Málaga

El intelectual se convierte en burgués

  • "En sus orígenes eran bohemios, pero con la democracia se han asentado"

Una persona acomodada y sin espíritu crítico, poco tiene de intelectual, al menos en su sentido más romántico, pero en esto ha derivado esta clase social, según denuncia el profesor de Ciencias Políticas Antonio Robles Egea, quien considera que el intelectual del siglo XXI está aburguesado. "En sus orígenes era una especie de bohemio pero con el paso del tiempo, se han asentado en las universidades, en las instituciones y ahí pueden vivir tranquilamente", manifiesta el experto.

El punto de inflexión que determinó el paso de un intelectual activo políticamente a otro pasivo, fue la democracia. "El hecho de que se implante una democracia, más o menos sin enemigos, y que no existan alternativas, hace que los intelectuales se instalen en la diversidad que existe en la sociedad, entonces ya no están todos unidos para protestar contra las maldades del poder, cada uno piensa de forma distinta porque reflejan la sociedad plural y la diversidad de opiniones", arguye Robles.

Desde distintos sectores se añoran intelectuales a la antigua usanza, que estuviesen comprometidos y vigilaran más la moralidad pública. Sin embargo, este profesor considera que no volverán porque la sociedad es muy distinta. "En la actualidad están todos bien pagados, con contrato, se han profesionalizado y no es necesario llamar la atención haciendo apelaciones al pueblo para resolver problemas. Los intelectuales están mucho mejor ahora que hace 50 años", añade. Es decir, el intelectual se ha profesionalizado y rara vez sale de su mundo para involucrarse en la vida social.

Los contratos cortan las alas de libertad. Por ello, entre otras cosas, los intelectuales de antes eran más libres, según Robles, pero también vivían peor. Este experto cree que el problema no es el conformismo, sino que hay una especie de escepticismo y pasividad. Considera que en el fondo ya no confían en que su acción pueda resolver muchos problemas, porque no tienen los medios necesarios. Nadie les hace caso.

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