Marín Cots: "Málaga está en el top 5 de ciudades con vivienda más cara, pero se gana tres veces menos"

El economista y urbanista analiza en su libro 'La complejidad de la vivienda' la crisis habitacional existente y propone soluciones

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Salvador Moreno Peralta y Pedro Marín Cots presentan el libro.
Salvador Moreno Peralta y Pedro Marín Cots presentan el libro. / García

"¿Cómo hemos llegado a tener una emergencia habitacional?", daba comienzo a su exposición Pedro Marín Cots, economista y urbanista, durante la presentación de su último libro, La complejidad de la vivienda. Propuestas hacia la recuperación del equilibrio perdido. La imagen fija, entre otras cosas, es evidente: "Málaga es una de las cinco ciudades de España con la vivienda más cara", ha asegurado, junto a Palma de Mallorca, San Sebastían, Madrid o Barcelona. Pero a diferencia de las otras cuatro, "en Málaga se cobra tres veces menos". Por lo que, si en las demás urbes tienen un problema, aquí el acceso a la vivienda se pone demasiado cuesta arriba.

En la presentación ha acompañado a Marín Cots Salvador Moreno Peralta. El arquitecto y urbanista, además, prologa el libro. Este ha destacado la labor del autor, ensalzando sobre todo su última etapa, 20 años al frente del Observatorio de Medio Ambiente Urbano (OMAU), en Málaga, "el mejor think tank que ha tenido la ciudad"; además de señalar que la vivienda es la más transversal de todas la políticas por su característica de necesidad, pero también de ser un bien de mercado.

En este sentido ha defendido la necesidad de aplicar polítcas keynesianas para la regulación de la compra venta, "porque la machine à habiter, que decía Le Corbusier, menos para habitar está sirviendo para cualquier cosa". A la vez que alertaba de que si "no se puede vivir en la ciudad, tampoco se puede consumir o trabajar", lo que en el mismo esquema del capitalismo, supondría parar el sistema.

Marín Cots, que ha señalado que Málaga necesita unas 4.000 vivendas anuales para recuperar el mercado, de las cuales la mitad serían de VPO, se declara "pesimista", porque tanto él como los distintos expertos en vivienda con los que cuenta en el libro no ven posibilidad de corregir la tendencia alcista con las medidas que se están aplicando actualmente.

También ha señalado que la construcción de VPO cayó bajo el Gobierno de Aznar y su política de liberar suelo para construir más vivienda con la que bajar el precio, "ya se ha demostrado que esa política no es efectiva", ha asegurado. A la vez ha pedido "europeizar la VPO" o, lo que es lo mismo, tener políticas serias de vivienda mantenidas durante décadas. En este sentido ha dicho que la inversión del estado debería multiplicarse por 12 de los 575 millones de euros anuales de la actuales a una cifra entre 5.000 y 7.000 millones. El planteamiento actual es que la cifra aumente hasta los 1.650 millones, insuficiente para el economista.

En cuanto a los remedios que recomiendda para solucionar esta crisis habitacional los ha separado entre a corto y medio plazo. A corto plazo, ha llamado a "tapar los agujeros" de la actual Ley de Vivienda, es decir, incluir los alquileres a corto plazo y las habitaciones en la posibilidad de poner tope a los precios. Evidentemente, declarar las ciudades tensionadas, "todos los estudios serios demuestan que funciona", ha señalado. También "cumplir con el PGOU", lo que implicaría retrotaer a la legalidad las viviendas turísticas que no tienen servicios o entrada independiente, apurar las posibilidades urbanísticas, "si en Teatinos, que podrías construir Planta Baja más 6, sólo permites Planta Baja más 3, estás desperdiciando recursos".

En el largo y el medio plazo, además, de más topes, hacer que la VPO tenga carácter permanente, incluir el tanteo y retracto para la compra del parque público, agilizar la tramitación urbanística, tener un banco de financiación pública para vivienda, garantizar la desokupación por impagos o mejorar la vocación de trabajos cualificados relacionados con la construcción, que en estos momentos lamenta la falta de mano de obra. Además, pide aumentar la inspección en viviendas para garantizar que cumplen con su uso, "en Barcelona hay 140 inspectores, aquí siete".

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