Homenaje en el 201 aniversario de la Policía en Málaga: "Un agente no está hecho de metal; también va con temor"

La Policía condecora a efectivos y a agentes retirados de la vida activa, que ahora comparten su experiencia

El 'abuelo' ('chino', para los malos) del Grupo de Atracos se despide tras una vida de entrega a la Policía Nacional

Acto conmemorativo del 201 aniversario de la Policía Nacional
Acto conmemorativo del 201 aniversario de la Policía Nacional / Javier Albiñana

Un brillo en la mirada de emoción contenida, rostros sonrientes, uniformes impolutos y apretones de mano. La Policía Nacional ha celebrado en Málaga el 201 aniversario de su creación en España con la entrega de condecoraciones por su dedicación al servicio policial y un homenaje a agentes jubilados que, si bien colgaron el año pasado su uniforme, mantienen impresa en su ADN la vocación. Aquellos que, en palabras del comisario Roberto Rodríguez Velasco, jefe de Operaciones, han “sembrado” lo que las nuevas generaciones "recogerán".

La del veterano José Antonio Bombien podría ser la historia de un policía al uso, pero pocos como él representan a los 3.600 agentes que cada día visten el uniforme en la Costa del Sol. O lo vestía. Es el hombre que presenció el estallido de la Primavera Árabe, ariete en la lucha contra los clanes de la droga y testigo de las vivencias del barrio de El Príncipe, en Ceuta. Hace ya un año que dejó la vida activa, pero Bombien sigue añorando la "adrenalina" que sentía al irrumpir en casa de los malos. Aunque ya en los últimos tiempos fuera, admite entre bromas, “el último en entrar, y no el primero”. Su situación ha dado un giro de 180 grados. Ahora, cede el testigo a su hijo, la tercera generación de policías en su familia. "Mi mujer es maestra y sigue trabajando, así que ya soy el amo de casa", confiesa con una media sonrisa en los labios que deja atisbar la nostalgia de los años en la calle.

Su última ‘casa’, la de estos ochos atrás, ha sido el Grupo de Atracos de la Comisaría Provincial de Policía Nacional de Málaga. La despedida, con la vista en los éxitos cosechados, no ha sido fácil. "Hemos llegado a coger 500 kilos de cocaína y tirado abajo más de 500 o 600 puertas", relata orgulloso el investigador.

José Antonio Bombien, policía jubilado
José Antonio Bombien, policía jubilado

Con un pellizco en el estómago también ha puesto fin a su carrera policial el inspector Agustín, que procede “de una generación más acostumbrada” a “esconderse y a ocultar” su identidad. Ingresó en el año 81 en el Cuerpo Nacional de Policía y no tardó en formar parte del Grupo Especial de Operaciones (GEO). Después, se formó como instructor de tiro y desde entonces ha sido, asegura, “una figura conocida” en la galería.

43 años de servicio, remacha, “dan para mucho”. Durante dos décadas, centrado en unidades especiales, ha lidiado con los episodios sangrientos de ETA y, también, esposado a terroristas “de cierto renombre”. Los de ahora, aunque distintos, son “tiempos difíciles” y es clave “manejar bien el arma de fuego, con seguridad y eficacia y, siempre, haciendo el menor daño posible”. Porque, a sus ojos, la delincuencia “se ha hecho más peligrosa”. “Antes, un policía daba el alto y la persona se paraba, pero hoy en día le hacen frente. Hay que ser buena gente y leal, pero a la vez estar muy pendiente de tu propia seguridad”, señala.

Los investigadores se enfrentan a una amenaza cada vez más común: la posesión de armas de fuego y su uso habitual entre algunos delincuentes para resolver sus conflictos. “No debe ser muy difícil conseguir una”, atestigua el funcionario. Pero lanza un mensaje contundente: la Policía, al verse implicada, debe ir siempre con pies de plomo. “Se teme mucho sacar un arma de fuego porque luego te ves delante del juez. En décimas de segundos hay que saber si procede o no el disparo”, explica. Y al tiempo hace un llamado a los magistrados: “Quienes juzgan deben tener en cuenta la situación de estrés. Un policía no está hecho de metal; también va con temor”.

