Alberto montero. Secretario general de podemos Málaga y diputado en el congreso

"Es un momento perfecto para ofrecer un proyecto ganador"

  • Llama a la confluencia de la izquierda: "Es una oportunidad que hay que aprovechar"

  • Opina que su partido ha sido "ambiguo" en la crisis catalana

Alberto Montero en la sede de 'Málaga Hoy'.

Alberto Montero en la sede de 'Málaga Hoy'. / Javier albiñana

-usted dijo recientemente que quieren buscar el máximo consenso posible para concurrir a las elecciones municipales, ¿hay vías para construir esa unidad cuando lo que en Barcelona o Madrid es un todo compacto en Málaga son tres partes bien diferenciadas?

-Al final es el mismo reto que tuvieron que asumir en su momento las candidaturas de Barcelona y de Madrid y que se asumió fallidamente aquí. Creo que no se supo ver en Málaga la importancia que tenía llegar a las alcaldías como vehículos de transformación social y como palanca para poner de manifiesto que la gestión puede ser distinta. ¿Es difícil? Sí, pero no creo que sea imposible, ni más ni menos imposible que en otros lugares.

-¿Qué lección saca de la fallida confluencia en 2015?

-La lección es que hay que anteponer un proyecto de cambio a personas y marcas. Lo que debe ser ilusionante y lo que debe ser el cemento una potencial candidatura conjunta debe ser el proyecto que tiene ese conjunto de fuerzas para la ciudad. Creo que la mayor parte de fuerzas políticas de progreso y cambio coinciden en el 80% de sus propuestas para la ciudad, por lo que centrarnos en el 20% nos separa innecesariamente.

-¿Se ve con ganas de afrontar ese reto si así lo decidieran sus compañeros?

-Sería un honor. Ser el alcalde de la ciudad de Málaga es una de las cosas que uno no puede subestimar de ninguna de las maneras. Para mí sería un honor, pero no lo he pensado todavía ni tengo las cosas lo suficientemente claras como para saberlo aún.

-Por el modo en que se vienen desarrollando los acontecimientos en los últimos años, con los resultados de 2015, ¿tiene la izquierda la oportunidad histórica de recuperar la Alcaldía?

-Creo que estamos en un momento perfecto para ofrecer un proyecto de cambio a la ciudad de Málaga que se convierta en un vector político ganador, que transforme la ciudad haciéndola más inclusiva, menos centrada y dependiente de determinados sectores como ocurre ahora. Parece que ahora se pueden dar las condiciones para que esa situación se dé, por lo que hay que aprovecharla sino queremos que el ciclo se cierre sin haber tomado esta oportunidad.

-Parece claro a día de hoy que el PSOE debe formar parte de ese vector del cambio, si los números dieran. En caso afirmativo, ¿podría volver a ocurrir algo similar a lo que ocurrió en 1995, cuando IU y PSOE no fueron capaces de alcanzar un pacto que evitase el gobierno de Celia Villalobos?

-Yo creo que ambos hemos aprendido lo suficiente para que eso no se vuelva a repetir. El PSOE ha apoyado diversos gobiernos del cambio, como ha ocurrido en el caso de Cádiz o de Madrid, y creo que tanto el PSOE como nosotros sabremos estar a la altura de las circunstancias. Tras 21 años de Gobierno del PP no nos podemos permitir regalar otros cuatro más.

-¿La posible marcha de De la Torre supondría un reseteo de la política en la capital de la que se puede sacar rédito electoral?

-Me parece que Francisco de la Torre ha sido un magnífico alcalde y su proyecto para la ciudad ha sido agradecido por los malagueños, pero ya vemos síntomas de cansancio, vemos que no llegó a la mayoría absoluta a las anteriores elecciones, vemos que sus políticas están muy condicionadas por Ciudadanos. Sus proyectos, como el del rascacielos del puerto, ya entran dentro casi de la megalomanía y no de la transformación estructural de la sociedad. Son propuestas poco conectadas con la realidad de la ciudad. Creo que ha tenido muchos aciertos pero ahora no los está teniendo. Sin embargo, su marcha facilitaría que se reformule toda la política municipal, por lo que habría más margen de maniobra para un cambio.

-¿Qué le parece que después de meses deshojando la margarita al final el alcalde haya decidido el camino de en medio y Limasa no quede ni municipalizada ni privada en su totalidad?

-El alcalde se encuentra secuestrado por su pacto con Ciudadanos, ya que esa es una de las condiciones que puso ese partido para aprobar los presupuestos. Creo que va contra su propia naturaleza y con su propia percepción de lo que son los servicios a la ciudadanía. En sus expresiones anteriores el alcalde demostró que la limpieza de la ciudad deben ser más un derecho que un negocio, y por lo tanto se deben gestionar desde la lógica de los derechos. Al final el alcalde ha optado por una decisión salomónica, y como la mayoría de las decisiones salomónicas, no contenta a nadie.

-¿Que una de cada diez viviendas de Centro Histórico sean apartamentos turísticos cómo define el modelo de ciudad por el que está transitando la capital?

-Un modelo excluyente para la convivencia vecinal, un modelo en el que se apuesta por la vivienda orientada hacia quien no vive en la ciudad, sobre todo en el centro de la ciudad, y que genera expulsión en lugar de un modelo de ciudad vivible y amable para todos. Hay que buscar que puedan convivir de forma armoniosa apartamentos turísticos, que son necesarios, con los residentes.

-¿Usted comprende la crítica que su compañera Carolina Bescansa hizo cuando dijo que le gustaría que "Podemos hable más a los españoles y no solo a los independentistas"?

-Sí, completamente, la comparto totalmente. Podemos nace como un partido con vocación de ser una fuerza política estatal y esta situación [el desafío soberanista de Cataluña] ha provocado que nos hayamos centrado en una parte y hayamos dejado de lado el discurso para todo el país, así que la entiendo perfectamente.

-También hay muchos ciudadanos que no ven con buenos ojos esa ambigüedad de discurso que Podemos ha tenido en la cuestión catalana.

-Creo que hemos tenido un discurso excesivamente ambiguo donde se centró la atención y se denunció a una de las partes y se obvió las actuaciones que se estaban produciendo desde el otro lado. Yo nunca lo compartí y me parece que nadie podía entender lo que estaba ocurriendo en Cataluña desde el marco constitucional en el que nos desenvolvemos. Si lo que queremos es transformar la realidad lo primero que debemos hacer es modificar las reglas y las normas que nos encuadra en esa realidad. Pero eso es algo que se debe hacer desde los principios democráticos y me parece que muchas de las cosas que ocurrieron en Cataluña difícilmente son conjugables con la democracia.

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