercio de la ejecución, pero al arquitecto le gustaría ir más lejos

Cúpula renacentista desvelada en las obras del tejado de la Catedral
Cúpula renacentista desvelada en las obras del tejado de la Catedral / Javier Albiñana

Pocas de las grandes catedrales europeas se hicieron de una sola vez. Presupuestos del tamaño de los edificios a levantar y largos tiempos de obras suelen implicar inconvenientes o que la financiación acabe por agotarse antes de lo esperado. En San Pedro del Vaticano fueron varios los arquitectos que fueron desarrollando –y modificando– el proyecto hasta llegar a esta plaza que hoy parece abrazar diseñada por Bernini. También firmaron parte del edificio Bramante o Miguel Ángel. En Florencia, la cúpula que diariamente asombra a propios y foráneos fue durante décadas un gran agujero por el que las inclemencias del tiempo se internaban en el interior del templo. En Sevilla, a la Giralda le dio nombre el aditamento de una veleta en el siglo XVI. En Málaga, al obispo saliente, Jesús Catalá, le gusta hablar de "sinfonía inacabada" a la hora de referirse a ella, rechazando el sobrenombre de 'Manquita' por la falta de su torre sur. Antes de terminar ninguna atalaya, el Obispado lleva desde finales del año pasado en una obra más importante: la de un tejado a dos aguas que termine con las filtraciones de agua que venía sufriendo. Unos trabajos, casi dos siglos y medio después. Y están desvelando secretos de gran valor.

Los trabajos, que están dirigidos por Juan Manuel Sánchez La Chica y su socio Adolfo de la Torre, siguen los planos originales que dejó entonces Ventura Rodríguez, el último de los arquitectos que propuso una solución para la Catedral. "Si los diseños son perfectos, ¿para qué cambiarlos?", señaló Sánchez La Chica en una visita a periodistas a las obras –que se encuentran al 30% de ejecución, esperando que acaben durante 2027– esta semana. Y es este avance en el tejado a dos aguas futuro el que hace salir a la luz secretos que llevaban años cubiertos por varias capas de material.

Hay que recordar que la última modificación que sufrió el edificio se dio en este siglo, cuando se cubrió la actual cubierta con una capa cerámica. La delegación de Cultura no dio el visto bueno a ninguna actuación que modificase la fisonomía del edificio y entendió que la capa cerámica solventaría los problemas de humedades y filtraciones que viene padeciendo el templo. Nada más lejos de la realidad, esa segunda piel acabó siendo peor remedio que la enfermedad, ya que no sólo se había cuarteado con el calor, sino que, además, hacía de capa que no dejaba respirar pequeños huecos donde se almacenaba el agua que se había condensado con las filtraciones. Ahora, según tienen van cubriendo completamente cada una de las características bóvedas del templo, pueden ir retirando todo el material que los recubre.

Un trabajador bajo las cerchas de la Catedral de Málaga.
Un trabajador bajo las cerchas de la Catedral de Málaga. / Javier Albiñana

En total son cinco capas. La primera era de ladrillo y mortero y se ha retirado en la totalidad de la cubierta. Por ahora, se mantiene una capa de plomo sobre las cúpulas, excepto en una de ellas. Esta capa de plomo le da un imagen oscura, a la vez que brillante, y con el calor empiezan a desplazarse las distintas plazas por la dilatación. Esto hace que sea más fácil su retirada cuando sea necesario. Bajo este plomo, quedarán, aún una capa de rasillones –ladrillos– y otra de tabiques palomeros.

Cúpula renacentista en perfecto estado

Los arquitectos irán retirando estos materiales según vaya avanzando la cubierta y se quedan completamente aislados de las inclemencias meteorológicas. De momento, sólo una de ellas está exenta de ningún material por encima. Y ha dejado al descubierto una cúpula renacentista construida hace cinco siglos y que está "en perfecto estado de conservación" en palabras de Sánchez La Chica.

Pero hay una segunda cúpula, esta en la zona central sobre las navez, que tiene un secreto especial: está recubierta de tejas blancas y azules, por lo que una vez sea visitable el tejado –para lo que se instalarán dos pasarelas a los lados, además de una balaustrada de mármol– los malagueños podrán disfrutar de esta policromía.

