El 8M y la voz de malagueñas que rompen el techo de cristal: "Las mujeres tenemos una herramienta potente"

De todos los ámbitos, desde el deporte hasta la sanidad, el arte o la vendimia, su testimonio refleja la lucha por el reconocimiento, la visibilidad y la igualdad en un ejemplo de superación y perseverancia

Manifestación del 8M en Málaga: recorrido y horario

Manifestación del 8M en Málaga en 2024.
Manifestación del 8M en Málaga en 2024. / Javier Albiñana

A pesar de los avances en materia de igualdad de género, las cifras todavía evidencian que la brecha salarial entre hombres y mujeres en Málaga apenas se redujo un 0,7% en el último año, pasando del 25,3% en 2022 al 24,6% en 2023. Según un estudio de CCOO, si esta tendencia continúa a este ritmo, la igualdad salarial no se alcanzaría hasta dentro de 36 años. Muchos puestos directivos todavía están ocupados en su mayoría por hombres. Esta diferencia se genera por barreras estructurales como el techo de cristal y la conciliación familiar, relacionada mayormente con las mujeres.

El 8 de marzo se celebra el Día Internacional de la Mujer, una ventana que muestra las desigualdades que viven en el día a día. También sirve para dar voz a quienes las sufren o las han sufrido. Mujeres en distintos sectores, desde el deporte, la ciberseguridad o el arte, prestan su testimonio para compartir sus historias y experiencias para reflejar los retos que aún persisten en el camino hacia la equidad. Su voz refleja la lucha por el reconocimiento, la visibilidad y la igualdad en un ejemplo de superación y perseverancia.

Elena Moreno, jugadora de baloncesto: "Nuestro deporte es tan valioso como el masculino"

Elena Moreno, jugadora del Unicaja Mijas.
Elena Moreno, jugadora del Unicaja Mijas. / M. H.

Elena Moreno es una joven malagueña de 21 años que siempre ha sentido una conexión especial con el baloncesto. Juega en el Unicaja Mijas y es la segunda capitana. Consiguió la plata en el Europeo sub-20 en Lituania y, aunque defiende que ha habido avances en los últimos años, aún persiste la desigualdad en la exposición mediática y en el protagonismo dentro de los clubes deportivos. "Comparan mucho nuestro baloncesto con el de los chicos, como si no fuera lo mismo, y eso duele porque nuestro deporte es tan valioso como el masculino", explica con algo de frustración frente a no recibir el mismo reconocimiento, en ocasiones, por parte del público.

"Siempre hemos estado un poco a las sombras de esos clubes masculinos, donde los chicos tienen más protagonismo", lamenta. La segunda capitana del equipo malagueño de baloncesto pone en evidencia una realidad en la que las deportistas se ven "relegadas a roles secundarios" en el deporte a pesar de su talento y esfuerzo. Las mujeres, en la mayoría de ocasiones, se enfrentan a una lucha constante por el reconocimiento y la visibilidad en un entorno que tradicionalmente favorece la imagen masculina.

Moreno subraya además que la experiencia en redes sociales ha sido un terreno donde se evidencian comentarios despectivos y mal informados, que muchas veces minimizan la calidad del baloncesto femenino. "He leído comentarios que dicen que nuestro baloncesto no es de verdad, y eso nos molesta porque demuestra un desconocimiento profundo de lo que hacemos", comenta, y resalta la importancia de educar y visibilizar el talento de las mujeres en el deporte.

La jugadora del Unicaja Mijas también menciona el apoyo de su club, que le ha brindado oportunidades para ser una de las caras visibles del equipo. "Afortunadamente, en mi club he tenido mucha exhibición, y eso ha ayudado a que otras compañeras también se sientan representadas", dice con orgullo. Sostiene que el cambio viene tanto desde dentro como desde el exterior. Su experiencia personal se convierte en un espejo para las futuras generaciones de deportistas femeninas.

La segunda capitana del equipo enfatiza la necesidad de un equilibrio que permita a las mujeres dedicarse plenamente a su deporte sin tener que depender de planes alternativos. "Sé que no puedo dedicarme exclusivamente al baloncesto, por eso siempre he pensado en un plan B y estoy estudiando Educación, pero lo que realmente deseo es que se valore nuestra capacidad sin tener que justificarla constantemente", concluye.

Paula García, sanitaria: "Cuido a los pacientes como si fueran mis padres o mis abuelos"

Paula García, TCAE.
Paula García, TCAE. / M. H.

Desde pequeña, Paula García sintió una fuerte vocación por el mundo sanitario. Sus constantes visitas al médico debido a problemas de salud hicieron que viera la profesión con naturalidad y admiración. A diferencia de otros niños que temían las consultas, para ella acudir al médico era como "volver a casa". Pensó en estudiar la carrera de Medicina, pero con el tiempo descubrió que su verdadera pasión residía en el trato directo con los pacientes. No quería ser médica ni enfermera, sino la persona que estuviera al lado del paciente, asegurándose de su bienestar y acompañándolo en su proceso de recuperación.

