Los motivos de los usuarios para protestar: "Lo que ha pasado con los cribados nos da la razón"

Vecinos de zonas rurales denunciaban su “abandono” y criticaban la falta de pediatras para atender a sus hijos

Miles de manifestantes llenan las calles de Málaga para reivindicar "sanidad pública y de calidad"

La cabeza de la manifestación pasando por delante del Rectorado.
La cabeza de la manifestación pasando por delante del Rectorado. / Carlos Guerrero

La manifestación congregó este 9-N a miles de personas en Málaga. Fueron miles de historias y miles de razones. Como las de Diego Romero, representante de la Plataforma Zona Norte de Antequera, que este domingo alzaba la voz contra el “abandono” de la sanidad pública en las áreas rurales. Con su testimonio recordaba la falta de pediatras en esos municipios del interior y que un mismo especialista debe atender a los niños de “tres o cuatro pueblos”. Advertía que hay críos que son asistidos por médicos de familia, facultativos sí, pero sin formación específica en Pediatría. Además, Romero aseguraba que “hay pacientes que mueren” aguardando en una lista de espera. “Lo del cribado del cáncer de mama nos da la razón y ocurre también en otras patologías”, creía. Su presencia no pasaba inadvertida porque –a modo de hombre-sandwich– paseaba sendos carteles críticos con la situación del sistema público y los conciertos con la sanidad privada.

Miriam Pareja levantaba un cartel de la CGT. Decía que era “urgente” que la gente se manifestara para “exigir soluciones” para una sanidad con muchas listas de espera y carencias. A su lado, otra compañera del sindicato, Concepción López, reclamaba “que no se derive más a la privada; que se dé a los ciudadanos el servicio que se merecen y que pagan con sus impuestos”.

En la protesta había gente mayor, jóvenes, familias... Como Maricarmen Jiménez, que acudió con su hijo Aitor. “Estamos aquí para que el dinero no se vaya a la sanidad privada y para que se invierta en la pública a fin de reducir las listas de espera”, argumentaba.

Violeta Navarro se contaba entre los jóvenes de la manifestación. Tiene 30 años y reconocía que, por suerte, casi no necesita ir al médico de momento. Admitía que por su edad “no uso mucho la sanidad, pero hay que defenderla para que no la privaticen”. Y luego remachaba: “El sistema sanitario público es muy importante y lo están echando a perder”.

Entre los que protestaban había personas con andador, que pese a sus dificultades quisieron sumarse para mostrar su apoyo a la sanidad pública. Algunos iban incluso hasta en sillas de ruedas, como María Isabel Barragán. “Soy de Muface, pero considero que hay que estar aquí”, esgrimía mezclada entre la multitud. Unos metros más allá, un grupo de mujeres sospechosas de tener muchas manifestaciones a sus espaldas se desgañitaban: “La sanidad no se vende, se defiende”. El día soleado y cálido acompañó. Y el mensaje en defensa de la sanidad pública retumbó alto y claro por las calles malagueñas.

stats