La Fundación Cibervoluntarios busca acortar la brecha digital entre mujeres y hombres con un taller en Málaga

"Cuando pensamos en emprender, lo primero que nos viene a la cabeza es cómo llevar a los niños al cole", admite una de las beneficiarias

Cursos gratis en herramientas digitales para mujeres operadas de cáncer en Málaga

Eva Morales, Manuela Cañete y Victoria Reinoso, participantes del taller 'Extraordinarias'. / M. H.

La desigualdad entre mujeres y hombres aún es visible en la sociedad. Uno de los ámbitos es el tecnológico. Con motivo del Día Internacional de la Mujer Trabajadora, la Fundación Cibervoluntarios ha reforzado sus programas formativos gratuitos en competencias digitales para mujeres para reducir la brecha de género en el ámbito laboral, educativo y tecnológico. "Cuando pensamos en emprender, lo primero que nos viene a la cabeza es cómo llevar a los niños al cole, cómo recogerlos, con quién dejarlos en las tardes… Mientras que los hombres, en general, no tienen esas preocupaciones", reflexiona Eva Morales, una de las beneficiarias.

La mujer de 44 años forma parte de la Asociación Azucena de Mujeres, donde se realiza este taller, Extraordinarias. Actualmente está en desempleo y se dedica al sector de tintorería, pero no descarta emprender en el futuro. "Me gustaría montar mi propia tintorería", confiesa. En su sector, casi todas las trabajadoras son mujeres, pero los jefes suelen ser hombres. "No he tenido compañeros hombres en el mismo puesto que yo, así que no puedo comparar salarios, pero en otras profesiones, como enfermería o medicina, sigue habiendo diferencias salariales", comenta.

Sobre el taller de Cibervoluntarios, Morales se muestra entusiasmada: "Nos enteramos de este proyecto a través del distrito, nos lo ofrecieron y nos pareció una gran oportunidad porque hay muchas mujeres que aún no saben cómo hacer videollamadas o manejar Facebook". También están aprendiendo sobre inteligencia artificial, lo que le parece "alucinante": "Ayer, por ejemplo, Juan Antonio nos enseñó sobre ChatGPT y me pareció impresionante".

Para ella, lo más valioso de estos talleres es el aprendizaje práctico y participativo. "Juan Antonio y Óscar, los cibervoluntarios, no vienen a darnos un monólogo, nos preguntan, nos dejan participar, nos ayudan con nuestras dudas", dice. El siguiente taller consistirá en que aprendan a crear una marca en Facebook y promocionarla: "Esto es justo lo que necesitamos".

Manuela Cañete, una mujer de 68 años y ya jubilada, confiesa que ha trabajado muchos años "informatizada", pero que al jubilarse ha perdido "un poquito el hilo": "Tenía que subirme al carro de algo para actualizarme en cuanto a las nuevas tecnologías". Gracias a la Asociación Azucena de Mujeres, se enteró de estos cursos y no dudó en apuntarse: "Hacemos muchas actividades y tenemos mucha unión, amistad y colaboración, me pareció una iniciativa estupenda y por eso me sumé".

Cañete, que ha trabajado como sanitaria "toda la vida", destaca que, a lo largo de su trayectoria, nunca ha sentido una diferencia de género en el aprendizaje tecnológico. "No he encontrado ninguna dificultad en el mundo, quizás los hombres han tenido más tiempo para aprender, mientras que nosotras nos hemos dedicado más a la familia y los hijos, pero ahora estamos cambiando eso", afirma convencida.

Por su parte, Victoria Reinoso, cordobesa residente en Málaga desde los 16 años, tiene una historia de emprendimiento que se remonta a los años 80. "Cuando terminé la universidad, prácticamente no había plazas de oposiciones, así que con una amiga decidimos montar una academia. Y así nació la Academia Omega en 1986", explica. Aunque ya se ha jubilado, no ha parado de crear.

Su motivación principal para asistir a los talleres de Cibervoluntarios no fue su propio emprendimiento, sino ayudar a otras mujeres de su asociación. "Muchas compañeras hacen verdaderas preciosidades artesanas, pero no saben cómo promocionarlas. Yo, que tuve una empresa a pie de calle, no necesité publicidad digital, así que tampoco podía ayudarlas, pero con estos cursos estamos aprendiendo a crear un grupo y utilizar la tecnología para vender sus productos".

A pesar de su espíritu emprendedor, reconoce que aún hay barreras para las mujeres en el ámbito tecnológico. "Todavía se asume que hay unos roles masculinos y unos roles femeninos. En prácticamente todas las ingenierías hay una mayoría abrumadora de hombres t en los cargos directivos de empresas tecnológicas, el 90% o más son hombres", lamenta.

Andrea Tarraso, Portavoz de Fundación Cibervoluntarios y Coordinadora del Voluntariado tecnológico. / M. H.

La portavoz de Fundación Cibervoluntarios y Coordinadora del Voluntariado tecnológico, Andrea Tarraso, ha asegurado que pretenden que con el curso "tengan todos estos conocimientos para sentirse preparadas también para formarse, para impulsar sus negocios y emprender”. Con esta iniciativa, buscan eliminar el miedo o el desconocimiento en el uso de la tecnología, ofreciendo formación accesible y gratuita.

El programa no solo se enfoca en enseñar a las mujeres a manejar herramientas digitales, sino que también promueve la visibilización del papel femenino en el ámbito tecnológico. "Queremos también visibilizar el papel de la mujer en la nueva tecnología, crear también una conciencia social y ayudar a todas las mujeres que lo necesiten", ha indicado la portavoz.

Uno de los aspectos diferenciadores de Extraordinarias es su enfoque personalizado y en grupos reducidos. Normalmente acuden entre 10 y 15 personas, una formación "muy individualizada": "Son pequeños grupos reducidos para que podamos estar con ellas más presentes, ayudarlas en las dudas que tengan de manera individual". El curso está abierto a mujeres de todas las edades, ya sean emprendedoras con negocios en marcha que buscan mejorar su presencia digital o aquellas que aún están en fase de planificación.

No hay comentarios

Ver los Comentarios

También te puede interesar

Lo último