Turismo

Los hoteles de la Costa del Sol han perdido a la mitad de sus clientes este verano

  • Los establecimientos han registrado 605.126 turistas  entre julio y agosto, un 54% menos que el año pasado, mientras que las pernoctaciones se han desplomado un 65%

  • La ocupación en agosto ha sido del 46%, 40 puntos menos que el año pasado

Un guía atiende a un grupo de turistas en la calle Larios en Málaga.

Un guía atiende a un grupo de turistas en la calle Larios en Málaga. / Javier Albiñana (Málaga)

Nadie tenía ninguna duda ya en junio de que la Costa del Sol iba a tener el peor verano de su historia como industria turística y los datos oficiales lo han ratificado. Los hoteles malagueños alojaron entre julio y agosto a 605.126 viajeros, lo que representó una disminución del 54,5% respecto al mismo periodo del año pasado, es decir, el sector hotelero ha perdido a algo más de la mitad de sus clientes. El desplome de las pernoctaciones ha sido aún mayor, un 65%, por lo que las pérdidas económicas son evidentes.

El Instituto Nacional de Estadística ha publicado este miércoles los volúmenes de ocupación del mes de agosto y son ciertamente tristes por la pandemia del coronavirus. El mes pasado hubo 351.738 viajeros en los hoteles malagueños frente a los 682.101 de agosto del año pasado, cuando se estaba en pleno récord. La buena noticia, por decir algo, es que al menos en agosto hubo más clientes que en julio (253.388), pero es algo que se puede considerar normal teniendo en cuenta que agosto es el mes turístico por excelencia, que el viajero ha sido principalmente nacional y que el inicio fuerte de rebrotes de Covid-19 se empezó a producir en la última semana del mes. 

Se sabía que este verano apenas iba a haber clientes extranjeros por la cuarentena o las recomendaciones negativas impuestas por algunos de los principales emisores de turistas hacia Málaga como Reino Unido o Alemania, entre otros países. Cada gobierno ha intentado que sus ciudadanos hagan turismo en su propio país para impulsar su economía -algo lógico y que también ha hecho España- y el miedo al contagio ha hecho el resto. Málaga tiene un gran aeropuerto internacional y más de medio millar de hoteles que no se pueden llenar solo con el turismo español. La Costa del Sol depende del turismo extranjero para sobrevivir y éste ha fallado a su cita, lastrando así a todo el sector turístico local. Entre julio y agosto solo se han alojado en los hoteles malagueños 178.911 turistas, un 75% menos que el año pasado, y han hecho apenas 658.502 pernoctaciones, un 80% menos. El turismo nacional ha descendido un 28% y sus pernoctaciones un 40% este verano.

Así es imposible ser rentable, máxime cuando los costes son prácticamente los mismos que en una época sin pandemia. Muchos hoteles abrieron a medio gas sus instalaciones para tener algún ingreso y darle estabilidad a una parte de su plantilla y otros ni siquiera llegaron a abrir, aprovechando esta crisis para hacer reformas internas que llevaban años en el cajón de los proyectos o esperando que haya una vacuna y los turistas recuperen la confianza para viajar. La mayoría de los hoteles, sobre todo costeros, que sí apostaron por volver a abrir en verano han cerrado sus puertas en este mes de septiembre o lo harán en octubre porque el volumen de reservas es ínfimo.

En febrero, cuando las empresas turísticas ya empezaban a barajar reservas para la Semana Santa y planificando el inicio de la temporada alta que podía ser nuevamente de récord con un aeropuerto alcanzado por primera vez los 20 millones de turistas, ni el más pesimista de los hoteleros se podía imaginar un verano como este. La ocupación por habitaciones ha sido solo del 46% en agosto y del 36% en julio, cuarenta puntos inferior a las del verano pasado. 

Ha habido pocos turistas, muchos hoteles ni siquiera se han atrevido a dar el servicio y eso se ha resentido de forma muy dura en el empleo. Según el INE, en agosto había trabajando en los hoteles malagueños 9.816 personas, casi 10.000 menos que en agosto del 2019, y esta estadística no incluye el personal auxiliar (transportistas, cadenas de alimentación, monitores, socorristas, cantantes...) que tampoco han podido trabajar. 

Se confía en que un verano en Málaga como el de 2020, con solo 600.000 turistas y 1,8 millones de pernoctaciones hoteleras, sea solo una pesadilla, un recuerdo para la historia del sector de cómo una pandemia se carga de un plumazo a una industria totalmente consolidada desde hace 50 años. A fecha de hoy todo el mundo desea que el verano del año que viene pueda ser mejor, aunque no está nada claro. El propio presidente de la Asociación de Empresarios Hoteleros de la Costa del Sol (Aehcos), Luis Callejón, ya comentó hace unos días en este diario que se conformaba con un aumento de la ocupación del 5% el verano que viene, ya que entiende que la recuperación, tanto sanitaria como de la confianza, no va a ser rápida. Habrá que esperar y cruzar los dedos. 

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