E hizo lo que le salió de la punta de la voz

Panceta en la ensalada, no ir de traje en noche vieja, dejarse llevar por los sentidos aunque sea para olfatear un zapato si te invita al tacto o, simplemente, desobedecer. Si alguien conoce los ingredientes para permitirse el lujo de hacer un brindis preventivo y celebrar así su día de suerte, ese es Juan Gómez El Kanka que dio la receta de su éxito a sus "boquerones queridos y añorados" en la Explanada de la Juventud. Retando a los que ya conocían sus complejos trabalenguas hechos letra de canción, y atrayendo con un magnetismo extremadamente rítmico y variado a los que a lo lejos se reunieron con la simple intención de hacer botellón. Con una petición clara, No jodan la marrana, el espectáculo fue dándole puntadas a las situaciones más comunes tintadas de sarcasmo e ingenio seña de este cantautor. Y es que al ritmo de A dieta de dietas era imposible no abrir el apetito de los hambrientos de la buena música que, una vez picaron, fueron testigos del momento más tierno de la noche protagonizado por Mario, que desde Méjico dedicó un Vengas cuando vengas a Beatriz, su chica malagueña. Me alegra la vista abrió paso a los aficionados a recrearse disfrutando de cualquier soplo de aire con Qué bello es vivir que desembocó en pequeños breaks de canciones inéditas que no dejaron ni un solo estilo sin su correspondiente mención. Desde las bulerías más castizas hasta el funk más cool, pasando por pequeñas dosis de Ska. Más tarde, el gentío se quejó poco con Lo mal que estoy desmintiendo No te veo gozar con aires latinos. Finalmente, se hizo obligatorio Desobedecer, reconcer que todos en algún momento fuimos unos Pagafantas e incluir en la lista una bulería dedicada a la Feria de su Málaga natal con la que malagueños y no malagueños se emocionaron. El Kanka hizo disfrutar haciendo, como de costumbre, lo que le salió de la punta de la voz.