Para la malagueña de 23 años, ser TCAE (Técnica en Cuidados Auxiliares de Enfermería) significa mucho más que una profesión: es un compromiso con la dignidad y el bienestar de las personas. Su función es hacer la estancia hospitalaria lo más amena posible, dando a los pacientes el mismo cuidado y amor que le daría a un familiar. "Los cuido como si fueran mis padres o mis abuelos", dice. Considera fundamental que los pacientes se sientan aseados, cómodos y atendidos con empatía, ya que esos pequeños gestos pueden marcar la diferencia en su proceso de recuperación y autoestima.

Sin embargo, lamenta que el sector sanitario puede resultar agotador. La carga de trabajo, las malas condiciones laborales y la falta de tiempo afectan directamente el trato con los pacientes. Aun así, García se esfuerza por mantener su cercanía y calidez en cada interacción. A lo largo de su experiencia, ha recibido críticas por ser "demasiado cercana", pero ella se mantiene firme en su postura: tratar a los pacientes "como personas, no como números o procedimientos". Considera que la empatía no solo mejora la calidad de atención, sino que también le permite disfrutar y dar lo mejor de sí en su trabajo.

A pesar de su pasión, la joven ha experimentado situaciones difíciles en su profesión. Menciona que, en muchos casos, las auxiliares de enfermería son tratadas con menos respeto que otros profesionales de la salud. En particular, ha notado que los pacientes varones tienden a dirigirse a ellas con diminutivos o apelativos informales, algo que no ocurre con sus compañeros masculinos. Además, algunas situaciones con pacientes mayores han sido "incómodas", ya que algunos aprovechan su vulnerabilidad para traspasar límites.

García destaca la persistencia de la brecha de género en la sanidad. Observa cómo en los hospitales, a pesar de que la mayoría de trabajadoras son mujeres, los altos cargos suelen estar ocupados por hombres. Además, en el trato con los pacientes, a menudo "se da más credibilidad a la palabra de un médico varón que a la de una médica", perpetuando una jerarquía de género dentro del sector. La joven, a pesar de denunciar estos hechos, sigue comprometida con su labor y está convencida de que su trabajo "marca la diferencia en la vida de muchas personas". Su empatía y vocación siguen siendo el motor que la impulsa a seguir adelante.

Sara García, científica: "Un investigador debería poder centrarse en su trabajo, pero en la mayoría de los casos, vive con la incertidumbre"

Sara García, científica malagueña.
Sara García, científica malagueña. / M. H.

Sara García tiene 45 años. Es científica, trabaja en el laboratorio del Hospital Civil de Málaga y se centra "por vocación" en la investigación en Biomedicina. Nunca ha sufrido discriminación, pero porque su generación, destaca, "está viendo el cambio de las que han luchado detrás". Sigue habiendo cierta "desigualdad", pero ya se sienten "más empoderadas". Las claves no son otras que la "educación y la formación", que proporcionan "independencia". "Sólo así demandamos lo que nos pertenece", asegura.

Pese a las voces críticas, ve "necesario" el 8M, para que a la mujer, "que ha tenido que luchar el doble para llegar al mismo sitio, se le reconozca su espacio". Su deseo, recalca, es poder alcanzar la igualdad, "pero no sólo en ciencia, sino en todas las disciplinas y trabajos". La de investigación, subraya, es "una carrera de fondo". Es ahora cuando considera que está comenzando "a despuntar".

"Estamos abriendo una línea de diagnóstico para la diabetes monogénica, que no es tan conocida y está dentro de las enfermedades raras. Tenemos una patente que ha despertado interés en alguna empresa de diagnóstico, lo cual ya por si mismo es un reconocimiento a nuestra investigación y trabajo", detalla la investigadora. La experta advierte que, si bien en España "hay mucho talento, las condiciones laborales son precarias, tanto en salario como en estabilidad". "Un investigador debería poder centrarse en su trabajo, pero en cambio en la mayoría de los casos, vive con la incertidumbre de cuándo terminará su contrato y si conseguirá el siguiente", manifiesta.

"Con estas condiciones precarias", opina, "la conciliación familiar además es muy complicada, y en este sentido, son las mujeres las que lo sufren más y es quizás por esto, que muchas renuncian a posiciones con más responsabilidad y otras abandonan directamente la investigación porque tendrían que hacerlo a costa de renunciar a una familia, y muchas no están dispuestas a eso". A su juicio, "lo ideal sería llegar a un sistema donde hombre y mujeres dentro de la ciencia tengan las mismas oportunidades y condiciones independientemente del sexo".

Laura Páez, abogada: "Estar por cuenta propia me ha permitido romper barreras"

Laura Páez, abogada laboralista.
Laura Páez, abogada laboralista. / M. H.

