Las lluvias 'reviven' los montes en Málaga, pero aumentan el riesgo de incendios este verano

El periodo de alto riesgo se extiende del 1 de junio al 15 de octubre

El campo de Málaga reza por un verano “normal” sin olvidar la amenaza de la sequía

Vista del Valle del Guadalhorce.
Vista del Valle del Guadalhorce. / M. H.

Las abundantes lluvias que marcaron el arranque del año han provocado una transformación radical de las zonas forestales, los cultivos y las reservas hídricas, que han vuelto a lucir, si no como antes de la sequía, sí de una forma muy parecida. Sin embargo, estas mismas precipitaciones, responsables de devolver el verde a las áreas rurales, se convierten ahora, a las puertas del verano, en un arma de doble filo que ocupa y preocupa a administraciones y expertos, en la medida en que han generado una gran cantidad de vegetación que comienza a secarse, convirtiéndose en combustible y aumentando, por tanto, el riesgo de incendios.

De esta misma manera lo indicaba este martes la delegada de la Junta de Andalucía en Málaga, Patricia Navarro, tras presidir el Comité Asesor Provincial del Plan Infoca, que permanece ya vigilante de cara al inicio del periodo de alto riesgo de incendios, que va del 1 de junio al 15 de octubre, y para el que se contará con 577 efectivos, 26 vehículos y 40 medios aéreos. "Venimos de una fase demasiado larga de sequía que nos ha mantenido en alerta constante. Puede parecer que después de las lluvias, torrenciales en algunos casos, podemos estar tranquilos y levantar la guardia, pero nada más lejos de la realidad. Han traído consigo una mayor cantidad de combustible forestal, sobre todo matorral y pasto, que hacen que el tiempo de propagación en caso de incendio sea mucho menor".

Refrendan este diagnóstico varios expertos consultados por este periódico, quienes realizan un análisis completo de la situación, atendiendo a especies vegetales concretas, factores meteorológicos o medidas de prevención a llevar a cabo. "Este año lo que vemos es que las lluvias han hecho que muchas zonas luzcan cubiertas de vegetación herbácea con una densidad y un tamaño al que no estamos acostumbrados", asegura el profesor investigador del Área de Botánica de la Universidad de Málaga Jaime Pereña, que recuerda que lo previsible es que tanto como han crecido todas estas formaciones se vayan marchitando en las próximas semanas. "Cuando la primavera termina la planta tira la semilla y se seca; de hecho, ahora mismo ya vemos cómo muchas amarillean. Esto no deja de ser combustible que arde con mucha facilidad. Puede ser un tema complicado", añade.

Pereña pone el foco, sobre todo, en las gramíneas, es decir, los pastizales. Aunque señala que "si la humedad es baja y las temperaturas son altas" en los próximos días el ecosistema mediterráneo posee especies características capaces de "arder con facilidad" en caso de incendio. "Este año está siendo un poco diferente. Pero, respecto al verano, si seguimos la tendencia, lo previsible es que las olas de calor sean más intensas, tengan una mayor duración y una frecuencia más alta", apostilla Pereña, que ante este escenario apuesta por profundizar en las medidas de prevención tanto de manera individual como colectiva. "Esto es algo que se hace cada temporada por parte de los servicios de prevención y extinción. Limpiar cortafuegos, bordes de caminos, excesos de hierba, etcétera. Tenemos que profundizar ahí porque son acciones que se hacen a lo que da el tiempo o los recursos", explica.

Refuerza estas posiciones el director de la Cátedra de Cambio Climático de la UMA, Enrique Salvo, quien echa en falta más labores en cuanto a aprovechamientos forestales se refiere, entre las que destaca una mayor presencia de herbívoros, a la semejanza de décadas atrás, cuando rebaños de estos animales "no solamente iban deglutiendo la maleza, sino que abonaban el propio monte".

Además, afirma Salvo, en la actualidad nos encontramos con algunos aspectos suplementarios que pueden hacer los entornos naturales más vulnerables en caso de incendio, como la "mortandad de coníferas, o sea, pinos, tan extendida tras la sequía de los años anteriores". Este fenómeno es más que apreciable, con un paisaje tupido de copas marrones, en puntos como Gibralfaro, El Morlaco, Monte Victoria o La Virreina, en los que el Ayuntamiento de Málaga actúa para retirar los ejemplares afectados y minimizando riesgos. En otro orden de cosas, Salvo apunta al comportamiento de nuestros "gemelos climáticos" (modelos que permiten simular y predecir los efectos del cambio climático con mayor precisión), que son parte del sur de Australia y parte del sur de California, donde durante los años especialmente lluviosos se han incrementado también los incendios. "Con estas condiciones el verano puede ser bastante duro, pero no debemos olvidar que contamos con uno de los mejores servicios de prevención y extinción", agrega.

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