Málaga empezará a usar agua de los pozos del bajo Guadalhorce en julio

Estos últimos dos años ha conseguido reducir un 6% el consumo hídrico en la ciudad

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El alcalde durante una visita a los trabajos en los pozos. / M. H.

Málaga empezará a consumir agua que no provenga únicamente de los embalses este mes de julio. La concejala de Sostenibilidad Ambiental, Penélope Gómez, ha anunciado que este mes de julio el Ayuntamiento empezará a hacer uso de los pozos situados a ambas márgenes del tramo final del río Guadalhorce. Este agua servirá para el abastecimiento urbano o la potenciación del uso de aguas regeneradas.

Al respecto, ha señalado que en este periodo Emasa ha reducido de forma considerable los aportes procedentes de los embalses mediante un mayor aprovechamiento de recursos alternativos. Estos usos, ha detallado, Por un lado, las aguas subterráneas de los pozos de Fahala y Aljaima.

Y por otro, las aguas superficiales captadas en el azud de Aljaima, que permite bombear y tratar en la potabilizadora de El Atabal parte del caudal del río Guadalhorce poco después de su confluencia con el río Grande y que durante tres meses de 2024 aportó la totalidad del consumo. Estos pozos y el azud han cubierto un tercio de la demanda de la ciudad.

Estos recursos alternativos han permitido hacer un menor uso del agua embalsada. De este modo, los recursos procedentes de las presas que fueron tratados en la planta de El Atabal sumaron 39,1 hectómetros cúbicos (hm3), un 33,1% menos respecto a los 58,4 utilizados en 2023. En cambio, el volumen de agua obtenida de pozos y del azud de Aljaima se incrementó en 2024 en un 158,5% al alcanzar los 16,2 hm3 frente a los 6,2 del ejercicio anterior.

Por tanto, entre todas las fuentes de captación (embalses, pozos y azud), el total de agua bruta que llegó a El Atabal fue de 55,3 hm3, un 14,5% menos que los 64,7 registrados en 2023. Detrás de este decremento también está reducción de los aportes que desde la capital se venían realizando a la Axarquía desde 2022 con un flujo de 9 hm3 anuales y que fueron suspendidos por la Comisión para la Gestión de la Sequía en abril de 2024.

Ahorro de un 6% los dos últimos años

Con la sequía el Ayuntamiento ha apretado el cinturón en lo que a consumo de agua se refiere. En los dos últimos años la Empresa Municipal de Aguas (Emasa) ha conseguido –junto a la colaboración ciudadana– rebajar el consumo un 6%.

Penélope Gómez, que ha precisado que lo largo de 2024, la empresa dependiente del Área de Sostenibilidad Medioambiental distribuyó desde los depósitos a las redes de abastecimiento de la ciudad 42,2 hectómetros cúbicos de agua.

Este volumen supone un ahorro de 2,7 hm3 respecto a 2022 (44,9 hm3 y un 5,97% menos) y confirma la tendencia a la baja ya experimentada en 2023 con 44,6 hm3 (-5,3%), la cual está teniendo continuidad en 2025. Así, en los tres primeros meses del año se han distribuido desde los depósitos 9,4 hm3, un 8,2% menos respecto a los 10,2 registrados en el mismo periodo de 2024.

Gómez ha dado a conocer esta reducción del consumo dispuesto en red, que ha posibilitado que el uso urbano en Málaga se sitúe en una media de 169 litros por habitante y día. Esta cifra no sólo está por debajo de la dotación máxima de 225 litros acordados por la Comisión para la Gestión de la Sequía en las Cuencas Mediterráneas Andaluzas en la reunión del pasado 25 de marzo, sino también de los 180 litros como máximo que fueron fijados en octubre de 2024 debido a la persistencia de la sequía, antes del incremento del agua embalsada a raíz de las lluvias de los últimos meses.

Ha valorado que esta mejora de la situación hidrológica ha posibilitado que el sistema de explotación Guadalhorce-Limonero haya pasado de la situación de escasez severa a escasez moderada, lo que ha conllevado el levantamiento de todas las restricciones al uso de agua potable que seguían activas en la ciudad, siempre que se siga cumpliendo la dotación máxima de 225 litros por habitante y día para uso urbano.

No obstante, pese a ello, el Ayuntamiento mantiene su planificación prevista para ahorrar agua potable mediante la regulación de la presión que se inyecta en las redes de toda la ciudad para minimizar las fugas –a más presión, mayor potencialidad de cantidad de agua fugada–, el plan de choque de reparación de conducciones para reducir las pérdidas, el control de los grandes consumidores para detectar posibles fugas en canalizaciones interiores o la extensión del recurso procedente del freático para riego de zonas verdes y limpieza viaria.

En este sentido, los trabajos realizados para extender la regulación de presiones mediante la instalación de válvulas han permitido aplicar esta minoración en horas valle y de menor demanda, principalmente por la noche, sin tener que llegar a restricciones.

Actualmente, ya están regulados un centenar de los aproximadamente 150 sectores que hay en la ciudad, dando cobertura al 70% de la longitud total de la red de distribución, que supera los 1.900 kilómetros. En cuanto al plan preventivo de búsqueda, localización y reparación de fugas, en 2023 se ejecutaron 1.326 actuaciones sobre la red de abastecimiento y las acometidas, mientras en 2024 se localizaron y repararon más de 500 fugas llegando a un total de 1.135 obras tanto en redes como en acometidas.

De esta forma, ha señalado, la regulación de presiones, la reparación de fugas y las obras de renovación de redes en distintos puntos de la ciudad han permitido reducir en un 2,6% el agua total distribuida desde los depósitos en 2024 (1,1 hm3). El resto del ahorro procede de la mayor concienciación ciudadana y de la reducción en otros usos como riego de zonas verdes y limpieza viaria.

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