Laura Páez es abogada laboralista, una malagueña de 35 años. A pesar de los avances, el ámbito jurídico aún refleja desigualdades significativas. Desde sus inicios en la carrera, la letrada se sintió atraída por el ejercicio de la justicia, una vocación que la llevó a trabajar en Málaga y a construir su propio despacho. "Me llamaba mucho la atención la idea de dedicarme a la patria, a la justicia, y he dado con lo mío en Málaga", afirma, resaltando su compromiso con su profesión.

A lo largo de su trayectoria, Páez ha observado que, en los despachos donde ha trabajado, la estructura jerárquica suele estar dominada por hombres, lo que se traduce en reuniones y negociaciones donde su voz, a veces, se ve cuestionada por su género y edad. "Siempre he notado que, en reuniones, los hombres tienden a dirigir la conversación y las expectativas que se tienen de una mujer son muy diferentes", explica, denunciando una realidad que aún persiste en el mundo laboral, aunque agradece que "cada vez menos".

La abogada también hace hincapié en las dificultades que enfrentan muchas mujeres para conciliar la vida profesional y personal. "Las reclamaciones de reducción de jornada y las dificultades para equilibrar el trabajo con el cuidado de la familia son constantes, las mujeres siempre cargamos con la responsabilidad del hogar y, a pesar de ello, se nos exige una productividad que a menudo no se extiende a nuestros colegas masculinos", comenta, poniendo de relieve la realidad de la igualdad.

En su búsqueda de independencia, la defensora decidió emprender y abrir su propio despacho en la Calle Salinas, un paso que representó la oportunidad de construir un espacio donde su talento y profesionalidad sean valorados a la altura de sus méritos. "Estar por cuenta propia me ha permitido romper barreras y mostrar lo que realmente puedo hacer, aunque aún existan comentarios o expectativas diferentes por el hecho de ser mujer", señala. "A un hombre, cuando presta su servicio, no se le dice: 'Muchas gracias, guapo', pero a una abogada, sí", añade.

"El hecho de ser mujer y de ser joven tiene una dificultad añadida en nuestra profesión", sostiene. Las reclamaciones que hace son principalmente de reducciones de jornada, "todo relacionado al peso que se le da a la mujer, el cuidado de la casa, el cuidado de los hijos, esas responsabilidades que tiene añadida esa persona". Comenta que "en la teoría está muy bien, pero que luego la realidad en los juzgados es que no": "No hay un apoyo económico del Gobierno para sustentarlo, las empresas luego no pueden tampoco aplicar esas adaptaciones, y la conciliación está totalmente relacionado con la igualdad".

Natalia Bazán, "Lady Freedom", DJ: "Somos necesarias en la música, como en todas partes"

Natalia, "Lady Freedom", DJ malagueña.
Natalia, "Lady Freedom", DJ malagueña. / M. H.

Natalia Bazán es también un referente del talento femenino. Se considera "de las primeras DJ" en Málaga. Lady Freedom (señorita libertad) era su nombre artístico, porque no le gusta "estar atada a nada". Comenzó allá por el año 2000 pinchando breakbeat, "en un mundo que era absolutamente machista". "La figura del DJ se asociaba a un tipo que sólo se dedicaba a ligar. Yo era la antítesis", recuerda. El camino, reconoce, no le resultó fácil y tuvo que "luchar contra los estereotipos". "Alguno se molestó por que una mujer llegara y jugara con sus juguetitos y se dedicara a pinchar platos en lugar de fregarlos", apostilla.

Pese a todo, durante su carrera musical siempre se sintió "apoyada": "Todos eran muy amables y yo muy leona". Con su éxito consiguió "adaptarse y ganarse" el respeto de sus compañeros. Su reto, "abrir camino" para que otras mujeres se adentraran también "en ese mundo fascinante", al que dedicó 15 años de su vida y que alternó con su plaza como funcionaria del Ayuntamiento de Torremolinos. Antes, ya había hecho sus pinitos como técnica de sonido.

Lady Freedom actuó "en toda España", incluso en festivales "con 10.000 personas". "Pasé por Inglaterra, París, Bélgica... Me movía mucho y hasta gané un concurso en Londres. Recuerdo que el premio era tener un programa en streaming, con los mejores artistas del panorama del breakbeat", rememora orgullosa. Sabía que, para triunfar, debía emplearse a fondo. "Me tocaba pinchar a las 5 de la mañana en un pueblo y, a las 7, a veces, tenía que estar en otro. Era muy gratificante ver cómo la gente bailaba, se emocionaba, saltaba y, después, me felicitaba", expresa.

La nostalgia le invade al recordar la última vez que pinchó, en una fiesta de San Juan que se celebraba en la playa de Los Álamos. "Ya estaba amaneciendo. La Policía Local me preguntaba cuándo iba a acabar. Yo era la jefa técnica y ellos me conocían. Les pedía tres temas más, no podían conmigo", bromea.