Agustín, otro policía jubilado
Agustín, otro policía jubilado

Pedro García es otro de los 41 jubilados galardonados. En su caso, tras 34 años atendiendo al otro lado del teléfono, en la Sala del 091, todo tipo de situaciones. No solo emergencias policiales, también “asesoramientos” al ciudadano. Con añoranza recuerda los años 90, cuando había “muy pocos servicios” y, por contra, “muchos indicativos”. Y más "respeto". "La Policía es el reflejo de la sociedad y la sociedad ha cambiado", advierte. Eran tiempos en que los vecinos, afirma con tono jocoso, “dormían de noche”, porque “¿quién iba a estar pendiente en una ventana para saber lo que ocurría?”. Y eso, ahora, obliga a la Policía, conocedora de que su intervención puede estar siendo filmada desde cualquier punto, a ser más “comedida”.

Los requerimientos han crecido exponencialmente. “El cambio ha sido abismal. Recibíamos una media de 30 o 40 llamadas en el turno y hoy son 400”, recalca.

El policía Pedro García, uno de los jubilados homenajeados
El policía Pedro García, uno de los jubilados homenajeados

“Cuando me enfrento a un artefacto voy con todos esos ángeles de la guarda"

En los casos más extremos, en medio del caos, hay siempre un policía que llega, con una especie de traje de astronauta al que todos abren paso: el especialista en desactivar el artefacto. Están ahí en cada amenaza con explosivos, dispuestos a cortar el cable rojo, el del peligro. José Antonio Ballesteros es uno de ellos. Y otro de los seducidos, confiesa, por esta profesión solo apta para mentes “inquietas”.

A sus galones ha sumado este miércoles una Medalla al Mérito Policial, esta vez con distintivo blanco como tributo a su trayectoria. El inspector, técnico especialista en desactivación de artefactos explosivos (TEDAX) da las claves del éxito de una unidad de élite que ya ha cumplido medio siglo de historia. Desvela que es el entrenamiento lo que les permite “formarse, también, mentalmente para aguantar la presión”, y a la vez ensalza el trabajo en equipo. “Cuando me enfrento a un artefacto no voy solo, sino con todos esos ángeles de la guarda que van detrás de mí y me apoyan”, reconoce en un ademán por agradecer la labor de sus compañeros. La otra piedra angular es la rapidez, la que, recuerda, les llevó, como en tantas ocasiones, a salir “victoriosos” en un hotel donde fueron llamados para neutralizar un paquete bomba.

El equipo de los TEDAX ha ido adaptándose a los nuevos riesgos de la violencia terrorista y soportando no pocas situaciones peligrosas. Ahora, los investigadores se arman frente al reto de la amenaza fundamentalista. “Nos vamos preparando continuamente. No es lo mismo que hace 25 años, pero el riesgo existe”, advierte el inspector Ballesteros.

Máxima condecoración para el policía que disparó al tobillo a un hombre en Sacaba

La Cruz al Mérito Policial con distintivo Rojo, la máxima condecoración que otorga la Policía Nacional, ha sido otorgada a Álvaro Garrido, el policía que el pasado mes de octubre acabó disparando en el pie a un hombre que, presuntamente, iba a atacar a una mujer con un martillo.

La tensa actuación tuvo lugar de madrugada en la zona de Sacaba, donde la víctima pedía auxilio mientras la arrastraban desde el interior de un vehículo un hombre que pretendía agredirla. El agente, en palabras del comisario jefe de Operaciones de la Policía Nacional de Málaga, Roberto Rodríguez, hizo frente al individuo, que lejos de deponer su actitud lo golpeó con una piedra y le “intentó clavar un cuchillo en el pecho”.

El policía sacó su arma reglamentaria y disparó al agresor. La bala le alcanzó el tobillo. En ese momento, aprovechó para reducirlo. Una vez logró colocarle los grilletes, el detenido, de 44 años, fue trasladado a dependencias policiales como presunto autor de un delito de tentativa de homicidio. Tras pasar a disposición judicial, el juez dictó su puesta en libertad.

stats