Los investigadores propulsores del aceite de oliva contra el cáncer
El estudio galardonado indica que pueden influir en la angiogénesis tumoral y en las cegueras degenerativas
Premios Malagueños de Hoy 2024: Ejemplos de entrega y compromiso
Este galardón destaca el esfuerzo colectivo de un equipo que lleva años trabajando para comprender los efectos de los compuestos fenólicos del aceite de oliva virgen extra (AOVE), un producto emblemático de la dieta mediterránea, en procesos biológicos esenciales para la salud humana. La entrega del Premio Malagueños de Hoy a Ana Dácil y Miguel Ángel Medina ha puesto de manifiesto el valor de su investigación y las luces y sombras que envuelven el panorama científico en España.
El estudio galardonado se centra en los compuestos fenólicos del aceite de oliva virgen extra, una pequeña, pero "poderosa fracción" de este producto natural, y su capacidad para influir en la angiogénesis, el proceso de formación de nuevos vasos sanguíneos. "Este proceso es fundamental para la vida, pero cuando se desregula puede dar lugar a enfermedades tan diversas como el cáncer, algunas cegueras degenerativas o patologías inflamatorias crónicas, como la psoriasis", explica Ana Dácil.
Uno de los aspectos más innovadores de la investigación es el potencial terapéutico de estos compuestos naturales en enfermedades que actualmente cuentan con opciones de tratamiento limitadas o invasivas. "Por ejemplo, los pacientes con ciertas degeneraciones oculares suelen someterse a un pinchazo mensual en el ojo, que aunque efectivo, es tremendamente invasivo y nuestra esperanza es encontrar alternativas menos agresivas y más accesibles para estos pacientes", detalla la joven de 29 años.
“Para mí este premio es un orgullo, en primer lugar, como malagueña, y, en segundo lugar, como investigadora que trabaja con un producto tan nuestro como el aceite de oliva virgen extra”, comenta Ana Dácil emocionada al recibir el reconocimiento. Especializada en el ámbito de la biotecnología, quiere subrayar que este reconocimiento no es solo para ella, sino para todo un equipo de trabajo: "Somos siete firmantes en esta publicación, este logro es el resultado de un esfuerzo colectivo y yo solo soy una de las caras visibles".
Por su parte, Miguel Ángel Medina, catedrático con una trayectoria de más de 25 años en investigación, comparte el mismo sentimiento de gratitud: "Este premio es un impulso a un grupo de investigación modesto, que lleva décadas trabajando en temas de gran relevancia como la angiogénesis y el papel de compuestos naturales en enfermedades humanas". Confiesa que ver cómo su trabajo recibe este tipo de reconocimiento es algo que les "llena de alegría" y, al mismo tiempo, les "motiva a seguir adelante".
Medina contextualiza este trabajo dentro de una trayectoria más amplia: "Desde que fundamos el laboratorio en 1998, tras mi regreso de Alemania y la incorporación de Ana Rodríguez Quesada, hemos estado estudiando la angiogénesis y su relación con diferentes enfermedades". En los últimos años, se han centrado en identificar compuestos naturales presentes en la dieta mediterránea y su posible impacto en la salud, un enfoque que ha sido "fundamental" en la tesis doctoral de Ana Dácil.
Titulares que creaban falsas expectativas
El éxito mediático de esta investigación, que ha llevado a Ana Dácil a aparecer en múltiples programas de televisión y radio, tal y como comenta el investigador, también ha servido como punto de partida para una reflexión crítica sobre la comunicación científica. "Es esencial que tanto los científicos como los periodistas asuman la responsabilidad de transmitir información rigurosa y honesta porque hemos tenido experiencias en las que titulares llamativos creaban falsas expectativas, y esto es especialmente delicado cuando hablamos de enfermedades graves", señala Medina. Ana Dácil añade que la ciencia "necesita ser accesible al público, pero sin sacrificar el rigor": "Es un equilibrio difícil, pero crucial, porque detrás de cada titular hay personas que confían en nosotros y en nuestro trabajo para encontrar soluciones a sus problemas de salud".