Ahora tiene 55 años y abandonó hace ocho las mesas de mezcla. Decidió ser madre. "La vida se me complicó porque la maternidad nos limita mucho; no nos da oportunidades. Ya estoy en otra etapa. Cumplí y abrí camino a otras de mi época, como Lady Packa o Dj Anuschka", sostiene. Y lanza un mensaje claro: "Somos necesarias en la música, como en todas partes".

Ana de Castro, directora técnica de la bodega La Melonera: "Al principio era la única mujer del proyecto, ahora tenemos paridad"

Ana de Castro, directora técnica de la bodega La Melonera.
Ana de Castro, directora técnica de la bodega La Melonera. / M. H.

Ana de Castro es la directora técnica de la bodega rodeña La Melonera. Un proyecto que destacó durante sus 18 años de vida por la investigación realizado para recuperar la uva melonera, una variedad autóctona andaluza que se consideraba casi extinta y que ahora ha vuelto a ser reconocida por la Junta de Andalucía tras la investigación encabezada por esta enóloga sevillana.

Tras estudiar Farmacia en la Universidad de Sevilla, decidió realizar una vendimia en la cooperativa de Bollullos par del Condado para tratar de descubrir si aquella pasión que sentía por el vino desde adolescente quería convertirla en su forma de vida. Después de esta experiencia, se animó a estudiar Enología en Cádiz en lugar de Ciencias de los Alimentos, que era su primera idea.

Finalizados sus estudios y realizar trabajos en Cepa 21, Emilio Moro o colaborar con el Rancho la Merced, tuvo conocimiento del proyecto rondeño y no dudó presentarse en sus instalaciones para ofrecerse como profesional, algo que terminó consiguiendo. Un tiempo en el que asegura que este mundo tradicionalmente de hombres cambió mucho en positivo en estos 18 años de trabajo.

"Al principio era la única mujer del proyecto, ahora tenemos paridad y un equipo estupendo de vendimiadoras", apunta De Castro. "Ahora somos muchas enólogas, ya tenemos un reconocimiento y nos dan nuestro sitio", sostiene, a sus 46 años. En la actualidad se encuentran trabajando en otro proyecto para iniciar la recuperación de variedades autóctonas de aceitunas locales.

Ana Belén Cabrera, conductora de autobús: "En mi sector nunca he tenido obstáculos y se han portado muy bien conmigo"

Ana Belén Cabrera, conductora de autobús.
Ana Belén Cabrera, conductora de autobús. / M. H.

Ana Belén Cabrera acumula 30 años de experiencia al frente del volante, y es en la actualidad la conductora de la línea interurbana 110 de Avanza, que conecta Málaga con Benalmádena Costa. A sus 53 años, Cabrera lleva 25 en el grupo de transportes, aunque con anterioridad ha trabajado en "rutas discrecionales por toda España" desde el año 1996, siendo "una de las primeras mujeres que hubo en Málaga" en el sector, relata.

"Siempre me gustaba cuando veía a los hombres conduciendo un autobús o un tráiler y me decía que yo también puedo hacerlo", exclama esta conductora que comenzó su carrera profesional "repartiendo con un camión" en 1992, recordando que "la gente se quedaba mirando y un poco extrañada". Con 21 años decidió sacarse el carnet de autobuses y el de tráiler para trabajar en un sector masculinizado: "Cuando me examiné, nada más había hombres". Aunque matiza que "nunca he tenido problemas, al contrario".

Uno de sus primeros trabajos lo obtuvo realizando las prácticas, tras observarle un responsable del Club La Costa que "llamó a la autoescuela" para ofrecerle un puesto de trabajo, porque "quería innovar y meter a la mujer en el mundo del transporte". Así, se inició conduciendo "un trenecito dentro" y a los 15 días comenzó a hacer "rutas discrecionales" por toda España. "En mi sector nunca he tenido obstáculos y se han portado muy bien conmigo y siempre una tiene que saber estar en su lugar", subraya Cabrera.

Resalta sentirse "muy orgullosa de haber elegido este trabajo" porque le "encanta". Sobre la incorporación de la mujer al sector del transporte y su evolución, señala que "actualmente hay más en los autobuses, los camiones y los taxis", asegurando que siempre ha recibido el "apoyo" de sus compañeros. Respecto a la respuesta del público, indica que "mucha gente mira raro, aunque no tanto como antes". "La gente se queda mirando, pero todo con una sonrisa se arregla", puntualiza.

