Dos malagueños prometidos, un crucero y una avería en mitad del mar: "Nos quedamos sin visitar Nápoles"
Una pareja cuenta su experiencia a bordo del 'MSC World Europa' tras sufrir este un fallo eléctrico que lo mantuvo parado durante nueve horas
Un crucero con 8.500 personas queda a la deriva durante horas por una avería en los motores
"Lo que más nos duele es no poder visitar Nápoles", relatan Pablo y María José vía llamada de WhatsApp. Ambos se encuentran a bordo del MSC World Europa, un crucero que recorre la costa mediterránea, de Barcelona a Italia pasando por Marsella, con unas 8.500 personas en su interior y que este lunes por la mañana sufrió una avería que afectó a los motores. La incidencia los obligó a permanecer fondeados cerca de nueve horas a unas ocho millas náuticas al suroeste de la isla de Ponza. "En torno a las 06:50 me desvelé porque estaba encendida la luz de emergencia. Le pregunté a María José si se había dejado algo encendido. Luego vi que no nos movíamos y que no había corriente", explica él. "Fuimos a recepción y nos dijeron que se trataba de un fallo eléctrico y que intentarían solventarlo lo antes posible. Nos reiteraron que era seguro y que no nos preocupásemos", añade Pablo.
El día, desde luego, no empezaría de la mejor forma para esta pareja malagueña, que se prometió el pasado mes de febrero y que se toma este viaje como una suerte de celebración antes de contraer matrimonio, suegros y consuegros incluidos. "Viajamos los seis, porque hemos venido con nuestros padres. Pensamos que ahora que la cosa va en serio era una buena oportunidad para reunir a nuestras familias". Además, se da la circunstancia de que este es el primer crucero que hacen los padres de los novios. "Para nosotros es el segundo. El primero fue por los fiordos noruegos. Este año planteamos este con nuestros padres. Estaban encantados y, claro, se han quedado un poco en shock", asegura Pablo. "Mi padre, que es muy curioso, preguntó a una empleada y le dijo que es la primera vez que al barco le ocurría algo así desde que empezó su actividad en 2022".
En un primer momento, según se dio a conocer en la prensa internacional, se contempló remolcar el crucero hasta el puerto napolitano, sin embargo, el equipo técnico desplazado a bordo logró reactivar parcialmente el sistema de propulsión, lo que permitió a la nave avanzar lentamente, pero de forma autónoma hacia su destino e ir recuperando funciones eléctricas. Hasta el lugar se movilizó también a la guardia costera italiana, que escoltó al buque con varias patrulleras y un helicóptero, mientras que dos remolcadores permanecieron en la zona como medida de precaución.
"Nos han ido informando de todo por la megafonía que hay en las cabinas; en realidad, se puede decir que lo hemos vivido como un día normal y que se ha resuelto bien", cuenta Pablo. Al cabo, por mucho que estuvieran parados en mitad del mar y con la electricidad algo mermada, ¿por qué no iban a poder seguir disfrutando de esa ciudad flotante? "Desde que nos enteramos hemos estado en la piscina a mediodía. Ha habido que buscar hueco, porque el barco estaba masificado, con todo el mundo allí sin ir a las excursiones. Después hemos ido al bufé, que estaba lleno, hemos dormido un poco la siesta y nos hemos vestido con ropa de salir para ir al Promenade, que es una calle comercial que tiene este barco en la que puedes pasear y tomarte algo".
Los motores volvieron a funcionar cumplidas las 16:00 y la llegada al puerto napolitano se produjo cerca de las 21:00, cuando la estimación inicial era arribar a las 11:00. La demora obligó a anular todas las excursiones, cuyo importe MSC ya ha avisado que reintegrará, y se tomó la decisión de no dejar bajar a los pasajeros a visitar la ciudad al quedar poco tiempo para zarpar de nuevo. Ante esto, la pareja tuvo que limitarse a ver la urbe, es decir, lo que se alcanzaba a ver de ella, desde el propio barco. "Ahora ponemos rumbo a Mesina, nos falta La Valeta (Malta) y después vamos a Barcelona", un último destino al que esperan llegar sin más incidencias. "Ya seguramente no pasará nada, pero tenemos cierto miedo de retrasarnos, por el vuelo de regreso a Málaga, que ya está cogido". Eso será el próximo viernes. Mientras tanto, Pablo y María José no ocultan sus ganas de visitar Nápoles. "Volveremos", afirman. Lo cierto es que tendrán más oportunidades. Si serán a bordo de un crucero, es algo que no saben responder todavía.
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