Málaga arrojó por los inodoros más de dos toneladas de toallitas higiénicas el año pasado

El Ayuntamiento detalla que los residuos han caído un 6%, pero atribuye esta "tendencia a la baja" a las "medidas" de Emasa

Málaga declara la guerra a las toallitas húmedas

Puente de La Rosaleda, lugar donde se han centrado las tareas de limpieza del Guadalmedina.
Puente de La Rosaleda, lugar donde concentran las tareas de limpieza del Guadalmedina. / Carlos Guerrero

La proliferación en el uso y mala gestión de los residuos de las toallitas húmedas se ha convertido en uno de los problemas de contaminación ambiental más importantes en ciudades como Málaga. Preocupa, especialmente, el impacto de los restos de estos productos de higiene personal y limpieza en los sistemas de saneamiento (cloacas, colectores de aguas residuales, depuradoras), además de cauces de ríos, embalses y el mar. Las estadísticas dan buena cuenta de los estragos que causa arrojar por el inodoro. El Ayuntamiento de la capital retiró el año pasado un total de 2.197 toneladas de residuos sólidos procedentes de las aguas residuales. La mayoría de ellos eran toallitas higiénicas, pese a los problemas medioambientales y el mayor coste en los procesos de saneamiento y depuración que genera el vertido de desechos.

Desde el Consistorio precisaron que esta cantidad de residuos trasladados al vertedero supone un 6% menos respecto a las 2.341 contabilizadas en 2023 y constatan la "tendencia a la baja" en los últimos años, frente a las 3.721 recogidas en 2017. Sin embargo, la mayor parte de este descenso, matizaron, "es consecuencia de las medidas e inversiones que Emasa viene implantando para que los residuos salgan más secos y compactos para reducir peso y volumen". De ahí que los responsables municipales insistan "en pedir una mayor colaboración ciudadana.

Emasa destinó en 2024 cerca de 2 millones de euros

La limpieza y retirada de residuos sólidos en las redes, en las estaciones de bombeo y en las depuradoras, así como el traslado de los mismos al Centro Ambiental de Los Ruices suponen para Emasa un coste anual de 1,9 millones de euros, a los que habría que sumar las inversiones que se llevan a cabo para reducir la presencia de residuos sólidos, según los datos aportados por el Consistorio.

Del total de estas 2.197 toneladas de desechos, el 45,7% se extrajo en las limpiezas periódicas de la red de saneamiento municipal; un 40,3% quedó retenido en los sistemas de tamizado de las estaciones depuradoras de aguas residuales (EDAR) Guadalhorce y Peñón del Cuervo; y un 13,9% se evacuó desde las estaciones de bombeo de aguas residuales (EBAR) operativas en la ciudad que están dotadas de sistemas de retirada de residuos sólidos. En cuanto a los datos de las dos depuradoras (Guadalhorce y Peñón del Cuervo), destacan las 874 toneladas de residuos, frente a las 697 del ejercicio anterior.

Toallitas, bastoncillos o compresas

Esta acumulación de sólidos en las aguas residuales proviene, en su mayoría, de arrojar al inodoro residuos higiénicos no biodegradables como toallitas, bastoncillos o compresas, lo que podría evitarse con la colaboración ciudadana suprimiendo este tipo de hábitos. La presencia de estos desechos en las redes de saneamiento no es solo "perjudicial para el medio ambiente, sino que también afectan a las infraestructuras y equipos" que intervienen en la conducción, transporte y proceso del agua residual provocando "numerosas averías".

Para tratar de reducir estos problemas, Emasa ha instalado en los últimos años más tamices en las estaciones de bombeo para retirar la máxima cantidad posible de residuos antes de que lleguen a las depuradoras y minimizar los daños que causan a instalaciones y procesos. Además, tiene en marcha un plan para la instalación de sistemas de desbaste en los puntos de alivio por tormenta, para minimizar las incidencias. En este sentido, el Ayuntamiento también viene lanzando continuamente mensajes de sensibilización a la ciudadanía, como la campaña ‘¡Las toallitas, a la papelera siempre!', activa desde el pasado verano inspirada en la imagen de Chiquito de la Calzada.

Esta iniciativa responde al compromiso municipal por evitar que las toallitas lleguen a las redes de saneamiento y al mar, para lo que desde el Área de Sostenibilidad Medioambiental también se llevan a cabo acciones de concienciación a través de los centros escolares y universitarios, con asociaciones de vecinos y colectivos que se complementan con visitas a las depuradoras.

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