Alba LaMerced, cantante: "Las mujeres tenemos una herramienta potente que tenemos que utilizar"

Alba LaMerced, cantautora Malagueña, en el bar Colmado 93.
Alba LaMerced, cantautora Malagueña, en el bar Colmado 93. / Javier Albiñana

Alba LaMerced, cantautora de 24 años, rememora sus inicios en el mundo musical donde, a pesar de liderar grupos, siempre se encontró marginada en la toma de decisiones dominada por hombres. La artista comenta que siempre ha estado desde muy pequeña en grupos de música, "más bien liderados por hombres", lo que le hacía sentir que sus ideas y aportaciones eran menospreciadas o, incluso, apropiadas por otros miembros del grupo. Esta experiencia, que ha marcado su trayectoria, se refleja en el esfuerzo constante por reivindicar su voz y su talento, a pesar de las barreras impuestas por el machismo.

La cantante destaca que, en ocasiones, sus propuestas eran repetidas por compañeros varones, una situación que, según ella, tiene raíces en la percepción inconsciente de que las mujeres son "más pequeñas" o menos importantes. "Lo mismo que hablo yo, si tú hablas a un hombre, al hombre se le va a aplaudir más", señala con una mezcla de frustración y resignación. Este relato revela cómo la desigualdad se inscribe en las dinámicas cotidianas, aun en ámbitos artísticos donde la creatividad es igual en ambos géneros.

Para la cantautora, la lucha contra la desigualdad no es solo personal, sino un reflejo de una problemática que afecta a muchas mujeres en el ámbito artístico. "Yo solo veo a mis compañeros, a mis compañeras que llevamos años en la profesión, y veo que a los hombres se les aplaude más o se les juzga menos", comenta, evidenciando la persistente brecha en el reconocimiento y la valoración profesional.

A pesar de estos obstáculos, LaMerced se enorgullece de haber superado las barreras y de contar con un equipo de apoyo sólido que le ha permitido lanzar su primer disco. "He sacado este disco, a pesar de haber vivido estas experiencias, y me he rodeado de un equipo bueno que me apoya", afirma, resaltando el empoderamiento que ha logrado a lo largo de su carrera. Su proyecto, titulado Ciudad Matriz, es un testimonio de su resiliencia y de su compromiso por expresarse a través de la música, convirtiendo la adversidad en un impulso creativo.

"Las mujeres tenemos ahí una herramienta potente que tenemos que utilizar y yo me expreso a través de la música", añade. En su disco también ahonda el empoderamiento femenino, pero no es lo único. Es un álbum autobiográfico. La cantautora también ha actuado en un acto conmemorativo con el espectáculo musical No soy heroína, ni quiero serlo, celebrado en Puerto de la Torre con motivo del 8 de marzo, organizado por el Ayuntamiento de Málaga.

Cristina Fargas, actriz de doblaje: "Hay más papeles masculinos que femeninos, lo que se traduce en menos trabajo para las actrices de voz"

Cristina Farga, actriz de doblaje.
Cristina Farga, actriz de doblaje. / M. H.

Arte, pasión y trabajo sin miedo al éxito. Hace más de dos décadas, Cristina Fargas abandonó su tierra, Cataluña, "el amor" cambió su destino, y de ahí aprovechó para apostar por su talento. Se mudó a Málaga, donde potenció todas sus habilidades: ella es actriz, actriz de voz, directora artística, profesora de canto, interpretación y, sobre todo, es una mujer que tuvo claro lo que quería ser y lo que podía conseguir.

En su trayectoria ha realizado tantos trabajos y tan diferentes que, según ella, "no podría definirme una única profesión", lo que si está claro es que es una artista. Antes de residir en la Costa del Sol gestionó durante 15 años el Teatre Fortuny de Reus en Tarragona. Tras esto, fue en Málaga donde, de mano de Luisa Ezquerra, se convirtió en coordinadora de la escuela de doblaje que tiene el nombre de la propia actriz de doblaje. A esto se le suma que es profesora en Grado en Artes Escénicas y Conservatorio de Danza de Málaga. Con el tiempo, y después de poner voz a muchas caricaturas o actrices de por medio, con esfuerzo y sin descanso, consiguió destacar en el mundo del doblaje.

De cara al 8M, Fargas valora que en su sector se ha "avanzado en cuanto a visibilidad y representación, pero todavía hay desigualdades notables": "En los puestos directivos, las mujeres siguen siendo minoría y enfrentan más barreras para llegar a cargos de relevancia". Sostiene que en el sector artístico ocurre algo parecido: "Aunque cada vez hay más actrices, directoras y profesionales de la voz destacando, sigue existiendo una brecha en oportunidades, salarios y reconocimiento".

En el mundo del doblaje "hay más papeles masculinos que femeninos, lo que se traduce en menos trabajo para las actrices de voz. Además, los personajes femeninos suelen estar "encasillados en ciertos roles, mientras que los masculinos tienen mayor diversidad y protagonismo", según la artista. A pesar de esto, y de las dificultades del doblaje, Fargas no hubiera cambiado su vida: "Cada experiencia me ha llevado a ser quien soy, así que no cambiaría nada esencial, pero si pudiera aconsejar a mi yo del pasado, le diría que confiara más en sí misma y que no perdiera tiempo dudando de su talento o esperando la validación de otros", añade.

