Un fugitivo a unos policías: "Deténganme, estoy harto de huir"

Agentes de la Policía Nacional han detenido en el municipio malagueño de Fuengirola a un hombre de 39 años y natural de Horsens Aalborg (Dinamarca) al tener en vigor una Orden Europea de Detención y Entrega dictada por las autoridades de su país por delitos de explotación sexual de menores, cuatro estafas y robo, según informaron ayer desde la Comisaría provincial El prófugo fue detenido la noche del pasado 21 de mayo en la zona del paseo marítimo del citado municipio después de que se acercara a un vehículo policial y pidiera a los agentes que le detuvieran, que estaba en busca y captura y "harto de huir de la policía".

Tras llevar a cabo los agentes las oportunas comprobaciones en torno a su identidad y confirmar la existencia de la requisitoria internacional, se procedió a su arresto, según la Policía. Sobre él pesaba una Orden Europea de Detención y Entrega en vigor desde el pasado día 1 de febrero de 2017, dictada por las autoridades de Dinamarca por delitos de explotación sexual de menores, robo y estafa. Estos delitos, según la legislación danesa, tienen fijada una pena máxima de privación de libertad de ocho años. Al detenido se le atribuye haber mantenido relaciones sexuales con un menor y comportamientos obscenos que incluyen tocamientos en zonas íntimas femeninas.

La reclamación hace referencia también a la vinculación del prófugo con cuatro casos de fraude, tres estafas relacionadas con la compra de teléfonos móviles, venta de coches, obtención de préstamos bancarios y la compra de bienes por un valor total de 73.138 euros. También se le relaciona con dos robos en los que se apoderaron de dinero y joyas por importe de 6.327 euros.

A finales de mayo, la Policía Nacional detuvo también en Málaga a una holandesa de 23 años sobre la que pesaba una Orden Europea de Detención y Entrega (OEDE) dictaminada por las autoridades judiciales holandesas por los delitos de estafa y blanqueo de capitales. La arrestada, natural de Den Bosch, hizo que diversas personas le prestaran dinero haciéndoles creer, junto a su madre y una tercera persona de compinches, que estaba muy enferma. Con ese dinero, argumentaban, iría al extranjero para realizar un tratamiento. No fue así. Un control rutinario de la Policía permitió dar con la mujer de madrugada.