El turismo vuelve a batir récords en la Costa del Sol. Este fenómeno se está produciendo de una forma tan continua que casi no parece noticia, pero es muy difícil de conseguir, máxime cuando los destinos competidores están poniendo toda la carne en el asador para captar el mayor número posible de viajeros, con precios tirados por los suelos.

Los hoteles no solo están manteniendo el tipo en su particular guerra contra las viviendas turísticas sino que están incrementando sus números, marcando nuevos máximos históricos. Entre enero y junio se alojaron en los hoteles de la provincia malagueña 2,73 millones de personas, lo que supone un incremento del 5,6% respecto al mismo periodo del año anterior. Eso ha supuesto, a su vez, que los establecimientos hoteleros de la Costa del Sol hayan pasado por primera vez en su historia de los 9 millones de pernoctaciones en los seis primeros meses del año, según los datos oficiales publicados hoy por el Instituto Nacional de Estadística.

En el caso concreto de los viajeros los hoteles han ganado turistas cada uno de los meses respecto al año anterior. En junio, por ejemplo, se han contabilizado casi 620.000 turistas frente a los 583.000 de junio de 2018. Los extranjeros se alojan más en los hoteles que los españoles porque vienen de destinos más lejanos y porque muchos de ellos no tienen amigos o viviendas propias en las que alojarse en Málaga. Entre enero y junio los hoteles han tenido 1,7 millones de turistas extranjeros, un 3,8% más, y casi un millón de españoles, un 9% más.

Varios turistas asiáticos en Málaga capital.

Las pernoctaciones, es decir, el número de noches que pasan los clientes en el hotel, han aumentado en el primer semestre un 1,6% hasta los 9,1 millones mencionados. Los extranjeros realizaron 6,74 millones, un 0,9% menos, pero esa ligera caída se vio compensada con otro fuerte tirón del viajero español, en este caso, del 9,6% hasta los 2,37 millones.

Se ratifica así la recuperación del turismo español, que sufrió durante los años de la crisis y viajó menos porque su capacidad económica era menor. Durante esos años la Costa del Sol siguió marcando hitos por el empuje de los turistas extranjeros, que huían además de destinos inseguros como Turquía, Egipto o Túnez. El extranjero se ha estabilizado y gana peso el nacional, de forma que los hoteles malagueños siguen imparables.

Otra cosa es la rentabilidad, que ha sido el principal escollo de los hoteles en estos últimos años, aunque ya están recuperando parte del terreno perdido. Un informe de Turismo Costa del Sol publicado ayer reflejaba que el precio medio de la habitación en Málaga en junio era de 153,1 euros, el segundo más caro tras Baleares de los principales destinos competidores, entendiendo como tales a la Costa Brava, el Algarve portugués, la Costa Blanca, la Costa de la Luz, Canarias, la Costa de Almería y Antalya (Turquía). Ese estudio también asegura que los hoteles de Málaga son los mejor valorados por los turistas en todos estos destinos, con una calificación media de 8,37 puntos.

Si el primer semestre ha sido bueno, las perspectivas para este verano son aún mejores. Se prevé la llegada de 7,3 millones de turistas, un 3,2% más. Los hoteles captarán a muchos de esos viajeros, pero también las viviendas turísticas, los campings, los apartamentos turísticos... Parece que va a haber negocio para todos.