Respecto a las profesiones "con mayor representación masculina", Fargas lanza un mensaje para las más jóvenes que quieren iniciarse en esos sectores: "A las jóvenes que sueñan con ser artistas, científicas o trabajar en sectores con menos oportunidades, les diría que persigan su vocación con convicción, que se formen, se rodeen de gente que las inspire y no se dejen frenar por los miedos o prejuicios", expresa la actriz.

"También es fundamental seguir combatiendo los estereotipos de género en el cine, la televisión y el doblaje, para que las nuevas generaciones crezcan con referentes más diversos", valora la actriz de doblaje, que, a sus 54 años, aclara que, "sin embargo, cada vez hay más mujeres que abren camino y eso es esperanzador. La clave está en seguir luchando por una industria más justa e igualitaria para todos".

Claudia Cabrita, responsable de Ciberseguridad: "Mi puesto de trabajo se suele relacionar más con hombres, pero cada vez hay más mujeres"

Claudia Cabrita, responsable de Seguridad de la Información (LISO) de DEKRA en España.
Claudia Cabrita, responsable de Seguridad de la Información (LISO) de DEKRA en España. / M. H.

Claudia Cabrita es la responsable de Seguridad de la Información (LISO) de DEKRA en España, un puesto clave en el ámbito de la ciberseguridad y la protección de datos que desempeña en las instalaciones de la compañía en Málaga. Es ingeniera técnica en Telecomunicaciones y lleva trabajando en la misma emoresa hace casi dos décadas. "Mi puesto de trabajo se suele relacionar más con hombres, pero cada vez hay más mujeres", comenta Cabrita.

Desde su posición como responsable local de Seguridad de la Información, lidera la estrategia de seguridad digital en la compañía y trabaja sobre la creciente necesidad de protección de la información en empresas de certificación y seguridad. Sostiene que no le han menospreciado nunca en su puesto de trabajo y que ha debido demostrar "la misma profesionalidad que un hombre". Ella no ha sufrido ningún tipo de desigualdad de género en su empresa.

"He tenido que esforzarme lo mismo para llegar a mi puesto de trabajo, nunca he sufrido la misma discriminación en Dekra, hombres y mujeres tenemos las mismas oportunidades, en mi empresa se le da el mismo trato a un hombre que a una mujer", comenta la ingeniera técnica en Telecomunicaciones. Antes de entrar a su puesto de trabajo, tampoco recuerda haber sufrido nigún tipo de discriminación. Es de los pocos testimonios que pueden asegurarlo. "He tenido mucha suerte", admite.

María Monasterio, ceramista: "Queremos abrirnos al mercado internacional"

María Monasterio, ceramista de Málaga.
María Monasterio, ceramista de Málaga. / M. H.

María Monasterio encontró su verdadera vocación en la cerámica, aunque su camino comenzó en un ámbito diferente. Estudió arquitectura en Málaga, pero pronto sintió que le faltaba la parte creativa y manual que siempre había disfrutado desde niña. Fue entonces cuando decidió explorar otros campos y se inscribió en el módulo de alfarería en San Telmo. La influencia de su familia también jugó un papel importante: su tío, dedicado a la decoración cerámica y a la creación de murales en distintos puntos de Málaga, le mostró un mundo que la atrajo de inmediato. "Cuando empecé el módulo, me encantó y supe que esto era lo mío", recuerda.

Para Monasterio, malagueña de 38 años, la cerámica es una disciplina que lo "abarca todo". Le permite convertir sus ideas en piezas tangibles, combinando creatividad y técnica. Aunque proviene de la arquitectura, encuentra similitudes entre ambas profesiones, ya que ambas requieren diseño, resolución de problemas y un conocimiento profundo de los materiales. "La cerámica es infinita en posibilidades; según lo que quieras hacer, puedes enfocarte en vajillas, decoración o piezas más artísticas, es una forma de expresión muy rica para una mente creativa", explica.

Sus primeros años como ceramista los pasó trabajando en el taller de su tío, quien le cedió un espacio para comenzar. Sin embargo, a medida que su trabajo ganó reconocimiento y los pedidos aumentaron, especialmente con la demanda de vajillas para restaurantes, el lugar se le quedó pequeño. Esto la llevó a buscar su propio taller en el barrio de la Victoria, donde trabajó hasta que nuevamente necesitó más espacio. Finalmente, se trasladó a una nave en Casabermeja, donde ahora cuenta con un equipo y con un proceso de producción completamente estructurado.

