Este lunes abre la nueva área para quimioterapias del Clínico de Málaga
Cuenta con una entrada independiente y externa situada en la esquina oeste del edificio
Moreno inaugura, tras casi un año acabada, la nueva área para quimioterapias del Clínico de Málaga
Este lunes abre el nuevo Hospital de Día Oncohematológico, el área donde se ponen las quimioterapias del Hospital Clínico de Málaga. Después de inaugurarlo el pasado viernes, será este 17 de nombiembre a primera hora, desde las 08:00 horas, cuando los pacientes podrán recibir ya tratamientos en estas nuevas instalaciones en las que la Consejería de Sanidad ha invertido cinco millones de euros, financiados por la Junta de Andalucía con fondos europeos.
El nuevo Hospital de Día Oncohematológico tiene su entrada por una puerta independiente y externa situada en la esquina oeste del edificio del Clínico. En su interior, es un espacio moderno que triplica su capacidad. Dispone de 31 sillones -el doble-, 12 puestos para camas de tratamiento y cuatro más en boxes de aislamiento independientes; 16 consultas de oncología y otras ocho de hematología, cuando antes había siete y tres, respectivamente. Además incluye un nuevo servicio de farmacia propio, para la preparación, dispensación y distribución segura de los tratamientos.
La tan esperada puesta de largo llega con casi un año de retraso, ya que el edifidio estaba terminado y sin uso desde el pasado mes de enero, a causa de diversas trabas administrativas y, por ejemplo, la falta de mobiliario. Se trata de uno de los proyectos más importantes desde que este centro sanitario abrió hace casi cuatro décadas, una reivindicación tanto de los profesionales sanitarios del Clínico, como de los pacientes oncológicos y sus familiares, muchos de los cuales han estado presentes en el acto de inauguración, en el que ha intervenido el presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, que reconoció durante su inauguración el retraso en su puesta en marcha y admitió que la situación en la que estaban los enfermos en el otro espacio -hacinados, en sillones viejos y que en muchos casos no se podían reclinar por falta de espacio- "no eran ni mucho menos las óptimas".
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