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La imparable ascensión de la ciberguerra en los nuevos conflictos

La imparable ascensión de la ciberguerra en los nuevos conflictos La imparable ascensión de la ciberguerra en los nuevos conflictos

La imparable ascensión de la ciberguerra en los nuevos conflictos / M. H.

Escrito por

Juan Pablo Castillo Cubillo

Tanta relevancia esta alcanzado la guerra digital en los conflictos actuales que la Cruz Roja ha establecido reglas para regular este campo de batalla. El pasado 7 de octubre, el mundo entero fue testigo de otro acto de barbarie por parte del ser humano. Ese día, el grupo terrorista de Hamas iniciaba un sorpresivo ataque contra Israel coincidiendo con el cincuenta aniversario de la conocida como "guerra del Yom Kipur", donde una coalición de países árabes, encabezada por Egipto y Siria, inició un ataque contra el país hebreo. Ahora, este nuevo conflicto está teniendo un dramático impacto humanitario en la franja de Gaza, donde miles de civiles inocentes se ven atrapados en medio de la violencia, sufriendo pérdidas de vidas, daños a infraestructuras vitales y una continua falta de acceso a servicios básicos. La situación en esta zona del planeta es un recordatorio desgarrador de la necesidad de encontrar soluciones pacíficas y respetar los derechos humanos en todos los conflictos, tanto en el mundo físico como ahora también, en el ciberespacio.

La evolución de la guerra en el ciberespacio ha sido tan vertiginosa que hasta posee ahora mismo sus propios iconos bélicosEn este contexto, la ciberguerra se ha convertido en un componente importante de los conflictos actuales. Aunque no está siendo un punto destacado en las noticias de este terrible conflicto, Irán y otros grupos afiliados a Hamas, han llevado a cabo acciones de ciberterrorismo, utilizando grupos de ciberdelincuentes para perpetrar ataques en el plano virtual del mismo modo que Israel ha contraatacado con su maquinaria militar digital, una de las más poderosas del mundo, a estas alturas ya no es necesario repasar el escándalo “Pegasus”. Todo ello hace bastante increíble para cualquier analista de seguridad que Israel no tuviese el menor conocimiento del ataque de Hamas, aunque ese sería un punto delicado que por si solo va a hacer correr ríos de tinta junto a los de sangre que estos días salpican la actualidad.

La ciberguerra, incluyendo su vertiente en la comunicación, como son las “fake news” y la desinformación, ahora complementa la versión clásica de los conflictos, y su impacto puede llegar a incluso ser más decisivo y devastador que las propias bombas, algo que muchas veces parece olvidarse en la dolorosa batalla por la desinformación que cubre las mal llamadas “redes sociales”. Es fundamental abordar los conflictos tanto en el mundo físico como en el ciberespacio, pero sobre todo, no lo olvidemos, trabajar siempre hacia soluciones pacíficas, en línea sobre todo a salvar las vidas humanas en juego.

Israel posee una de las maquinarias militares digitales más poderosas del mundo, incluyendo las herramientas de espionaje más avanzadas que se puedan imaginar. La ciberguerra no es ya nada nuevo. Ha estado ocurriendo desde hace casi más de una década en muchos escenarios, por ejemplo cuando Rusia se anexionó Crimea en 2014. Desde entonces, Rusia y Ucrania han estado utilizando diferentes tácticas en el ciberespacio, como ataques ofensivos, defensivos y desinformación, para influir en la sociedad y atraer seguidores a su causa.

El ataque de denegación de servicio (DDos), ya es conocido como el AK-47 de la ciberguerra

La evolución de la guerra en el ciberespacio ha sido tan vertiginosa que hasta posee ahora mismo sus propios iconos bélicos. El conocido como ataque de denegación de servicio (DDoS) se basa en hacer llegar al límite a los servidores de comunicación utilizando una gran cantidad de perfiles configurados previamente para producir un colapso. Este tipo de ataque es uno de los orígenes de los conflictos cibernéticos y se considera uno de los más rudimentarios. Sin embargo, su sencillez y alto grado de éxito han mantenido su relevancia a lo largo del tiempo. No resultaría descabellado compararlo con el AK-47 de la ciberguerra. Estos ataques se dirigen tanto a infraestructuras críticas, como centrales eléctricas o sistemas de transporte, como a medios de comunicación, organizaciones civiles o instituciones gubernamentales y por su sencillez se están usando de manera masiva en todos los conflictos ya que para emplearlo no se necesita una tecnología muy avanzada ni recursos descomunales, pero sus resultados pueden ser devastadores.

Otra técnica de ciberguerra empleada es el hackeo o la intrusión en los sistemas informáticos de los enemigos, con el fin de robar, modificar o borrar información sensible, o de causar daños o sabotajes. Por ejemplo, ya se han reportado casos de hackeo a las redes de ambos bandos, que han permitido obtener información sobre las posiciones y los movimientos de las tropas, o incluso tomar el control de algunos drones. Además, como antes hemos citado, se utiliza la guerra de la desinformación o la propaganda digital para manipular la percepción y las emociones de las audiencias mediante la difusión de noticias falsas, rumores, teorías conspirativas o mensajes polarizadores. Estas campañas se realizan a través de redes sociales, blogs, foros o plataformas de mensajería, y se apoyan en el uso de bots, trolls o cuentas falsas que amplifican el alcance y la credibilidad de los contenidos.

Tanta relevancia esta alcanzado la ciberguerra en los conflictos actuales que la Cruz Roja ha establecido reglas para regular este campo de batalla. Se prohíben los ataques cibernéticos a objetivos civiles y el uso de malware dañino. Se enfatiza minimizar los efectos en la población civil en los ciberataques militares. No se deben atacar instalaciones médicas ni objetos indispensables para la supervivencia. Se prohíbe sembrar el terror y violar el derecho internacional humanitario. Estas reglas deben cumplirse incluso si el enemigo no lo hace.

Estas directrices van a ser puestas a prueba desde el primer momento ya que diversos grupos organizados, independientes y pertenecientes a países han manifestado su adhesión a uno u otro bando. Por poner un ejemplo, grupos identificados como Sylhet Gang, Garnesia Team y Ganosec ya están realizando todo tipo de acciones contra sitios web de la Administración de La India en respuesta al apoyo manifestado por el gobierno de Delhi apoyando a Israel; y es que las ciberfuerzas de La India habría provocado que el sitio web de Hamás colapsara con un ataque DDos como el que acabamos de explicar.

Está comenzando a surgir un conflicto paralelo en el ciberespacio fruto de lo ocurrido en el mundo real donde los márgenes siguen siendo difusos ya que sigue sin haber consenso en temas tan trascendentales. Todo apunta que llegan tiempos oscuros donde la sociedad será puesta a prueba otra vez y de nosotros depende como salir de esta situación.

Después de esto querido lector, espero no haberle estropeado el día, pero todo indica que se avecina un conflicto a nivel mundial en el ciberespacio, así que le recomiendo que tenga mucho cuidado con lo que lee, escuchar y ve en las RRSS. Como suele decirse, “el que avisa no es traidor, es avisador”.

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