El crecimiento de su negocio la ha llevado a asumir proyectos cada vez más ambiciosos. Uno de los más emocionantes es su próxima participación en la feria Maison & Objet de París, una de las más importantes del sector. "Nos aceptaron la solicitud y en septiembre estaremos allí, queremos abrirnos al mercado internacional", cuenta con entusiasmo. Además, ha trabajado en un proyecto para Cervezas Alhambra y planea lanzar una nueva colección de vajilla a finales de abril. Con un calendario lleno de retos, su taller sigue expandiéndose y ganando notoriedad.

A pesar de que el sector artesanal ha estado tradicionalmente dominado por hombres, Monasterio afirma que en su caso no ha encontrado obstáculos por ser mujer. Destaca el impacto positivo de los movimientos de visibilización femenina y su participación en asociaciones que impulsan a las mujeres artesanas. Aunque ha trabajado mayoritariamente con hombres, especialmente en el mundo de la gastronomía, asegura que siempre ha encontrado un entorno profesional respetuoso. "Gracias a estas iniciativas, las mujeres en la artesanía tienen más oportunidades y apoyo que antes", concluye.

Nerina Hurtado, escritora: "Estamos en un entorno de mucho cambio, y gracias a las nuevas oportunidades, las mujeres pueden escribir lo que quieran"

Nerina Hurtado en la presentación de su novela en la Librería Luces.
Nerina Hurtado en la presentación de su novela en la Librería Luces. / M. H.

Nerina Hurtado estudió Filología Inglesa por su pasión por los libros. Desde muy joven, su inclinación por las letras la impulsó a sumergirse en el mundo editorial, conversando con profesionales y aprendiendo de la experiencia de aquellos que han trabajado en el sector. Este bagaje le ha permitido ver los cambios en el mercado literario con un optimismo renovado, destacando la apertura a todo tipo de historias a sus 27 años.

La escritora malagueña resalta que, aunque existe la tendencia a clasificar la producción literaria de las mujeres en géneros como el romance fantástico, esta visión es limitante. Según Hurtado, "no es que las mujeres tengan que escribir un tipo de historia en concreto; un hombre también puede escribir romance y hacerlo de manera preciosa". Para ella, los nuevos mercados están derribando estigmas y permitiendo que tanto hombres como mujeres exploren cualquier género literario sin restricciones, lo que supone un avance positivo en el panorama cultural.

En su relato, la autora de El linaje de las brujas destaca que los cambios no solo abren puertas a nuevas ideas, sino que también enriquecen el campo literario. "Todo cambio es bueno", afirma, reconociendo que la diversificación de los mercados ha generado un espacio en el que se pueden encontrar una amplia variedad de historias y enfoques, sin importar el género del autor. Este dinamismo, según ella, permite que surjan voces auténticas que desafían los estereotipos tradicionales.

Hurtado también reflexiona sobre su experiencia como escritora autopublicada y el proceso de especialización en literatura. "Estudiar filología me ha permitido concentrarme en la literatura y aprender de las dificultades que hemos tenido, especialmente las mujeres, para introducirnos en este mundo", comenta. A pesar de los retos, sostiene que el camino en el ámbito literario resulta "algo más laxo" comparado con otras profesiones artísticas, aunque aún persisten ciertos estigmas que tienden a encasillar a las escritoras en ciertos géneros.

La escritora quiere transmitir un mensaje de "esperanza y cambio". Ella reconoce que, aunque quedan desafíos por superar, el mercado literario está evolucionando para dar cabida a una mayor diversidad de historias y perspectivas. "Estamos en un entorno de mucho cambio, y gracias a las nuevas oportunidades, las mujeres pueden escribir lo que quieran", concluye, resaltando la importancia de que la literatura se abra a nuevos horizontes y permita que cada autor se exprese sin limitaciones, contribuyendo así a una narrativa más rica y plural.

Elena Loredo, "Elesky", pianista y 'streamer': "Decidí hacer uno de mis conciertos en streaming y descubrí la fantástica interacción con los usuarios"

Elena Loredo, "Elesky", pianista y 'streamer'.
Elena Loredo, "Elesky", pianista y 'streamer'. / M. H.

Elena Loredo, de 29 años, se ha consolidado como una de las voces más versátiles del panorama artístico español. Pianista, concertista, arreglista, ponente y creadora de contenido, completó sus estudios en el Conservatorio de Málaga en interpretación de piano y obtuvo un grado en Artes Escénicas. Su formación clásica se combina con una sensibilidad moderna que la ha impulsado a explorar nuevos formatos, convirtiéndola en una artista que transciende en la nueva dirección del mundo de la música.

Desde muy pequeña, Loredo sintió una atracción "innegable" por la música. "Me inicié en la música a los 5 años, mi madre tocaba el piano y, al haber uno en casa, llamó toda mi atención desde la infancia", confiesa. A partir de ese despertar, se apuntó a una academia y, posteriormente, ingresó al Conservatorio. Inspirada por bandas sonoras de videojuegos, cine y anime, comenzó a compartir sus vídeos en redes sociales, actuando en eventos de cultura japonesa y en streamings de música en vivo. Además de dominar el piano, ha incursionado en otros instrumentos como la guitarra, la ocarina y la flauta dulce, y recientemente se ha aventurado a tocar la flauta travesera.

