Economía

La inflación baja en Málaga en abril pero sigue disparada en el 8,6%

  • La luz, el gas, la gasolina y los alojamientos turísticos cuestan un 35% más que hace un año 

  • Los alimentos son ahora un 11,6% más caros por las repercusiones de la guerra, la huelga de transportistas y la subida general de costes

Varias personas en el mercado central de Atarazanas.

Varias personas en el mercado central de Atarazanas. / Javier Albiñana (Málaga)

La inflación ha caído en Málaga un punto y medio en abril, hasta situarse en el 8,6% de variación interanual. La buena noticia es que se ha conseguido frenar la sangría y bajar del 10% que se llegó a superar en marzo. La mala es que una inflación del 8,6% sigue siendo brutal y un auténtico sablazo a los bolsillos de los ciudadanos. De hecho, el Instituto Nacional de Estadística ofrece datos históricos provinciales del IPC desde 1994 y es el segundo peor dato tras el de marzo. Lejos quedan el IPC incluso negativo que hubo en algunos meses de 2009, 2014, 2015 o 2020. 

De todos es conocido que ir a comprar es, desde hace meses, un suplicio. Y a eso se le suma que el precio de la gasolina, la luz, el gas, etcétera están disparados. Ahorrar se ha convertido en un reto solo alcanzable para los que tienen sueldos altos y las familias con bajos recursos están pasándolo realmente mal. 

Los datos oficiales que ha publicado este viernes el INE no dejan lugar a dudas. Analiza el comportamiento de 41 tipos de productos o servicios y, en la provincia de Málaga, solo ha bajado el precio interanual en tres apartados. Son los equipos de telefonía y fax (-3,8%), los equipos audiovisuales (-3,8%) y los productos médicos (-1,2%). En los 38 restantes toca pagar más y, en algunos puntos, el IPC se ha desbocado. Un 35,3% en la electricidad, gas y combustibles (pese a que ha habido un descenso sobre marzo del 21% por la ayuda gubernamental), un 34,8% en los servicios de alojamiento o un 12,3% los paquetes turísticos, debido a que en abril fue la Semana Santa, al arranque de la temporada alta turística y a que hace un año por estas fechas el sector turístico en la Costa del Sol estaba completamente muerto. 

Un aspecto especialmente preocupante es el precio de los alimentos, que ha crecido un 11,6% interanual en Málaga y un 3,9% en el último mes a causa de la falta de materia prima ocasionada por la guerra entre Rusia y Ucrania o las repercusiones de la huelga del transporte. Las bebidas no alcohólicas también están ahora un 10,3% más caras que hace un año. Basta con ir a comprar al supermercado para ver que con 50 euros se traen bastante menos cosas que antes en la cesta. 

Ahora hay que rascarse más el bolsillo para comprar prácticamente todo: vestido (2,6%), calzado (1,1%), alquiler de vivienda (0,8%), muebles (12,6%), aparatos domésticos (6,7%), vehículos (6,1%), cuidado personal (2,3%)... El problema es que los sueldos no están subiendo en la misma proporción, por lo que el poder adquisitivo de los ciudadanos y, con ellos, la posibilidad de ahorro sigue en caída libre.  

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