No son estas las únicas tejas relacionadas con las obras de la cubierta. El tejado contará, una vez finalizado, con unas tejas bicolor: en tonos marrones y blanco roto. Son de una tipología especial, que mezcla la teja árabe y la romana, y las han llamado teja Catedral de Málaga. Las han encargado a unos ceramistas barceloneses, la familia Cumellas, que son también los encargados, ahora, de este material para la Sagrada Familia. El compuesto que utilizarán está caracterizado por su dureza y es el mismo que utilizaron en el Parque Güell, si bien entonces fueron ampliamente criticados por la innovación en el material. El tiempo, y su durabilidad, les han dado la razón.

Una escalera de caracol a las cubiertas intermedias

Junto a la girola, otro de los grandes descubirmientos fue una escalera de caracol. De estrechas dimensiones, en su día fue utilizada para acceder a las cubiertas intermedias, aunque ahora carece de mucho sentido mantenerla con uso, indica Sánchez La Chica. Es justo a este punto al que están llegando las cerchas, uno de los más difíciles por la estructura estrellada que propuso Ventura Rodríguez para las cerchas, indica el director de obra actual.

Escaleras de caracol hasta ahora cegadas.
Escaleras de caracol hasta ahora cegadas. / Javier Albiñana

Sin embargo, el arquitecto, sí que está buscando un lugar en el que poder incorporar un elemento nuevo y que supla la funcionalidad de la escalera de caracol hasta ahora cegada: un ascensor. Dice que este es "necesario para que todas las personas puedan acceder" al tejado, que no solamente será visitable para contemplar su interior, también tendrá un espacio dedicado a poder celebrar eventos, además de un espacio en el que se pueda incorporar una zona expositiva central que podría destinarse a un centro de interpretación sobre la construcción del templo.

Cantería digital: la tecnología más puntera de la mano de la artesanía

Que se estén siguiendo los planos originales de Ventura Rodríguez no implica que se estén siguiendo las técnicas de construcción de hace trescientos años. En los bajos de la Catedral no hay maestros canteros labrando la piedra. Tampoco en los tótems resultantes hay muescas para demostrar a la eternidad quién lo talló. No se verá a pie de calle un bloque de caliza o de mármol, como el que nadie quería –por su dificultad– y parecía estar esperando a Miguel Ángel para que cincelase su David. Los materiales vienen, la mayoría, listos para subir al tejado. Tanto la madera como la piedra viene prácticamente terminada y el trabajo es mínimo.

Sánchez La Chica junto a uno de los nuevos pedestales.
Sánchez La Chica junto a uno de los nuevos pedestales. / Javier Albiñana

Tanto que ninguna de las piezas de cantería están labradas a mano. Los maestros canteros de Alicante de cuarta generación que se encargan de ello utilizan hoy modelado de cantería digital. "En las Catedrales siempre se ha utilizado la última teconología a disposición, no vamos a rechazarla", asegura Sánchez La Chica. Eso sí, no da la espalda a pequeños detalles de excelencia: los nuevos pedestales que se han hecho –algo más grandes que los ya existentes, pero muy similares por lo demás– estarán presidedos por conchas talladas manualmente.

Una novedad: bajantes de 18 metros y canalizaciones de mármol

No sólo son secretos los que descubre la obra, también ha servido para implementar innovaciones. Entre ellas, unas bajantes de 18 metros de altura intramuros que servirán para desalojar el agua de las cubiertas. "Es la primera vez que se hace en edificio de este tipo, encarnó mucha dificultad al principio, pero ya está hecho", reconoce el arquitecto. Junto a estas, aunque aún no están colocadas, deberán venir las futuras canalizaciones de mármol –procedente de Almería– que se instalarán cuando estén más avanzados los trabajos. Para subir los materiales trabajan con dos grúas de 65 metros, "que nos permite un trabajo muy preciso con cargas importantes", reconoce Sánchez La Chica, a la vez que afirma que el de los gruístas es uno de los puestos más importantes en el tejido de la obra.

Y esto no será, a todas luces, todo lo que se descubra del primer templo de Málaga. Queda un 70% de la obra y dos años de trabajos para ver finalizado el tejado a dos aguas que acabe con las filtraciones de la Catedral y, a buen seguro, nos desvele múltiples secretos más. Pero para verlos habrá que esperar aún.

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