En un ámbito tradicionalmente dominado por hombres, también navega en el mundo de los videojuegos y la cultura "friki". "Afortunadamente, cada vez hay más mujeres en este mundo, aunque aún hay camino por recorrer", señala, refiriéndose a los ocasionales comentarios dañinos que, según ella, provienen de personas que "solo buscan hacer daño utilizando su género como argumento". Su respuesta a esos comentarios es firme: bloquea o silencia inmediatamente a quienes recurren a la discriminación, y destaca el apoyo de una comunidad online "increíble y respetuosa", lo que le permite centrarse en su arte.

El éxito en las redes sociales ha sido un resultado inesperado para ella. "Nunca lo imaginé, sobre todo por el hecho de que todo fue surgiendo sin querer. La creación de contenido y los streamings fueron surgiendo de casualidad, las redes fueron creciendo y muchas oportunidades llegaron sin yo buscarlas", comenta. Este crecimiento la ha llevado a vivir una vida que describe como "idílica", habiéndose mudado y comprado una vivienda, lo que refleja el impacto positivo que la exposición digital ha tenido en su carrera y en su desarrollo personal.

El mundo del streaming se ha convertido en su altavoz para compartir talento y conectar con su audiencia de manera auténtica. "Antes de empezar tuve mis dudas, porque en 2019 Twitch era una plataforma mayormente de retransmisiones de videojuegos, pero decidí hacer uno de mis conciertos en streaming y descubrí la fantástica interacción con los usuarios", afirma con entusiasmo. Este formato le permite no solo tocar el piano, sino también conversar y compartir momentos con su comunidad, lo que considera una de las mejores decisiones que ha tomado en su carrera.

Estefi Martínez, "Pedrita Parker", ilustradora: "Mis seguidoras me empezaron a proponer que montara una tienda online"

Estefi Martínez, "Pedrita Parker", ilustradora malagueña.
Estefi Martínez, "Pedrita Parker", ilustradora malagueña. / M. H.

Desde pequeña, Estefi Martínez sintió pasión por la ilustración. Creció viendo dibujos animados como Calimero y experimentaba replicando personajes en sus bocetos. Aunque en un principio no imaginaba que podría convertir su afición en una profesión, pronto descubrió que su arte tenía valor. "Me di cuenta de que podía monetizar mi trabajo cuando empecé a vender mis dibujos por 25 pesetas en el restaurante de mis padres", recuerda. Sin embargo, durante un tiempo dejó de lado la ilustración para dedicarse a estudiar. No fue hasta años después, gracias a las redes sociales, cuando se reconcilió con su vocación.

Su incursión en el mundo digital comenzó casi por casualidad. Mientras estudiaba Periodismo en la Universidad de Málaga, empezó a compartir ilustraciones en Facebook como Pedrita Parker sin más pretensión que la de expresarse. Sus dibujos se hicieron virales y rápido creció su comunidad de seguidores. "Mis seguidoras me empezaron a proponer que montara una tienda online", cuenta. Sin conocimientos previos de negocios, decidió lanzarse a la aventura, aprendiendo sobre la marcha. Así nació su marca, que le permitió convertir su arte en un medio de vida hasta la fecha, a sus 40 años, que es todo un éxito.

Pero el camino no ha sido libre de desafíos. Uno de los obstáculos que ha notado en la industria es la forma en que se categorizan las historias narradas desde una perspectiva femenina. "Se nos tendía a agrupar como si hiciéramos historias solo para chicas, cuando en realidad nuestras historias son para todos", sostiene. Considera que, durante mucho tiempo, el relato femenino fue relegado a un segundo plano, como si no tuviera el mismo peso que otras narrativas.

Cree que, "afortunadamente", esta percepción está cambiando. "Antes, en los libros de texto, las mujeres casi no aparecían, pero ahora gracias a las redes sociales y al trabajo de muchas creadoras, estamos ampliando la narrativa", señala. Martínez subraya la importancia de dar voz a perspectivas diversas, no como una concesión, sino como un reflejo real del mundo en el que vivimos: "No se trata de hacer historias para chicas, sino de contar historias desde una mirada femenina, que es igual de válida que cualquier otra".

Para la ilustradora malagueña, la clave está en reconocer la riqueza de estas nuevas perspectivas y dejar atrás etiquetas limitantes. "Los matices son importantes", remarca con convicción. Su trabajo busca precisamente eso: aportar diversidad a la narrativa visual y demostrar que las historias ilustradas pueden ser universales, sin importar el género de quien las cree o las disfrute.

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