Intensifican la reintroducción de un pez en peligro de extinción en la desembocadura del río Guadalhorce de Málaga

El pez fartet es una especie que se caracteriza por su extraordinaria tolerancia a ambientes hipersalinos y temperaturas elevadas

El cambio climático podría provocar la desaparición de hasta 33 playas en la Costa del Sol y el litoral occidental gaditano

Trabajos de reintroducción del pez fartet en Málaga.
Trabajos de reintroducción del pez fartet en Málaga. / M.H.

La Junta de Andalucía ha llevado a cabo una nueva suelta de ejemplares del pez fartet (Aphanius iberus) en la desembocadura del río Guadalhorce, en Málaga, dentro del programa para preservar la diversidad genética de esta especie, en peligro de extinción.

La suelta ha sido de 350 ejemplares nacidos en el centro de cría y conservación de peces amenazados de Los Villares (Córdoba), a partir de parentales del único núcleo natural andaluz, que está en la cuenca del río Adra (Almería), ha informado este jueves la Consejería de Sostenibilidad en un comunicado.

Esta reintroducción está dentro de las acciones para consolidar el núcleo en esta desembocadura, que es el más importante de la especie en Andalucía junto al de la Albufera de Adra, según ha explicado el jefe de servicio de Geodiversidad y Biodiversidad, Juan Antonio Martín.

El fartet es un pez endémico del sureste ibérico, caracterizado por su extraordinaria tolerancia a ambientes hipersalinos y temperaturas elevadas, lo que ha sido clave para su supervivencia frente a la alteración de hábitats y las especies exóticas invasoras.

Dos peces fartet.
Dos peces fartet. / M.H.

La presencia de la gambusia, un pez exótico de Estados Unidos de gran voracidad, ha relegado al fartet a zonas marginales, donde sólo logra competir eficazmente en condiciones de alta salinidad.

Los hábitats hipersalinos del Paraje del Guadalhorce permiten al fartet desenvolverse con ventaja frente a la gambusia, que no tolera concentraciones salinas tan elevadas.

Desde 2017 se han reintroducido en este espacio más de 5.200 ejemplares, lo que configura un macronúcleo poblacional en la laguna grande y, en menor medida, en el río viejo.

Además de su valor como especie amenazada, el fartet cumple una función ecológica relevante en el ecosistema del Guadalhorce, ya que se ha comprobado que su presencia contribuye al control natural de larvas de insectos, como los mosquitos, lo que ha tenido un efecto beneficioso en las zonas urbanas próximas durante los meses estivales.

Sin embargo, esta especie sigue enfrentando grandes desafíos, como es la necesidad de controlar la expansión de la gambusia, que en algunas lagunas ya muestran signos de adaptación genética a condiciones salinas superiores a las documentadas anteriormente, ha apuntado la Junta en el comunicado.

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