Los 4.000 kilómetros de 'Cysto'

En su viaje desde el Ártico hasta el río Guadalmedina, la cría de foca de casco rescatada el martes ha tenido que superar retos que la han dejado exhausta · Tiene un cuadro intestinal que están tratando con antibióticos

Los 4.000 kilómetros de 'Cysto'
Los 4.000 kilómetros de 'Cysto'
Cristina Fernández / Málaga

04 de octubre 2012 - 01:00

Como un aventurero solitario en busca de aguas más cálidas llegó Cysto desde el Ártico hasta el río Guadalmedina. Más de 4.000 kilómetros nadó arrastrado por corrientes y superando retos que lo dejaron exhausto. Por eso, esta cría macho de unos cuatro meses de edad de la especie Cystophora cristata, llamada comúnmente foca de casco, es tratada desde ayer en el Centro de Recuperación de Especies Marinas Amenazadas, Crema. Allí, veterinarios y biólogos realizaron un primer estudio para determinar el estado del animal.

El veterinario Juan José Castillo realizó una radiografía en la que no se observaron piedras ni otros objetos ingeridos que pudieran provocar úlceras en el estómago. También practicó una analítica que "muestra un cuadro intestinal, por lo que le estamos dando antibióticos y un protector hepático para ver cómo evoluciona", comentó el especialista. Entre tres y cuatro días continuarán con el tratamiento, "según vaya haciendo efecto", añadió Castillo.

En la exploración inicial también destacaron los expertos su falta de peso, ya que marcó 28 kilos cuando por su edad tendría que pesar entre 40 y 50. "La cría está hambrienta, deshidratada, llegó con diarrea y bastante débil, por eso lo primero es estabilizarla", explicó Juan Jesús Martín, biólogo del Aula del Mar. Aunque no parece que corra peligro su vida, el animal podría pasar en este centro entre dos y tres meses para restablecerse. Después de esto será el momento de pensar cómo volverá a su hogar.

De calamares y sardinas se compone la dieta de Cysto, de los que puede comer entre 3 y 4 kilos al día. A primera hora de la mañana se encontraba en un tanque con poca agua, en observación y a la espera de realizarle las pruebas. Luego iba a ser trasladado a una piscina mayor para que pudiera nadar y refrescarse. "Lo primero es engordarla y recuperar su estado físico", comentó el veterinario, que también destacó la suerte de este animal de llegar cuando comienzan a bajar las temperaturas. "Si no tendríamos que estar refrigerando la zona", aclaró.

Tranquilo pero alerta. Si le tocabas la cola, Cysto giraba la cabeza y enseñaba sus dientes en actitud defensiva. Este habitante de latitudes norte, entre Terranova y Groenlandia, tiene su casa ahora en Málaga. Desde el pasado lunes comenzó a avistarse, primero en el espigón de la Térmica y luego en el río y fueron varias llamadas de particulares las que recibieron en el Aula del Mar. Sin embargo, el rescate fue complejo "porque cuando veía gente se iba, fueron varios los intentos hasta que la cogimos en la orilla, la aislamos del agua y con una manta pudimos manejarla", relató Juan José Castillo.

Estas focas de casco pueden nadar hasta 1.000 kilómetros sin tocar tierra, su destete se produce a los cuatro días de nacer y se convierten en cazadoras de peces. Son, según el biólogo Juan Jesús Martín, exploradoras innatas que se separan con rapidez de sus madres. Cysto inició un largo camino del que aún no se sabe su final. Por el momento, reposa en buenas manos para recuperar fuerzas antes de volver al océano en compañía de sus iguales. Todo a su tiempo.

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