Lluvia de aplausos para Agatha Ruiz de la Prada en la Pasarela Larios Málaga Fashion Week

Unas 7.000 personas esperaron expectantes este sábado el destile de Agatha Ruiz de la Prada en la Pasarela Larios Málaga Fashion Week. La diseñadora madrileña, una habitual de la cita, aterrizaba tras estrenar sus nuevos diseños hechos con inteligencia artificial en Madrid (y anteriormente en París). Sin embargo, la artista decidió presentar aquí una colección de conjuntos coloridos y urbanos con bolsas de tela (o tote bags para los que prefieran los anglicismos) incluida bajo el brazo.

Las modelos de Ruiz de la Prada lanzaron besos, sonrieron y juntaron las manos para regalar corazones al público. Daba la sensación de que se lo estaban pasando bien desfilando por la infinita pasarela malagueña. Los conjuntos sport y los minivestidos se impusieron a lo largo del pase donde los corazones, las nubes y las formas geométricas como rombos, a las que tiene acostumbrada a sus seguidores la madrileña, no faltaron. Otro de los elementos a resaltar fueron las felpas. Todas llevaron uno, a cada cual más estrambótica, junto a una tote bag con la cara de Agatha y cuñas ibicencas.

Claramente, la colección que ha pasado este sábado por la calle Larios tenía un espíritu más desinhibido que los trajes presentados en Madrid ("van bastante cómodas", se escuchaba entre las butacas). Desde vestidos rosas con volantes a otros amarillos con lunares rojos o llenos de lazos. La respuesta del público malagueño fue unánime: una lluvia de aplausos. Muchas gente se puso en pie. La diseñadora veterana hizo el paseíllo dando las gracias, manos al pecho, mientras lucía un elegante vestido de gasa azul con lunares blancos.

Algunos se han quedado con ganas de ver "la colección más loca" de su carrera. El público de la Pasarela Larios Málaga Fashion Week echó en falta esos "monstruos derretidos que lloran gotas de lluvia de colores", las piezas con branquias de pez en organza neón, las peonzas invertidas con corazones, los vestidos de bolas que evocan píxeles digitales y una sorprendente menina de nubes peluda sobre fondo rosa.

Sin embargo, la arteria principal de la capital ha vivido una segunda jornada muy dulce con la artista, famosa por las formas coloridas de sus diseños. Después de la madrileña, le tocó el turno a la cadena de restaurantes Hard Rock Cafe. Se trató de un escaparate lleno de cuero y camisetas con el logo en distintos formatos donde hasta los más pequeños tuvieron la oportunidad de desfilar al ritmo de Lana del Rey.

Sobre la alfombra azul pasearon propuestas de la conocida empresa de telas Ribes y Casals, firmadas por Florencio Pérez Barbián y Miguel Ángel Ocón. El primero hizo un despliegue de trajes de novia de alta costura donde brillaron los bordados y las diademas. Ocón optó por una colección dedicada al hombre. No faltaron las camisas de satén (y hasta se atrevió con alguna trasparencia) y looks elegantes hechos como para irse de safari.

También han estado presentes como diseñadores Osvaldo Joya Design, Nati Rudnitskaya, Pepe Canela, Dona Ralph y José Perea. Muchos se inspiraron en la estética cowboy. Además, la Diputación de Málaga (desde su marca promocional Málaga de Moda) dio una gran oportunidad de nuevo a jóvenes talentos de la moda. En esta edición el concurso han participado Antonio Corpas, Javier Muñoz, Azahara Crisóstomo, Irene Ramírez, Leonor Bassa, Samuel Reyes, Blanca Cela, Jorán Torres, Renata Esteve, Covadonga F. Carrodeguas, Rocío González, Xenia Albacete, Pedro López, Tatian Cortés y Sol Cortés.

Félix Ramiro, otro habitual de la cita malagueña, ha cerrado la 14 edición del desfile exhibiendo músculo con sus trajes de novio hechos a medida en su sastrería.