El ganado se ahoga sin paja y con el pienso por las nubes

A perro flaco todo son pulgas. La popular expresión del refranero español explica a la perfección lo que desde años lleva sufriendo el sector ganadero de la provincia de Málaga que no hace más que recibir un palo tras otro en su desesperado intento por mantenerse a flote. A la estrepitosa caída de los precios de los productos ganaderos y al disparatado incremento del coste de los piensos, se suma ahora una escasa disponibilidad de paja y heno este verano para poder alimentar a los animales que en el campo ya no encuentran más que rastrojos.

Conseguir una alpaca de paja o heno se está convirtiendo en estos momentos en casi una misión imposible. La extrema sequía que ha vivido Málaga este año, con una pluviometría entre el 50 y el 60% menos de lo normal, además de unas heladas siberianas constantes y repetidas han causado verdaderos estragos en cosechas como las de cereal.

Los agricultores han sufrido en esta campaña, que acaba de terminar, una escalofriante merma en la producción que alcanza el 50% en algunas zonas, incluso el 60% si se toma como referencia la cosecha del año pasado que fue especialmente buena. Poco cereal en el campo por culpa de las lluvias ha supuesto irremediablemente, según aseguró José Carlos Ruiz, técnico de la patronal agraria Asaja en Ronda, que la poca paja -los restos que quedan en el campo tras la recogida del cereal- y el heno -empaque en verde de la avena y la beza cuando aún están en floración- "se la están quedando los propios agricultores que tienen ganado y que están llenando pajares y cobertizos para asegurarse el alimento para sus animales en los próximos meses en los que no habrá nada que darles de comer en el campo".

La demanda se ha disparado de tal forma en los últimos días que los precios que alcanza una alpaca de paja o de heno en el mercado son desorbitados para la mayoría. En ambos casos se han duplicado con respecto al año pasado, cuando hubo mucha más oferta. Los ganaderos que tienen la suerte de encontrar este preciado alimento para sus animales están pagando entre 1,5 y 2 euros por una alpaca de paja y hasta cuatro euros por una alpaca de heno, al ser de mayor calidad.

Pero ni siquiera estos altos precios animan a la mayoría a desprenderse de ellos por el miedo a que las lluvias sean tardías el próximo otoño y los pastos tarden en aparecer. "El problema lo tienen los ganaderos que no cuentan con tierra de labor y que serán los grandes perjudicados al no quedarles más remedio que recurrir a comprar piensos a pesar de que los precios están prohibitivos", explicó el técnico de Asaja.

Ya el pasado invierno muchos ganaderos malagueños tuvieron que recurrir al pienso porque el tiempo no ha acompañado a los pastos este año. Málaga cuenta con una superficie cultivada de 40.000 hectáreas de cereales, que el año pasado produjeron 131.336 toneladas y facturó cerca de 30 millones de euros, pero que en esta campaña se han visto seriamente menguadas.

La mayor parte del cultivo de cereales de la provincia se encuentra en Antequera, Guadalteba y Nororma, desde Almargen hasta Villanueva de Tapia donde hay grandes extensiones de superficie de cebada y trigo duro. De estas tres subcomarcas, tan solo se salvaría de la merma Nororma por ser más tardía y haber aprovechado las lluvias de la primavera. También se ha salvado la producción de la Serranía de Ronda que no ha sido tan mala como en el resto, ya que la altitud, las temperaturas más frescas que en otros lugares y las escasas precipitaciones caídas durante la primavera han permitido que el suelo conserve un buen porcentaje humedad y que los cereales, milagrosamente y para asombro de los agricultores, hayan brotado con fuerza.