El camino hacia el éxito en la investigación científica está cargado de dificultades, especialmente en España, donde la financiación es limitada y las oportunidades laborales escasean, según lamentan. Miguel Ángel Medina recuerda cómo la crisis económica de 2008 afectó profundamente al sector: "Muchos grupos de investigación desaparecieron por falta de apoyo financiero; sin embargo, países como Alemania duplicaron su inversión en ciencia durante ese periodo, y esto les permitió recuperarse más rápido. Es una lección que España debería aprender, el invertir en ciencia no es un gasto, es una inversión en el futuro".
Ana Dácil comparte su experiencia personal al finalizar su doctorado: "Terminé mi tesis doctoral estando en paro porque ya no había financiación para continuar. Fue un momento muy duro, pero gracias a mi formación pude integrarme en otro grupo de investigación; sin embargo, esta no debería ser la realidad para los jóvenes investigadores porque necesitamos más estabilidad y apoyo para que el talento no se pierda". El catedrático también destaca la necesidad de equilibrar la financiación en el ámbito científico: "Es importante apoyar a la élite científica, pero no podemos olvidar a los grupos más modestos que también tienen mucho que aportar, concentrar los recursos en unos pocos genera un efecto perverso que deja al resto luchando por migajas".
Que muchos científicos e investigadores españoles tengan que irse fuera del país a trabajar es una realidad. La fuga de cerebros es otro tema que preocupa profundamente a los premiados. "España forma a jóvenes investigadores de altísimo nivel, pero después no les ofrece las oportunidades necesarias para quedarse, es imprescindible que puedan salir al extranjero para formarse, pero también que tengan opciones de volver si así lo desean", comenta Miguel Ángel Medina.
Ana Dácil, por su parte, destaca la dimensión personal de este problema, ya que le ha tocado vivir algo similar de cerca al ser una persona joven de 29 años: "Lo ideal sería que los científicos se marcharan porque quieren, no porque no tienen otra opción". La investigadora recuerda que a veces "se olvida que hay razones personales, como cuidar de familiares o querer estar cerca de los tuyos", que dificultan salir del país. "Estas situaciones no deberían cerrarnos las puertas a la investigación", añade.
"Quiero transmitir que este país se tiene que tomar la ciencia en serio y se nos llena la boca de hablar de excelencia, pero para que haya excelencia hace falta cultivar, hace falta que haya un fondo que está generado por los grupos modestos de investigación que pertenecen a lo que yo llamo la clase media de la ciencia", denuncia Medina. Su reivindicación es que cambie el sistema de financiación de la investigación, de manera que los grupos de "clase media de la ciencia, que tienen un historial demostrado de que son productivos". tengan, al menos, garantizada "una financiación mínima de su existencia". Según relata el catedrático, han aportado "pequeños granitos de arena" a establecer mayor soporte acerca de los efectos menos del aceite de oliva, "no solamente como sustancia cardioprotectora, sino también para otras enfermedades".
En el acto de entrega del premio, Medina aprovecha la presencia de autoridades locales para expresar su visión sobre el futuro de Málaga como deseos para el año nuevo: "Espero que nuestra ciudad continúe apostando por el sello Málaga como ciudad de la cultura y de la tecnología". Además, hace hincapié en que es importante recalcar que la tecnología no solo son las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC). "También hay una revolución tecnológica en biomedicina que debemos tener en cuenta", advierte.
Ana Dácil, por su parte, hace un llamamiento a trabajar por el bienestar de los malagueños como deseo para 2025: "Es fundamental apostar por el desarrollo tecnológico en diversas áreas, pero siempre pensando en mejorar la vida de los ciudadanos". Además, no puede dejar de mencionar el problema de la vivienda, que afecta directamente a los jóvenes investigadores y a muchos otros colectivos. "Con 29 años, todavía vivo con mis padres porque no puedo permitirme otra opción. Esto es algo que debe cambiar", lamenta, dando voz a una situación que muchos jóvenes malagueños viven.
El Premio Malagueños de Hoy fue una gala celebrada en el Museo del Automóvil y de la Moda bajo el patrocinio de la Fundación Unicaja. El evento no solo reconoce la excelencia de los investigadores Ana Dácil y Miguel Ángel Medina, sino que también ha dado voz a que ambos pongan en evidencia los desafíos estructurales y financieros que enfrenta la ciencia en la provincia y en el país. Su trabajo con el aceite de oliva virgen extra ha abierto nuevas posibilidades terapéuticas, pero también ha puesto en valor la riqueza de la dieta mediterránea como fuente de salud y bienestar para la sociedad.
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